Después de varios años de investigación el Dr. Guido Gómez Mazara dio a la estampa el primer tomo de su más reciente obra “Transición Electoral, 1966 – 1996”. La obra consiste en un estudio reflexivo de los procesos electorales y democráticos durante las primeras tres décadas transcurridas posterior a las elecciones del 1ro de julio del año 1966, donde resultara electo el Dr. Joaquín Balaguer. El texto ofrecido al público se presenta con la esencia que en su momento caracterizó al ensayo sociológico Composición Social Dominicana del Prof. Juan Bosch, o Historia de las Ideas Políticas de Franklin Franco Pichardo, los cuales mantienen el mérito de ser uno de los pocos textos en abordar aquellos temas con un matiz crítico o racional, sin limitarse a la exclusiva narración de los hechos.
No se conocía hasta el momento una obra que enfoque desde la criticidad la alternabilidad democrática del país en la historia postrujillista, o que resalte las debilidades no solo de nuestra clase política en la historia reciente, sino también las vulnerabilidades de nuestro sistema democrático. Evidentemente, la publicación del Dr. Guido Gómez Mazara viene a suplir esa falta.
El primer tomo de la Transición Electoral analiza el transcurrir de los procesos electorales partiendo del comportamiento de los principales actores de la época, cuestiona lo que otros no refieren y pide explicaciones de la aptitud asumida por quien hoy, y con justa razón, es considerado como uno de los padres de la democracia dominicana.
Es evidente que los cuestionamientos del autor parten de la necesidad de explicar las razones por la que nos vimos afectados en el ciclo normal del traspaso de poder, el cual fue relegado por el caudillismo Balaguerista en sus primeros 12 años de gobierno. Para los partidarios del llamado Despotismo Ilustrado el presidente Balaguer era necesario a fin de garantizar paulatina y pacíficamente el establecimiento del orden democrático en medio de implosiones generadas por fuerzas incontrolables, pero para aquellos que anhelaban la libertad de forma inmediata, Balaguer obstruía el camino hacia la liberación ya que era el representante de una especie de neotrujillismo y la personificación de los intereses norteamericanos en el país.
Bosch por su parte pudo haber encausado un proceso democrático en el cual el PRD participara como una opción en las elecciones anteriores al año de 1978, pero el líder perredeista había incentivado la abstención de su partido a participar, argumentando que en el país no existían condiciones para el establecimiento de un sistema democrático al estilo burgués y que las elecciones, por consiguiente, se convertirían en un matadero electoral.
Bosch, con esa postura, ponía de manifiesto la profunda frustración que sufrió tras el golpe de estado en apenas 7 meses de su gobierno en el año de 1962, y mantuvo, hasta los años posteriores a la fundación del PLD, un escepticismo a la condición democrática. Aquella postura de Juan Bosch contribuyó sin lugar a dudas a la permanencia de Balaguer en el poder durante 12 años, esto es, tres periodos presidenciales consecutivos, donde se sucedían constantemente denuncias de opresión y de violación a los derechos humanos. El Dr. Guido Gómez Mazara, en la obra recientemente publicada, aborda aquellos temas con meticulosidad crítica.
Luego de la publicación del primer tomo impera la necesidad de una segunda entrega, donde se analice el proceso de alternabilidad democrática a partir del 1996, y donde se estudie, con profundidad científica, el comportamiento de los principales actores políticos del nuevo siglo. Mientras tanto nosotros, los interesados en la historia política electoral de la República Dominicana, estaremos a la espera de la eventual entrega.