Con motivo de una invitación realizada por la Escuela de Filosofía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo para participar en una de sus tertulias filosóficas, tuve la oportunidad de conversar sobre el Teeteto, uno de los textos clásicos de Platón, dedicado al matemático del mismo nombre.
En el Teeteto, tres personajes: Sócrates, Teeteto y Teodoro conversan sobre la naturaleza del saber en una situación aporética (se formula un problema que nos lleva a una encrucijada). ¿Cuál es el sentido de esta obra que no proporciona “la respuesta” a la pregunta formulada?
Estamos acostumbrados a la cultura de los saberes positivos, caracterizados por el hecho de que responden a situaciones problemáticas concretas a partir de la obtención de nuevos datos. Sin embargo, la totalidad del saber no se reduce a las ciencias empíricas. Existe un saber que a partir de lo que ya conocemos, reorienta nuestra perspectiva sobre nuestras presuposiciones de los problemas. Este saber es la filosofía.
El Teeteto nos da un ejemplo de las características del ejercicio filosófico. A partir del intento de dar la solución a un problema, se infieren las implicaciones de la respuesta para analizar las inconsecuencias o los límites de la contestación. Al final del proceso no hemos llegado a una solución, pero se nos ha revelado el conjunto de prejuicios o presuposiciones poco fundamentadas.
En la actividad esclarecedora de la conversación, salen a relucir los puntos de vista no examinados, pero no solo opera un proceso intelectual. Hay una dimensión emocional del diálogo que nos permite desarrollar la empatía y el sentido de escucha tan fundamental para fomentar formas de vida democráticas, condición fundamental de la libertad de pensamiento vinculada a la construcción y validación del conocimiento.
Así, el sentido del Teeteto, como el de la filosofía en general, consiste en ejercitarnos en un proceso de alumbramiento similar al de la comadrona con la que se compara Sócrates. Como la partera acompaña los dolores del parto y conduce el proceso hasta alumbrar la criatura, la filosofía es un ejercicio de acompañamiento mediante el cual sacamos a relucir una nueva mirada sobre lo que sabíamos o lo que creíamos saber.