Con Gaza y el Líbano en el corazón
A principios de esta década, las investigaciones en psicología de la Universidad de Bath, en el Reino Unido, revitalizaron los principios del Estoicismo y adaptaron sus premisas a las conductas de bienestar emocional, como un Renacimiento actualizado. Pensadores como Séneca y Marco Aurelio, pertenecientes a esta escuela filosófica, se han convertido en fuentes de inspiración para el bienestar, ahora accesibles en los libros de autoayuda.
Esta doctrina filosófica, reconvertida en una perspectiva científica interesante, ha dado lugar a diversos estudios. Desde 2021, en la revista Cognitive Therapy and Research se han publicado investigaciones que mostraban una mejoría en el manejo de pensamientos recurrentes en individuos con perfiles patológicos caracterizados por la rumiación y la preocupación excesiva. Las estrategias de afrontamiento consistían en incorporar las premisas filosóficas del estoicismo en el día a día, aunque este tipo de enfoques suelen ser más efectivos en personas con un manejo de recursos y capacidades ejecutivas de nivel medio o superior.
En la búsqueda de las verdaderas causas del malestar, estudios sobre estoicismo y salud mental, publicados en diferentes medios científicos durante 2022, como en BMC Medical Education por McLellan et al., concluyeron que esta filosofía contribuye al aumento de sentimientos positivos como la empatía y mejora la resiliencia. El grupo de estudio estaba compuesto por estudiantes de Medicina.
El uso de este conocimiento en beneficio de nuestra higiene mental tiene ventajas psicoemocionales ampliamente reconocidas, si bien aún está en fase de implementación como una estrategia no farmacológica para el abordaje de síntomas leves, que a menudo generan mucho sufrimiento y disfunción en el desarrollo personal y en las actividades básicas de la vida diaria.
En las intervenciones psicológicas, la gestión y el aprendizaje de cómo afrontar situaciones son parte de un autoaprendizaje basado en los conocimientos y las experiencias personales. La diferencia en esta intervención radica en la incorporación de un modelo de pensamiento elevado a la filosofía. En la terapia cognitivo-conductual, una de las más comunes, el estoicismo enriquece los enfoques convencionales, ofreciendo un marco estructurado para orientar nuestras acciones y actitudes.
Los propósitos vitales tienden a confluir con estos antiguos conocimientos, en los que contrarrestar síntomas leves negativos es fundamental para avanzar y enfrentar situaciones complejas. El amor al conocimiento nos invita a utilizar estos conceptos para afrontar la frustración, los conflictos y las contradicciones cotidianas. Incluso los desiertos afectivos pueden abordarse con esta base de sabiduría.