Los espectadores en las salas de exhibición jamás se enteraran de esos extensos periodos y sesiones de trabajo que comprenden la pre-producción, producción y post-producción de una película hasta convertirla en un producto terminado del mercado audiovisual. Tampoco sospecharan que un grupo especializado de personas se une a otro de técnicos, artesanos y ayudantes que posiblemente no conozcan los requerimientos estéticos y expresivos que una película demanda para ser convertida en un producto de placer, de deleite estético, pero sobre todo de grandes capitales económicos.
Del grueso conjunto de seres humanos que habitualmente asiste a recrearse a la sala oscura, muy pocos poseen la inquietud real de saber cómo se hicieron algunas tomas, escenas y secuencias de la obra bajo examen visual. Hace unos cuarenta años en el país, y en otros tantos del mundo, era muy difícil que un espectador común tuviera acceso a la intimidad de los procesos de producción de una película. Los acuciosos del tema tenían que auxiliarse de las explicaciones periodísticas o verbales de críticos en medios de comunicación o expertos en conferencias y seminarios.
Luego de transcurridos esos años, y la extraordinaria presencia de las nuevas tecnologías de información y comunicación en nuestro mundo , la metodología creativa, científica, técnica y artesanal que ha requerido la producción de toda película está alojada en las plataformas multimedia que de ellas se ha hecho, o en un portal de la especialidad audiovisual.
Esa facilidad que en estos tiempos ofrecen las nuevas tecnologías de información y comunicación permite que los espectadores conozcan de primera mano los elementos que han formado parte de la Interdisciplinariedad creativa, científica, técnica y artesanal de una película, lo que a la vez les confiere la posibilidad de asumir con altas dotes de criticidad el contexto discursivo de la obra frente a sus ojos.
La Interdisciplinariedad en el cine resulta ser el proceso más envolvente del que experimentan todas las manifestaciones estéticas. Tras la dimensión de su obra, el cineasta tiene plenos conocimientos de que puede integrar en ella una serie de disciplinas artísticas y saberes profesionales de manera directa, entre las que destacan la música, pintura, escultura, el teatro, la literatura, la arquitectura, la fotografía, la danza, con la expresa intención de conferirle verosimilitud al discurso dramático que los espectadores asimilarán desde las pantallas cinematográficas, televisivas, las del teléfono móvil, en las de su computadora personal o laptop, en las tablets, y en un interminable conjunto de nuevas ofertas multimedia.
Interdisciplinariedad, según el diccionario de la RAE (…) Dicho de un estudio o de otra actividad que se realiza con la cooperación de varias disciplinas.
Por igual, la definición del término para la enciclopedia digital wikipedia, significa: (…) El término Interdisciplinariedad expresa la cualidad de ser interdisciplinario. Es un campo de estudio que cruza los límites tradicionales entre varias disciplinas académicas, o entre varias escuelas de pensamiento, por el surgimiento de nuevas necesidades o del desarrollo de nuevos enfoques teóricos o técnicos.
Valorando en su justa dimensión los dos criterios etimológicos citados, los cineastas del mundo y los del país han estado implementando la Interdisciplinariedad estética en cuanta película largometraje de ficción, medio metraje, corto o documental han exhibido de forma pública o privada.
Los cineastas locales hasta el momento, han asumido la Interdisciplinariedad en sus obras como una suma de elementos fundamentales, que según los antecedentes primigenios del cine mundial, deben conferirle rigor profesional a toda obra audiovisual. Lamentablemente, no han asumido la interdisciplinariedad como un análisis profundo a la funcionalidad que cada disciplina artística, científica, técnica o artesanal pueda aportarle a su labor creativa.
En nuestra incipiente industria cinematográfica y en la mundial, por supuesto, intervienen profesiones y profesionales que en ningún sentido poseen una relación estética con la producción de una película. Aun con ese distanciamiento creativo, su labor profesional cobra un valor excepcional en la concepción plástica e industrial de la obra cinematográfica.
Analizar su presencia fuera o dentro del set de rodaje, nos permitirá cuantificar la extraordinaria dimensión del espectáculo cinematográfico para mostrar sus mejores galas ante la insaciable demanda lúdica de la humanidad.
Ya veremos sus particularidades en el siguiente artículo de esta serie.