Es temprano para medir el impacto en todos los órdenes, a escala global, del ascenso de Trump a la presidencia de los Estados Unidos. De su discurso y sus primeras medidas se mezclan aspectos de carácter simbólico (que no dejan de tener consecuencias prácticas y muy graves) y otras acciones que comienzan a generar fricción en lo político y lo económico. La pretensión de que fuera un acto imperial pomposo le fue arruinado por el cambio climático y el sombrero de su esposa. El saludo nazi de Musk anuncia impulsos hondos de odio de esta nueva gestión gubernamental estadounidenses contra pueblos y grupos sociales.
Sí fue coherente, hay que decirlo, al no colocar la mano sobre la Biblia en su juramento, señal de que su propósito político no tiene un ápice de cristianismo, a pesar de que miles y miles de laicos, pastores, sacerdotes y hasta obispos le siguen como tontos. Hay que entender que el cristianismo en Estados Unidos es parte de una estructura cultural donde la violencia, el machismo y la negación de la ciencia son componentes fundamentales, sobre todo en las zonas rurales. Y es ese contexto que explica el triunfo de Trump en las pasadas elecciones, además de los bulos difundidos en las redes sociales, en especial de la mano de Musk, sin negar la barbaridades cometidas por los demócratas desde los tiempos de Clinton hasta Biden que han desmontado lo poco de estado de bienestar que tenía Estados Unidos.
Sin mucho pesimismo en mi alforja no estoy tan despistado para afirmar que vamos hacia tiempos muy difíciles, sobre todo en la destrucción del reconocimiento de los derechos. Y no solo en Estados Unidos, ya vemos que en Europa, Rusia y China el poder de los gobiernos y Estados arrinconan el debido respeto de todas las personas y se aplican políticas represivas y humillantes. Algo es común a todos, la democracia se va debilitando y en muchos escenarios cuestionando abiertamente su necesidad en el ordenamiento político. Lo que nos costó tanto desde finales del siglo XVIII para establecer un ordenamiento social y político que reconozca los derechos de todos los individuos, sin importar raza, género o estatus legal.
¿Qué respuestas les darán a las medidas de Trump Europa, China o América Latina? ¿Cómo reaccionará los diversos estamentos sociales de Estados Unidos que van a ser reprimidos por las políticas trumpistas? ¿Qué pasará con la economía norteamericana y la mundial por las medidas que tomará Trump?