Desde tiempos ancestrales, las riberas de los ríos han sido zonas de gran interés y utilidad para las comunidades. Estos cuerpos de agua no solo han suministrado el vital recurso líquido, sino que también han servido como medios de comunicación y transporte, así como fuentes de recursos naturales. Por esta razón, numerosas poblaciones se han asentado a lo largo de estas corrientes fluviales a lo largo de la historia.
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> A medida que estas comunidades se han ido expandiendo y desarrollando, las orillas de los ríos han experimentado transformaciones para albergar una diversidad de actividades humanas. Se han construido paseos, plazas, parques y otros espacios públicos que permiten que la población disfrute y se relacione con el entorno fluvial. Estas áreas ribereñas se han convertido en sitios muy concurridos y apreciados por la sociedad.

Imagen 1. Junto a mis estudiantes de maestría de la Universidad BAUHAUS de Weimar, Alemania, en coordinación con la Embajada de Alemania en República Dominicana, la Embajada Dominicana en Berlín, la PUCMM y la UCE, para liderar uno de los primeros estudios urbanos realizados en el barrio Domingo Savio y a lo largo del río Ozama e Isabela, con el objetivo de promover un desarrollo urbano sostenible y resiliente en esa zona.

Se generaron una docena de proyectos innovadores de calidad mundial, donde los expertos se esforzaron al máximo para proponer soluciones que beneficiaran a esos barrios deprimidos, olvidados por décadas y aún marginados. Definitivamente fuimos parte de la semilla para el desarrollo urbano a lo largo de las orillas del Domingo Savio, a través de las conferencias y exposiciones que presentamos en República Dominicana entre los años 2010 y 2012.

La fundación de la ciudad de Santo Domingo de Guzmán tuvo lugar el 5 de agosto de 1496 por Bartolomé Colón, hermano de Cristóbal Colón, en la ribera oriental del río Ozama, cerca de una mina de oro localizada en la comunidad Taina. En ese sitio se erigieron viviendas de madera y paja que hoy se conocen como Villa Duarte. Inicialmente bautizada como La Nueva Isabela, en homenaje a la reina Isabel I de Castilla, esta nueva ciudad fue establecida tras una anterior fundación realizada por su hermano Cristóbal Colón, ambas en honor a la mencionada monarca.

Más tarde Frey Nicolás de Ovando concibió en 1502 las bases de su proyecto, donde los representantes de la Corona Española planearon la conquista del Nuevo Mundo. Trasladó la ciudad de Santo Domingo desde la orilla oriental del río Ozama a la occidental, basado en un trazado urbano de cuadriculas que aún se conserva, y construyo la primera fortaleza del Nuevo Mundo entre otras construcciones de interés, primicias en el nuevo mundo. De esta manera, el río Ozama se convirtió en la auténtica entrada de la Civilización Europea al Nuevo Continente.

Desde la desembocadura de este río, se emprendieron numerosas expediciones con el objetivo de conquistar nuevas tierras para la corona española. Estas expediciones estaban llenas de esperanza por descubrir nuevas fronteras. Algunas de las más destacadas fueron la de Alonso de Ojeda, que se dirigió hacia Venezuela (1498); la de Juan Ponce de León, que se encaminó hacia Puerto Rico (1508); la de Rodrigo de Bastidas, que exploró Panamá y Colombia (1509); La de Diego Velázquez, que se dirigió a Cuba (1511-15); La de Hernán Cortés, que conquistó México (1521), a de Francisco Pizarro, que partió hacia Perú (1532), entre otras tantas. Numerosas y significativas expediciones se aventuraron por el Nuevo Mundo con el propósito de descubrir tierras inexploradas, hallar riquezas y abrir nuevas posibilidades de crecimiento y desarrollo. Estos viajes representaron un hito en la historia de la exploración, marcados por la ambición de exploradores y colonizadores en busca de nuevas fronteras y oportunidades económicas.

Tristemente a través de 5 siglos, el río Ozama ha perdido gradualmente su esplendor a lo largo del tiempo y actualmente se encuentra en un estado alarmante de deterioro. La contaminación que lo aqueja ha tenido un impacto devastador en su ecosistema, resultando en la degradación de su flora y fauna, lo cual representa una grave amenaza para la biodiversidad y la salud del río. A esto se suma los cinturones de miseria de sus barrios deprimidos que se han alojado a todo lo largo de sus orillas, tanto en el rio Ozama, como en el Isabela.

Las plagas y enfermedades en las áreas circundantes, han teniendo un impacto negativo tanto en la salud de los residentes como en el aumento de la contaminación de dichos cuerpos de agua. El deterioro de la calidad ambiental resultante no solo afecta a la población local, sino que también agrava la situación de los recursos hídricos, comprometiendo su sostenibilidad y el bienestar de los ecosistemas acuáticos.

El río arrastra basura hacia las costas del mar Caribe, generando islas de plástico y aumentando la contaminación. Esto afecta el uso recreativo y deportivo del frente acuático de Santo Domingo. Además, la sedimentación y ocupación del río Ozama e Isabela alteran las dinámicas ecológicas de estos sistemas fluviales.

Imagen 2. Nuestra propuesta para el Domingo Savio (2012). Un gran parque lineal, un corredor verde que une bosques, espacios verdes, jardines históricos y parques urbanos, que estaban dispersos y sin conexión entre ellos, dotando de una infraestructura medioambiental única. La renovación urbana propuesta pasa por la recuperación del centro de la comunidad del barrio deprimido, la revitalización de parques y áreas verdes creadas para, la conversión de céntricas calles, avenidas y vías peatonales para la revalorización del tejido urbano.

Dentro de la concepción del trazado urbano y con una visión más amplia, las llamadas “áreas verdes urbanas”, constituidas por todos aquellos parques, jardines, camellones urbanos, glorietas, áreas naturales y deportivas, que forman parte de una ciudad, han pasado de ser elementos secundarios del paisaje urbano, con fines solamente estéticos y recreativos, a convertirse en áreas de gran importancia porque proporcionan beneficios tanto de índole social como ambiental.

La gestión de los espacios urbano-fluviales plantea un desafío significativo debido a la interacción de múltiples factores y la importancia de los instrumentos y estrategias de planificación en su ordenación. Es crucial encontrar un equilibrio entre aspectos como la fachada urbana, el patrimonio, la gestión de inundaciones y la función ecológica de los ríos para garantizar un desarrollo sostenible y resiliente en estas áreas. Los factores más principales a considerar serian:

-La mitigación del riesgo de inundación: Dado que las transformaciones de las márgenes de los ríos han aumentado la inundabilidad, la planificación debe abordar la reducción de este riesgo.

-La mejora medioambiental: Los instrumentos de planificación deben buscar la preservación y mejora de los ecosistemas fluviales, alterados por la ocupación humana.

-La puesta en valor del paisaje fluvial: Se trata de reconocer y potenciar los valores paisajísticos, culturales y patrimoniales de estos entornos ribereños.

-La compatibilidad de usos con las dinámicas fluviales: La planificación debe identificar y promover usos y actividades que sean respetuosos con los procesos naturales de los ríos.

Los espacios urbano-fluviales son oportunidades para enfrentar desafíos climáticos y crear entornos urbanos más resilientes y sostenibles. Se necesita una planificación integral que considere diversos aspectos como la fachada urbana, el patrimonio, la gestión de inundaciones y la función ecológica de los ríos para lograr entornos más sostenibles y resilientes.

Imagen 3. Aquí parte de los proyectos de la BAUHAUS, intervenciones urbanas para mejorar las condiciones de la comunidad deprimida del Domingo Savio. El equipo de estudiantes de maestría de la Universidad BAUHAUS en Weimar, Alemania, orientados por un servidor durante mis cátedras que impartía en este centro de tanto prestigio académico, donde presentamos innovadoras propuestas arquitectónicas y urbanas destinadas a revitalizar el entorno de estas comunidades. En un esfuerzo por abordar los desafíos urbanos que enfrentan estas, se llevaron a cabo exhaustivos análisis de los sistemas urbanos existentes, lo que permitió identificar áreas de mejora y oportunidades de intervención. Además, se aplicaron técnicas de acupuntura urbana para promover una transformación positiva y sostenible en el tejido urbano, con el objetivo de mejorar la calidad de vida y el bienestar de los residentes.

El saneamiento ambiental de los ríos Ozama e Isabela es fundamental para garantizar la salud ambiental de la costa Sur de Santo Domingo. Es necesario implementar medidas efectivas para mejorar la calidad del agua y restaurar el entorno natural de estas vías fluviales, lo que contribuirá significativamente a la revitalización de la zona y al bienestar de la población local.

Además, considerando el uso del Ozama e Isabela como vías de transporte de desechos sólidos, es esencial implementar un sistema eficiente y sostenible que permita gestionar adecuadamente los residuos generados en los barrios cercanos. Esto no solo contribuirá a mantener limpio el entorno fluvial, sino que también promoverá prácticas ambientalmente responsables en la comunidad.

Asimismo, explorar el potencial del río Ozama e Isabela como vía de transporte para pasajeros puede ser una solución innovadora y beneficiosa para mejorar la movilidad en la ciudad. Integrar el río en el sistema de transporte público, conectándolo con el metro, el teleférico, BICIMETRO y las principales vías de la ciudad, podría ofrecer una alternativa eficiente y sostenible para descongestionar el tráfico y mejorar la accesibilidad en Santo Domingo.

El proceso de saneamiento del río Ozama no solo implica una decisión política que requiere voluntad, sino que también es una necesidad imperante a nivel nacional por diversas razones. El río Ozama representa la entrada a la primera ciudad del Nuevo Mundo, nuestra histórica ciudad Colonial, por lo que su recuperación no solo beneficiaría el entorno ambiental, sino que también preservaría un importante patrimonio cultural y turístico para la nación.

Aunque los ríos han sido vitales para el desarrollo de las comunidades humanas, la ocupación y transformación de sus orillas ha tenido un impacto ecológico significativo, causando problemas de inundaciones agravados por el cambio climático. Es crucial encontrar un equilibrio entre la explotación y la conservación de estos ecosistemas fluviales.

El principal reto radica en lograr un equilibrio entre la reducción de riesgos, la protección del medio ambiente, la apreciación del paisaje y la coexistencia de diferentes usos a través de una planificación y gestión integral y multidisciplinaria de las zonas urbanas cercanas a los ríos. Esto implica la coordinación de acciones que aborden de manera efectiva los desafíos actuales en estos entornos, involucrando a una variedad de expertos y partes interesadas en un enfoque colaborativo y completo. La clave está en fomentar la sostenibilidad, la resiliencia y la armonía entre el desarrollo urbano y la preservación de los ecosistemas fluviales, asegurando que las áreas urbanas sean más habitables y sostenibles para las generaciones venideras.

Para lograr esto, es fundamental implementar estrategias que promuevan la integración de medidas de mitigación de riesgos, prácticas de mejora ambiental y estrategias de valorización del paisaje en la planificación urbana junto con la participación activa de la comunidad local y expertos en diversas disciplinas. Esto permitirá no solo abordar los desafíos presentes en las áreas urbanas ribereñas, sino también fomentar un desarrollo urbano más equilibrado y sostenible que responda a las necesidades presentes sin comprometer las oportunidades de las futuras generaciones. En última instancia, se busca crear entornos urbanos resilientes, armoniosos y adaptables que promuevan la calidad de vida de los habitantes y la conservación a largo plazo de los valiosos ecosistemas fluviales.

En este contexto, las estrategias de planificación desempeñan un papel esencial en la gestión de estas áreas, buscando equilibrar la mitigación de riesgos de inundaciones, la mejora ambiental, la valoración del paisaje fluvial y la promoción de usos compatibles con las dinámicas fluviales. Se destaca la importancia de considerar estos espacios urbanos y fluviales como oportunidades para enfrentar desafíos climáticos y promover entornos urbanos más resilientes y sostenibles, garantizando la calidad de vida de los habitantes.

Sobre el Autor: Prof. Arch. Richard Moreta Castillo lidera un equipo de arquitectos y diseñadores en su firma "Richard’s Architecture+Design" (RA+D), especializado en proyectos de hoteles, residencias de lujo, aeropuertos, diseño institucional y comercial. Con una trayectoria de 25 años, ha desarrollado proyectos en los cinco continentes, colaborando con clientes corporativos en Europa, las Américas, África y Asia. Su trabajo ha sido destacado en numerosas revistas internacionales y locales, y ha sido reconocido con premios de prestigio, como el de Excelencia en Diseño por su Megablock en Arabia Saudí y el WT Smart City Award en Milán, Italia. Además de su labor como arquitecto, Moreta es Profesor Honorario en diversas universidades internacionales y ha impartido conferencias en reconocidos eventos académicos alrededor del mundo. Su compromiso con la excelencia en el diseño y la innovación lo ha llevado a ser un referente en el campo de la arquitectura a nivel mundial. Como fundador de RA+D, Moreta ha establecido un equipo de diseñadores reconocidos con presencia en varias ciudades importantes alrededor del mundo, consolidando así su posición como una figura influyente en la industria arquitectónica global.