Desde Heráclito con su célebre frase que nadie se baña dos veces en el agua de un mismo río-, nos permite interpretar que, cambia el agua y cambia el que se baña-, más, adherido la propia dialéctica-según Marx, que refiere el modo correcto de abordar los fenómenos naturales y de la sociedad, en lo que unido al planteamiento de Heráclito, y combinando uno y otro, desde el concepto que aborda este enfoque, sus planteamientos sintetizan, que, la contradicción no paraliza, sí que dinamiza y, de forma más concreta, se plantea que las cosas se empujan unas con otras oponiéndose entre sí. En este caso, el Totalitarismo que es la antítesis de la democracia, silentemente, viene empujando, y de manera sigilosa-casi sin ruido-, los lideres democráticos no se están dando cuenta, que esta democracia tiene una guerra campal contra este enemigo frontal, y que ya viene instalándose a través del populismo que significa-según nuestros juicios- la antesala de las mutaciones del sistema democráticos hacia una posible dictadura-pura y simplemente-

Y en efecto, como dice Noam Chomsky, cuando aconseja, asuma el control a través de poner en ejercicio el criterio “armas silenciosas para guerras tranquilas”, aunque nos llenemos de espantos, que no es nuestra intención hacer malos presagios, por el derrotero que marcha la famélica democracia, este sistema, si no está silenciosamente suplantado, el totalitarismo le está pisando los talones.

De estos criterios filosóficos y dialecticos asumimos el presente enfoque para soportar que la democracia, como un concepto que implica un sistema político de lucha entre las clases sociales, a fin de que una elite de las que se confrontan, se instale en el poder debidamente legitimado, bajo el sagrado compromiso de que estos pongan en movimiento un sistema de gobierno de amplias garantías de derechos humanos, progreso, paz social, desarrollo económico y sobre todo garantice la soberanía, el orgullo patriótico y todo lo que implica una elevada calidad de vida y liberado de amenazas de que los cambios anunciados parezcan retroceder, “los cuales”  implica para el pueblo un conjunto de bienes comunes con el cual este sueña y lo manifiesta a través de las revoluciones de expectativas que les vienen transferidas de un conjuntos de esperanzas prometidas, como diría Javier del Rey en su ritual electoral, 2008)

La democracia ni ningún sistema será eterno, según se colige de las expresiones externadas por Heráclito y de las propias mutaciones de un mundo cambiante. Por lo tanto, este sistema, la democracia, también tendrá que ajustarse a estos grandes cambios de paradigmas sociales y hasta político para poder sobrevivir en estos tiempos convulsos, en que los conglomerados se han ido tornando más intolerantes, menos pacientes, más conscientes producto de una resocialización que lo ha ido cambiando todo, lo que a nuestro juicio, podría convertirlo en presa fáciles hacia escuchar discursos populistas y hacer causa común con estos, ya que el ensayo de asumir la democracia como sistema político podría estar llegando hacia algunos estadios de agotamiento.

Y decimos esto, porque la historia está llena de casos que las democracias se han convertidos en tragedias políticas con la mutación a otros sistemas de gobiernos, ya América Latina está llena esos nuevos estilos de gobernar aplicando híbridos de dictaduras enchapadas de democracia. (Por poner unos ejemplos El Salvador, Nicaragua, Venezuela y, aunque un poco moderado, Chile con Milei, que encontró un pueblo con una especie de impotencia y casi sin saber qué destino tomar, irrumpió en el desafío de status quo e instaló un gobierno bajo el discurso, ¡Viva la libertad, carajo!, y la promesa de hacer tragar sangre a la casta, como él les denominó a los gobernantes desplazados. ¡Puro populismo!

Ya se manifiestan vestigios y comportamientos sociales medalaganarios hasta el punto que dicha base de sostenimiento de la democracia, ha ido perdiendo un porcentaje significativo del encanto por los procesos electorales. En este sentido, por ejemplo, para aplatanar un poco el enfoque, la Republica Dominicana, aunque no ha sucedido una suplantación, pero sí que desde las elecciones del 2016 hasta las del 2024, se aprecia un ciego durmiendo y cojo sentado.  Ya se avizora uno de los reflejos que el conglomerado social, está invadido de un gran desencanto o posiblemente turbación, al momento de expresar sus votos. Un ejemplo palpable, de los 34 partidos, solo nueve (9) asumieron el desafío de irse con candidaturas propias a la presidencia. Pero con excepción de los mayoritarios, atención señores, el partido Esperanza Democrática, nos recreó la idea de la vuelta del Trujillismo a Republica Dominicana, aunque fue representado por un intermediario, fue el más votado de estos partidos, y eso, que fue la primera vez y, su desarrollo que ha sido tortuoso, pero, nos deja claro que el paradigma de cambio por mano dura está latente en el pensamiento social y políticos. ¡Ojos con eso!

Asumiendo la lectura del comportamiento electoral en las elecciones del 2024, podríamos decir, -inferencia nuestra-, silenciosamente el electorado se quedó en su casa, lo cual se refleja en un 46% que optó por abstenerse al voto. Pero en este mismo orden, solo el 54% se expresó, aunque no nos deja un gobierno ilegitimo porque se cumplió con el corolario de la democracia, que es, la celebración periódica de elecciones bajo el ritual del sufragio, sin embargo, con esta manifestación del electorado, podría atribuirse que la democracia no está siendo atractiva-más que, las mediciones de confianza están muy bajitas-, y esto hay que repensarlo. Y no solamente eso, si de manera inconsciente, la propia fuerza de atracción de que el colectivo social se siente sin esperanza y en su defecto, ya esté coqueteando con un posible cambio de sistema político.

Entonces habría que estudiar el fenómeno de que sea un cambio manifiesto que las ofertas políticas no suscitaron entusiasmo o de hecho seria un reflejo de cansancio del pueblo, en el sentido que, en una ecuación de suma y resta, se refleja un desgaste de la democracia, teniendo en cuenta que, si la FP llevó a la urnas un 28.85 %, el PLD un 10.39% y PRM, un 47.41 y, que este ganó en primera vuelta con el 9.09% que le sumaron los 20 partidos aliancistas, entonces, no se podría obviar que en la matemática política, manifestada, particularmente, se podría considerar como otro causal de desafección, que ya el cuerpo electoral podría estar enredado en la espera en la vieja promesa que viene ofreciendo la democracia desde la antigua Grecia. Y que, estos resultados de abstenciones sea la fuerza, que, posiblemente esté tomando el totalitarismo furtivo.

En la democracia es simple regla de contrato social y, que, entre la clase gobernante y el pueblo, se da una relación a través de normas y reglas sociales, para que una clase determinada asuma el rol de elite instalada o gobierno, y la otra, que es el pueblo, asuma el rol de gobernado. De lo cual se desprende la legitimidad del poder por el hecho que este contrato social de gobernantes y gobernados el cuerpo electoral resulta ser el representante de la soberanía popular. Y por el otro lado, el Totalitarismo en cambio, se manifiesta como se desarrollan los volcanes que, a través de grandes masas de fuegos tapado por grandes tetas de tierras, en un momento determinado entran en ebullición y se desbordan hasta ocasionar una especie de catástrofe. Es decir, el símil es que el Totalitarismo se va incubando de las frustraciones que podría irse acumulando de la falencia de la democracia y, que solamente espera que las condiciones subjetivas se mezclen con las objetivas, y se instale un sistema que rompa con el status quo, como fueron los casos en historia con Adolfo Hitler y el propio Mussolini que ambos surgieron de situaciones de desgaste del sistema imperante en esos momentos en sus correspondientes entornos.

Finalmente, a fin de ver o comprender la realidad de la batalla de la sobrevivencia de la democracia con la lucha por su extermino por el Totalitarismo, se podría usar como auxilio la tesis de la evolución de Charles Darwin, que sujeta en la transformación, así también la extinción de algunas especies precisamente por los propios cambios del hábitat que modifica los genes o los alelos de la biología social. Por lo tanto, en una asociatividad de postulados, cabe resaltar, por lo tanto, que todo viene a través de unos procesos que, según el criterio de biología social, surge como un fenómeno de la lucha campal por un ente por suplantar otro.  Señores actores de la democracia, despertemos, que la presencia del totalitarismo se olfatea, aunque no se vea, conforme se debilita la democracia. ¡Vencer o morir!