Jean Cocteau (1891-1963) y Jacques Maritain (1882-1973) son dos personajes franceses que tuvieron vidas muy activas y fértiles como pocos, fecundos y versátiles en su producción, incursionaron en varios géneros literarios y filosóficos, encontrándose en el catolicismo, al punto que Maritain llegó a ser, por un tiempo, guía espiritual de Cocteau.
Jean Cocteau se hizo famoso por su ingenio y travesuras artísticas. Escribió en poesía «La Lámpara de Aladino» y «El Príncipe Frívolo».
En 1917 compuso el argumento para el ballet «Desfile» (Parade), con la decoración de Pablo Picasso, y la música de Eric Satie, espectáculo que fue un verdadero escándalo por la innovación.
Cocteau indagó en poesía, teatro, novela, ensayos, cine, pintura y música. Su versatilidad lo situó en un lugar privilegiado en la intelectualidad.
Por su parte Jacques Maritain se distinguió como filósofo, escritor, conferenciante, crítico de arte, excelente profesor y buen orador…sobre todo un gran católico.
El fue orientador y guía de jóvenes intelectuales que buscaban en el cristianismo la expresión de sus inquietudes, otros que como él (un convertido siendo adulto), encontraron la supremacía en lo espiritual, unificando la inteligencia con la fe.
Jean Cocteau se encontraba desesperado después de la muerte de su amigo Raymond Radiguet (1903-1923).
Radiguet está considerado como un genio adolescente. A los 14 años escribió versos, a los 15 era colaborador de varias revistas literarias, a los 16 comenzó a escribir la novela «El Diablo en el Cuerpo», a los 18 escribió la comedia « La Familia Pelicano», también el cuento «Denise». Radiguet escribió la novela «El baile del Conde de Orgel». Murió de tifoidea, en diciembre de 1923, cuando apenas tenía 20 años de edad.
Cocteau, desesperado, visitó a Jacques Maritain en su residencia de Meudon, en busca de paz y para reencontrarse con Dios.
Ahí logró lo que buscaba, encontró al catolicismo bajo la tutela de Raissa y Jacques Maritain. De esa relación espiritual surgió una amistad profunda entre estos personajes.
Jean Cocteau escribió «Carta a Maritain», donde le dice:
«Usted es un pez de grandes profundidades. Luminoso y ciego. Su elemento es la oración, fuera de la oración usted tropieza con todo. La torpeza, ese es el terreno en el que nos entendemos. ¡No somos maliciosos! »
De esa amistad entre los Maritain y Jean Cocteau éste último envió otros jóvenes intelectuales para ser instruidos en el catolicismo por los Maritain, entre ellos estaba Maurice Sachs, del que el mismo Cocteau fue su padrino y Raissa su madrina. Sachs fue bautizado en el catolicismo el 29 de agosto de 1925.
Jacques Maritain escribió en enero de 1926, «Respuesta a Jean Cocteau », donde le aconseja: «Hay que tener el espíritu duro y el corazón suave.
En 1929 Cocteau escribió «Opio», un diario sobre su curación como drogadicto, luego el monólogo “La Voz Humana”, después la novela « Los Niños Terribles», donde hace alusiones al incesto.
Anteriormente había escrito la poesía « El Cabo de la Buena Esperanza». En sus obras iniciales se refleja la influencia de la pintura cubista y un estilo descriptivo y visual.
Su incursión como Director de cine con las películas «La Sangre del Poeta», «Orfeo», «La Bella y la Bestia», le dieron una gran dimensión artística.
Cuando se fundó la Colección ROSEAU D’OR, Jacques Maritain buscó la colaboración de Jean Cocteau.
Las visitas familiares eran frecuentes entre ellos. Cocteau era asiduo en la capilla familiar de los Maritain, donde se permitía la confesión, por licencia eclesiástica, como también la comunión.
Ellos participaban en reuniones donde se trataban temas artísticos, intelectuales y religiosos.
Maritain por su parte publicó «Los Grados del Saber», y otras grandes obras de contenido cristiano, participó en lo artístico con varios libros, algunos de ellos en colaboración con su esposa Raissa, quién era una exquisita poetisa, ellos eran conocedores del ambiente artístico.
Una de las obras de Maritain es «Arte y Escolástica», luego publicaron «Fronteras de la Poesía». Raissa escribió «Chagal o la Tempestad Encantada» y Jacques publicó “Intuición Creadora en Arte y Poesía»”.
Las vidas intelectuales y personales de Cocteau y Maritain marcharon juntas durante muchos años, luego las diversas actividades de ambos, los constantes viajes fuera de Francia y las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, distanciaron un poco a esos grandes personajes.
Maritain se instaló como exiliado en Canadá, luego en Estados Unidos, concluida la guerra se fue como Embajador de Francia ante el Vaticano, y otra vez como Profesor en Canadá y Estados Unidos.
Cocteau siguió con su diversidad de actividades artísticas. Además, en adaptaciones de obras como «Edipo Rey», «Romeo y Julieta», y otras clásicas. Pintó la Capilla de Saint Pierre, en Villefranche Sur-Mer.
Una de las veces que Maritain pasó por Francia, le envió una nota a Cocteau, diciéndole que él no estaba contento con el comportamiento personal de su amigo, sin embargo, nunca podía estar en Francia y no saludar a su querido amigo.
Cocteau ingresó a la Academia Francesa en 1965, un año más tarde lo hizo Maritain.
En su libro «El Campesino de Garona», Maritain rememora los consejos que les dio a Cocteau.
Estas dos personalidades, que disfrutaron de una comunidad espiritual e intelectual, son portadores de inmensas obras que engrandecen el arte y el pensamiento del humanismo universal.