En los años de la educación primaria de varias generaciones aun activas, era requerido aprender a dividir entre dos y tres cifras, por ejemplo 3,456,624 dividido entre 353, para lo cual se enseñaban procedimientos de varios pasos. Se requería además dominar el cálculo de la raíz cuadrada o la raíz cúbica de números como 541,364.
En la actualidad es más que suficiente entender el significado de tales operaciones, sin tener que realizarlas directamente. Para los ejemplos referidos se trata en el primer caso de estimar cuantas veces el segundo número está contenido en el primero; o para el otro ejemplo, determinar un número que de forma exacta o aproximada al multiplicarse por si mismo una vez o dos veces reproduzca el número al que se le extrae la raíz cuadrada o cúbica.
Hará ya un buen tiempo que no se hacen directamente tales operaciones. Una vez comprendido su significado, lo otro es trabajo de una calculadora, disponible hasta en un teléfono celular.
Lo dicho no se queda en operaciones aritméticas, ya hace décadas que problemas avanzados de matemática son resueltos por los sistemas informáticos con solo darles los datos; pero procede insistir que eso es solo posible si se comprende realmente el significado de lo que se hace.
Redactar de forma tal que el mensaje fuera preciso y no hubiese fallas ortográficas era un importante desafío. Al punto tal que hasta las y los periodistas, formados para comunicarse con claridad, precisión y corrección, requerían en las salas de redacción de los medios de comunicación, de correctores de estilo y de prueba. Si eso era con las y los periodistas, se puede deducir la dimensión del problema para las personas en general.
Ya hace algún tiempo que los procesadores de textos en las computadoras y teléfonos celulares tienen integrados recursos para la corrección de prueba y estilo. Cada día con más recursos para escribir con bastante precisión; pero igual que con la matemática, se requiere de una apropiada formación de base en el lenguaje escrito para entender y optimizar los recursos que se disponen.
A partir de los avances recientes de la Inteligencia Artificial es ya posible que el sistema informático redacte el texto completo mediante las instrucciones que se le den o corregirlo plenamente, si es el caso. Aun se pueden presentar fallas a partir de las fuentes de información, pero es impresionante a donde se ha llegado ya.
¿Qué podríamos decir o proyectar cual reflexión sobre el qué y el cómo aprender en todas las áreas ante tan profundos cambios ya ante nosotros?