Perdieron el rastro del sendero electoral tratando de aparentar que navegaban viento en popa, en eso dejaron de ver a los otros. Es decir, en las municipales del domingo el Dr. Leonel Fernández Reyna ignoró su entorno. Justicia Social, en consecuencia, quedó a dos nudos de distancia.
Yo, incluso, debido a la miopía hereditaria lo percibía al revés.
Se vale reconocer la advertencia subrepticia de esta columna, cuando decía: Leonel Fernández no es candidato en las elecciones de febrero”. Y recalcaba, debido a que “su foto no aparecerá en las papeletas de votación, a él le toca promover a los candidatos municipales de su partido”.
Pero Fernández no coge corte, es él o nadie. Por eso andaba orondo, sorteando los vientos y enarbolando una sola bandera: vuelve el León, vuelve el nuevo camino, vuelve Leonel. Pero al llegar a las urnas nadie escuchó el rugido.
¡Ay Dios, qué pela!
El Partido de la Liberación Dominicana, por su lado, se dedicó a sortear los métodos para detener la hemorragia inducida. Sabían que era imposible sanar las heridas de la escalada electoral del 2019 y 2020.
Con todo, los morados conservaron su estructura organizativa. Presionaron fuerte sobre las heridas. Consiguieron evitar que la fuga continuara diezmando sus tropas. La proeza les permitió recomponer su estrategia electoral y enfocarla hacia febrero 18. Cuando todos los percibían en un tercer lugar lejano, se alzaron con el segundo lugar.
De alguna manera, visto lo anterior —y a pesar del ciclón batatero perremeista— el PLD ganó.
Justicia Social, el gran ganador
Justicia Social, partido recién fundado por Julio César Valentín, exsenador y exlíder de las bases peledeistas. Recuerde la calma aparente de la mal llamada “Consulta Ciudadana” morada en octubre 2022. Abel Martínez Durán emergió como candidato de manera grotesca, lo que en poco tiempo originó una avalancha morada.
Luego del reconocimiento legal de Justicia Social se desató una ola de ataques desconociendo los méritos de Julio César Valentín Jiminián. Decían: le dieron demasiado a un partido hecho al vapor, ese proyecto es un billete de lotería, su futuro está por demostrarse; que lo hizo Luis Abinader para desbaratar el PLD, etc.
Los votantes hicieron caso omiso a las calumnias. Nada valió. En el sorteo del domingo 18 recién pasado el billete de Julio César Valentín, No. 34, salió premiado.
Es decir, en las elecciones del domingo Justicia Social (JS) obtuvo el triunfo en los municipios de Azua, provincia Azua; y Jánico, Licey al Medio y Tamboril, provincia Santiago.
Se cuentan, además, los distritos municipales de Boyá, Monte Plata; Majagual, Sabana Grande de Boyá; Canca La Piedra, Tamboril; Palmar Arriba, Villa González; Hato del Yaque, Santiago de los Caballeros; Juncalito, Jánico y Guatapanal, Mao.
El balance es solamente sobre los alcaldes municipales obtenidos y los directores de distritos municipales. Queda por contar los regidores y vocales ganados en esos municipios y en esos distritos municipales.
Pero en otras demarcaciones donde no ganaron, Julio César Valentín también logró representación con regidores y vocales. El país, a lo largo y ancho está lleno de bote en bote de Justicia Social.
En suma, JS ganó los alcaldes y los directores de once demarcaciones. Es decir, el exsenador de Santiago tiene el control de once alcaldías. Con ése balance JS sale a flote como la quinta fuerza política del país a nivel municipal.
Los peledeístas, los leonelistas, los comunicadores que no dicen nada si no hay sobres de por medio, ninguno volteó la mirada para donde Valentín. Él estaba escaso de recursos, la JCE —por ser recién formado— le transfirió tres pesos. Ni tan siquiera los enjundiosos analistas políticos divisaron el auge del Valiente.
Esta columna, por el contrario, conociendo la capacidad de trabajo, la base en los movimientos sociales y barriales sospechaba que le iría bien. Pero nunca creyó que terminaría como quinta fuerza.
Pero, el desafío de JS y Julio Cesar Valentín consiste en aumentar su caudal de votos en las elecciones de mayo 19. En mayo se decide el lugar que tendrá en la sábana de votación del 2028.
Pero son muchos los que deberían recordar el poema de Rafael Alberti “Se equivocó la paloma”. Se equivocó la paloma, / se equivocaba. / Por ir al norte fue al sur, / creyó que el trigo era el agua. /Creyó que el mar era el cielo (…), (de Entre el clavel y la espada, 1941).
Equivocarse una vez es de humano. Seguir tropezando con la misma piedra es de idiotas.