La primera edición del Festival Internacional de Cannes se llevó a cabo el 20 de septiembre de 1946.
Sin embargo, de una u otra manera Debord estuvo ligado a Cannes debido a que, según relata Miguel Asín en su Cronología Debord:
“El 31 de marzo de 1945 Paulette Rossi, madre de Guy Debord, se casa con el notario de Niza Charles Labaste. La pareja se instala junto con sus hijos e hijastros (cuatro en total) en una casa de Cannes. Guy Debord había nacido en Paris trece años antes”. (Op. cit. p. 22).
Según señala Miguel Asín “Una fotografía muestra a Debord en una calle de Cannes junto a una pintada en la que se lee “Isou”. Al dorso, dedicatoria de Debord al fundador del letrismo, Isidore Isou (1925-2008). El letrismo era en ese momento, tras la segunda Guerra Mundial, el movimiento que aglutinaba buena parte de las energías de la vanguardia francesa” (Ibídem, p. 22)
En efecto, se sabe que el letrismo fue una tendencia ligada a la imagen en movimiento, el concretismo y las letras en un modelo vocal articulado y a la vez suelto.
“El letrismo pretende convertir las articulaciones vocales mínimas, ya no las palabras, en el material de base de un nuevo tipo de poesía, que tiende a la glosolalia. Enseguida hará extensiva una reducción semejante al resto de las artes, entre ellas el cine, del que los letristas investigarán exhaustivamente a lo largo de dos intensos años los componentes elementales del dispositivo: fotograma, banda de imagen y banda de sonido, pantalla, sala, comentario, crítica. Precisamente, el encuentro con Debord se producía cuando Isou acababa de llegar a Cannes para mostrar su primera película …(Tratado de baba y eternidad), que sería la última pero cuya investigación continuarían otros letristas”. (M. Asín, op. cit. pp. 22-23).
Del 23 de abril al 10 de mayo de 1952, celebrándose el Quinto Festival de Cannes, “Un grupo de letristas, entre los que se encuentran Isou, Wolman y Debord interrumpen sistemáticamente las sesiones de la competición oficial, provocan altercados, realizan pintadas que dicen “El cine está muerto”, y reparten un panfleto titulado “Se acabó el cine francés”, en el que, entre otras cosas se lee: “Pretendemos superar estos ridículos concursos de subproductos entre pequeños comerciantes analfabetos y destinados a serlo. Nuestra mera presencia aquí los hace morir”. (Ibidem. pp. 24-25).
En efecto, el 30 de junio de 1952 se presenta en el Museo del Hombre de Paris Aullidos en favor de Sade, una película sin imágenes. La pantalla ofrece el color blanco cuando aparecen las letras o palabras y se queda en negra cuando no se ofrece ningún tipo de narrativa. La idea de negar el cine se acentúa en Debord mediante una protesta en contra del cine burgués y, a su juicio, sin significación real. El contraste negro-blanco en la pantalla que no esconde la idea de movimiento neutraliza lo que sería entonces un evento nulo, una protesta contra aquel espectáculo de negación.
Así pues, se trata de una escritura anticoncepto que “anarquiza” el concepto de cine por el cine mismo. El libro Contra el cine publicado en 1964 por Asger Jorn reúne los guiones de tres películas que Debord había realizado hasta ese momento. Se anunciaban allí trabajos cinematográficos que Debord proyectaría en pantallas. Por ejemplo: revolucionario” “Prefacio a una nueva teoría del movimiento revolucionario que luego sería la película La sociedad del espectáculo; así como, anunció su Elogio de lo que sería el Elogio de lo que amábamos en las imágenes de una época, el Retrato de Ivan Chtcheglov textos que aparecerán en una obra visionaria titulada In girum imus nocte et Consumimur igni (“en la noche dábamos vuelta y nos consumimos por el fuego”), este verso latino es “Un palíndromo que hace referencia al baile de las mariposas nocturnas alrededor de una fuente de luz, y que, en su movimiento circular, ha sido interpretado como una expresión de deseo y curiosidad”. Este verso es el título de la película In girum imus nocte et Consumimur igni, que Debord asume como escritura y base de un antifilme donde se propone el análisis de las condiciones de escritura pública, proyección, crítica y comunidad.
Veremos más adelante cómo la escritura-cine adquiere en las obras cinematográficas de Debord, todo un mundo crítico de su metacine haciendo más trascendente lo fílmico a favor de una empresa ideológica más crítica, des-enajenante y propiciadora de un arte en movimiento que pondría en crisis la llamada industria cinematográfica comercial, burguesa y conservadora según sus visiones y cardinales.