Como se sabe, la Gerencia Pública responde a los intereses públicos y nunca debe claudicar ante los intereses personales, privados o de otra índole. En tal sentido, la Gerencia Pública es la columna vertebral de la Administración y la Gestión Pública de un Estado libre y democrático.
Según se conoce a nivel universal, la Gerencia Pública está llamada a fortalecer el Estado y a sus instituciones. Como tal, la función primordial de la Gerencia Pública es evaluar, predecir, discutir, consensuar, planificar y proponer Políticas Públicas para eficientizar el rol del Estado y el sus instituciones.
Además, la Gerencia Pública está llamada a garantizar la coordinación y la alineación de todas las instituciones públicas. Como tal, la alineación a la que hacemos referencia implica, entre otras acciones, la planeación estratégica y transversalidad de la Administración Publica y a todos los niveles.
En tal sentido, la Gerencia Pública deber ser capaz de adelantarse a la ocurrencia de los posibles eventos prevenibles, tanto en el ámbito político, social, económico y ambiental que pudiesen ocurrir y afectar a un segmento importante de la población de una Nación.
Asimismo, la Gerencia Pública no debe ser contemplativa, sino que esta está llamada a asumir un rol predictivo, pro activo y correctivo a la vez. Como se sabe, la predicción se adelanta a los posibles eventos, como es el caso de los fenómenos naturales, sociales, comunitarios de ciertas complejidades y envergaduras.
Como se sabe, la Gerencia Pública la ejercen los funcionarios nombrados por el Poder Ejecutivo y los demás Poderes del Estado, quienes a partir de sus respectivos nombramientos, representan la máxima autoridad del Estado. Como tales, los funcionarios nombrados son responsables de aplicar un modelo de gestión que facilite la provisión de los servicios públicos de manera oportuna, eficiente y efectiva.
No obstante, los aspectos claves de la Gerencia Pública son complementarios entre sí, como es el caso de la calidad de las finanzas públicas y las funciones de la política fiscal, gestiones que deben procurar un uso eficaz y eficiente de los recursos públicos, así como elevar el potencial de crecimiento de la economía con equidad distributiva.
Por su parte, el segundo aspecto de la Gerencia Pública tiene que ver con los conceptos costo-efectividad y rendición de cuentas, cuyos compromisos es garantizar que se obtengan resultados medibles sobre el uso de los recursos públicos. Como tales, ambos conceptos están asociados al control social y a la transparencia como se manejen los recursos públicos.
De su lado, el tercer aspecto a tomar en cuenta la Gerencia Pública tiene que ver con la lógica de la cadena de producción y distribución del valor público. Esto es, el reconocimiento percibido por la población sobre los servicios de la Gerencia Pública en sentido general.
En tal sentido, lo expuesto en el párrafo anterior exige planificación, movilización, despliegue, organización y distribución de los recursos financieros públicos con resultados oportunos, tangibles, eficientes y eficaces.
Según los parámetros internacionales, la Gerencia Pública debe ser incluyente y equitativa, creando valor público para los sectores más vulnerables de la sociedad, siendo creativa e innovadora, así como evaluando y dando seguimiento continuo a los servicios públicos ofrecidos.
Por su parte, la Gerencia Pública está bajo la dirección del Poder Ejecutivo, quien nombra o quita a los funcionarios públicos. Como se sabe, el Presidente Luis Rodolfo Abinader Corona, nombrará antes o a partir del próximo 16 de agosto, los funcionarios públicos que acompañarán al binomio presidencial Luis-Raquel en la gestión de su segundo mando presidencial.
Visto lo anterior, los dominicanos esperamos que el presidente Abinander nombre en los ministerios, viceministerios y las direcciones generales a técnicos y a profesionales con capacidad para escuchar, planificar, organizar y conducir eficiente y transparentemente las instituciones y descentralizadas.
Según lo ha dicho Luis Abinader, este será su segundo y último mandato como Presidente Constitucional de la República Dominicana. De ser así, él deberá hacerse acompañar de hombres y mujeres honestos/as, íntegros, tolerantes, prudentes y capaces de prevenir y resolucionar conflictos en este retador mandato presidencial.
Como se sabe, el horno político, social y económico de nuestro país, no estará para galletitas durante el período gubernamental 2024-2028. En tal sentido, el panorama sociopolítico y económico dominicano requerirá de mucha prudencia, tolerancia, humildad y ecuanimidad de quienes estén al frente del Poder Ejecutivo y las instituciones públicas y descentralizadas.
Por lo que se ve, el presidente Abinader deberá escoger con pinza a los integrantes de su Gabinete Presidencial, incorporando al mismo los mejores hombres y mujeres con los que cuenta el Partido Revolucionario Moderno (PRM), los partidos aliados y ciudadanos honestos, íntegros y capaces.
Por lo que hemos visto en el primer período gubernamental del binomio Luis Abinader-Raquel Peña, ambos han demostrado tener capacidad, madurez e inteligencia emocional para gestionar las cosas públicas.
“La imaginación exagera; la razón subestima; el sentido común modera (Marlene Dietrich).