Hace algunos días dirigentes del Partido Revolucionario Moderno (PRM) acusaron a la oposición, en una clara alusión a la Fuerza del Pueblo (FP) por la colocación de vallas que llaman a la población a inscribirse en la formación, de hacer campaña proselitista fuera de la fecha establecida por la ley, confundiendo el trabajo propio de organización de una entidad política, en el que se procura el crecimiento y posicionamiento de símbolos partidarios, con proselitismo; ignorando que para que una acción política tenga carácter proselitista, debe haber una promoción explícita de candidaturas, pues resulta que no entender que los partidos deben acometer planes que les vinculen con los ciudadanos, desde el contacto directo hasta la promoción publicitaria por todos los medios que les permita la ley, sería impedir las labores ordinarias que definen la vida cotidiana de una organización.

 

Contrario al trabajo de organización y crecimiento de la FP, el partido que hace las críticas a la “oposición” exhibe grandes afiches y vallas que tapizan todo el territorio nacional en las que se promueve abiertamente la reelección del presidente Luis Abinader bajo el eslogan de “cuatro años más”, lo que sí es una acción de carácter proselitista, porque promueve de manera explícita una posible candidatura. Pero esta promoción de una candidatura a la reelección presidencial no se queda en esta exhibición fuera del tiempo que establece la ley, sino que los actos públicos -abiertos- en los que participa el mandatario en su calidad de jefe del Estado, se convierten en escenarios de campaña, lo que no solo implica una violación al tiempo que establece la legislación electoral para el inicio de las actividades proselitistas, sino que se abusa del uso de los recursos del Estado, cuestión que también viola nuestras normas jurídicas.

 

 

Dicho lo anterior, queda claro que no se puede confundir la acción proselitista con el trabajo cotidiano de un partido político que no solo está vinculado a su crecimiento y fortalecimiento, sino,  también, a la proyección de sus ideas para marcar el tono de sus principios ideológicos, al debate sobre temas nacionales, como los económicos, medioambientales, de seguridad ciudadana o interior, de salud y otros que brotan de la agenda de la sociedad a propósito de su constante evolución, necesidades y demandas; pero igual de los temas internacionales que en el marco de la mundialización de las economías, la liberalización de los mercados, la globalización de la cultura y el etcétera conocido, se convierten en nacionales, porque la interdependencia ha creado tantos vasos comunicantes que siendo locales nos convertimos en globales.

 

Pues bien, la FP actúa en el marco de lo establecido por la ley, promoviendo la inscripción de los ciudadanos en el partido como parte del Plan Nacional de Crecimiento en el que combinamos las “jornadas boschistas de afiliación” -en las que los compañeros y compañeras salen a las calles a visitar casa por casa a los ciudadanos para localizar nuestros simpatizantes e inscribirlos en nuestra organización- con la inscripción virtual a través de una plataforma fácil de manejar. En esta labor está Leonel Fernández, presidente y líder de la organización, los miembros de la Dirección Política, de la Dirección Central y dirigentes de todos los niveles, haciendo uso de medios legítimos. Este trabajo constante ha permitido un crecimiento cuasi exponencial de nuestro partido al punto que hoy, luego de depositar un padrón de un millón de afiliados y a dos años de nacidos, nos acercamos al millón 500 mil.