En la evaluación del desempeño docente que se llevara a cabo desde el IDEICE con la asesoría técnica de la OEI, se emplearon varias herramientas evu, a saber:
- Matriz para retroalimentar la práctica pedagógica: era una pauta para la observación de clases que contiene de 22 a 27 indicadores según el nivel y la modalidad educativa.
- La rúbrica para valorar el alcance de los indicadores de la matriz de observación: una lista de cotejo para indicar si se evidenciaban o no los indicadores.
- Lista de cotejo para valorar la calidad de la planificación de la clase que sería observada.
- Autoevaluación: un instrumento orientado a que cada docente pueda reflexionar acerca de su práctica, valorando la misma.
- Pauta de evaluación por parte del director o directora y el equipo directivo para cada docente del centro.
- Ejercicio del rendimiento profesional: cuestionario con la finalidad de que el docente realice una toma de posición respecto a determinados asuntos cruciales de su profesión, como enfoque curricular, métodos y procedimientos, etc.
- Pauta para la evaluación del registro de grado: se trataba de valorar la calidad del llenado de dicho registro donde se asientan los resultados del proceso de aprendizaje de cada estudiante como de la asistencia de estos. Se tuvo que descartar pues a un alto porcentaje de los docentes evaluados no les había llegado aún dicho registro.
Es importante saber que el marco de referencia para el desarrollo de estos instrumentos fue los Estándares Profesionales y del Desempeño para la Certificación y Desarrollo de la Carrera Docente, aprobado por el Consejo Nacional de Educación en el año 2015.
De este documento institucional se consideraron para el desarrollo del instrumental de la evaluación del desempeño las 4 dimensiones, los 10 estándares y una muestra de 86 de los 188 indicadores que sirven de referencia para el desarrollo de la carrera docente, representando un 45.7% de los mismos.
Fue interesante observar los porcentajes de los docentes según las categorías que se emplearon de excelente, muy bien, bien y mejorables en tres de estas herramientas, como fueron: observación de clases, evaluación de la planificación y ejercicio del rendimiento profesional.
En una de estas tres herramientas se observó una desviación estándar más ajustada que las otras dos. Eso significaba, que la dispersión de los puntajes con respecto al valor medio (promedio) no eran tan homogéneas, rebelando que en la autoevaluación y la evaluación del equipo directivo se tendía a dar la máxima puntuación.
Se pudo comprobar que un porcentaje de los directivos llegaron a otorgarles a sus docentes de aula por igual, la máxima calificación posible, lo que lógicamente no es esperable en ninguna situación real. Suponer que todos los docentes tienen la máxima calificación puede ser lo ideal y querible, pero difícilmente pueda ser lo real y posible.
A continuación los resultados por acción evaluativa:
Acción evaluativa | Destacado | Competente | Básico | Insuficiente |
Observación de clases | 11.4% | 29.1% | 26.8% | 32.7% |
Evaluación de la planificación | 6.2% | 22.1% | 14.0% | 57.7% |
Ejercicio del rendimiento profesional | 13.2% | 31.3% | 24.8% | 30.7% |
En sentido general, algo más de un tercio de los docentes de aula evaluados no sobrepasó la categoría de insuficiente en estas herramientas evaluativas, incluso, más de la mitad cae en esta categoría en un aspecto tan fundamental del proceso de enseñanza como lo es la planificación de la clase.
La dimensión de este problema es mucho mayor de lo que expresan los resultados, pues todos los docentes estaban debidamente informados que debían entregar la planificación de la clase que sería observada. Nos llegó la información, incluso, de que algunas personas aprensivas se dedicaron a “vender” planificaciones de clases.
Quienes se dedican a la formación inicial y continua de los docentes saben de la importancia de la planificación, pues esta se constituye en la organización previa y coherente de lo que se realizará en el aula con el propósito de lograr que los estudiantes aprendan en el aula.
Esto significa, que el docente antes de llegar al aula debe reflexionar y tomar decisiones acerca del tema, su propósito, la estrategia que utilizará como las actividades que realizará y la manera cómo evaluará los resultados esperados, entre otras cosas.
No hay dudas de que la planificación es uno de los aspectos más importantes en el proceso educativo, pues se constituye en el primer paso para organizar el trabajo de aula y alcanzar los propósitos consignados en el currículo. Con una buena planificación los logros de aprendizaje serán mucho más previsibles.
¿Será la falta de dominio de la planificación de la clase en nuestros docentes de aula evaluados entonces, uno de los factores más influyente en los bajos logros de aprendizajes mostrados en las evaluaciones diagnósticas nacionales y los estudios internacionales por parte de nuestros estudiantes?