De entrada, hay que precisar que la organización en cuanto componente constituyente de un Estado efectivo es parte de un conjunto de factores fundamentales a ser tenidos en cuenta a partir del desarrollo alcanzado por la administración científica.

El conjunto de factores lo conforman en lo esencial planificación, organización, dirección, control, gestión humana, procesos, control total de calidad y la incorporación de las Tecnologías de Información y Comunicación-TIC- de gran impacto en el conjunto.

Se ha de resaltar además que, como precondición, para los países que así al menos lo proclaman, la prevalencia de la democracia y, al menos en proceso, la transparencia en la gestión de los recursos públicos. Respecto a la democracia asumirla como tal a partir de la real separación de los llamados poderes públicos, los tres poderes tradicionalmente entendidos como tales, es decir Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Pues se ha de puntualizar además que la democracia moderna comprende otros tres poderes como el Electoral, el de Control Estatal con instancias como la Contraloría y la Cámara de Cuentas, y también como poderes independientes los bancos centrales responsables de la política monetaria.

Al estudiar la organización desde la óptica de un Estado efectivo lo dicho significa que de cumplir en primer lugar esas condiciones se aceptaría como una Estado real y no una entelequia.

Tener presente además de lo que se habla de Estado efectivo en el sentido de que ha de ser eficaz y eficiente, lo que equivale a decir hacer las cosas correctas, además de hacerlas correctamente: una precisa selección de los objetivos y su estricto cumplimiento.

Aun después de cumplidas las precondiciones de democracia y transparencia, es muy importante considerar que no lo es todo y de ahí el gran significado y la importancia de un Estado efectivo, respecto al cual en esta oportunidad prestamos especial atención a la organización.

La organización se encuentra desde el inicio de la administración científica cuando ya en el 1916 Jules Henri Fayol Le Marie -uno de sus fundadores- en su obra “Administración industrial y general” definía a la administración como un proceso que comprendía planificación, organización, dirección y control.

De ahí que poniendo la lupa a la organización, como la forma en que las actividades se distribuyen, ordenan y coordinan, y a partir de las precondiciones consideradas, es esa una vía muy apropiada de desarrollar fuertes tendencias hacia un Estado eficaz y eficiente, superando el burocratismo y la rutina que aun predominan.

Mucho que pueden avanzar países como la República Dominicana desde el Estado al redimensionar la organización a todos los niveles.