El legendario periódico estadounidense The New York Times publicó recientemente un artículo diciendo que la digitalización actual y futura, va dirigida a la clase media y a los pobres del Planeta. Además, hizo referencia a las estrategias que está utilizando la elite norteamericana para huir del mundo digital. Como psicólogo social, me resultó interesante este tipo de análisis y decidí compartir su contenido con los lectores de este estratégico medio de comunicación digital.

El artículo referencia describe que la clase alta de los Estados Unidos de Norteamérica no sólo rechaza todos los servicios de la economía digital, sino que es reacia al uso de los teléfonos inteligentes, a las compras en línea, al uso de las redes sociales y permitir que sus hijos realicen estudios virtuales. Según el referido artículo, la elite norteamericana está evitando que sus hijos y nietos ingresen o estudien en las escuelas, institutos, centros  y en las  universidades donde los docentes utilizan dispositivos electrónicos.

En tal sentido, el artículo del The New York Times refiere que en la exitosa serie Black Mirror hay un capítulo que predice que para el año 2039, existirán millones de “esclavos digitales”, especialmente en las clases media y pobre en todo el Planeta. El capítulo de referencia se titula “15 millones de méritos”. En el análisis que hacen los autores de dicho capitulo refieren que, los esclavos digitales vivirán en un mismo edificio comunitario, comerán alimentos artificiales y productos fabricados a base de insectos y serán adictos al mundo virtual. Además refieren que, cada residente del edificio comunitario se reducirá a una unidad de trabajo productiva y que, la mayoría de los comunitarios, utilizarán una bicicleta estática para poder acumular méritos en sus respectivos puestos de trabajo.

También, dicho capitulo hace referencia que para el 2039 muchos intelectuales estarán siendo pagados por las grandes compañías tecnológicas para inducir a la clase media y a los pobres a vivir en un mundo virtual progresivo, condición que es rechazada por la elite norteamericana. Es por ello que, las familias que integran la elite norteamericana prefieren que sus hijos jueguen con otros niños de su mismo estrato social, pero sin aparatos tecnológicos. Como se puede apreciar, la interacción humana real y la vida sin teléfonos inteligentes durante el día, se ha convertido en un símbolo de estatus social diferencial en Estados Unidos de Norteamérica. Según la elite de los USA, cuantos más monitores aparecen en la vida de las clases media y los pobres, más desaparecerán en la vida de los ricos, según el consultor Milton Pedraza.

En sus estudios, el señor Pedraza descubrió que, los más ricos no sólo huyen del mundo digital, sino que utilizan su dinero en todo aquello que promueva el contacto humano de sus hijos y nietos. En tal sentido el consultor refiere que, las “personas verdaderamente importantes de los USA” rechazan estar conectadas todo el tiempo a una red social, a un teléfono inteligente o a una laptop o PC. Según Pedraza, la elite norteamericana valora el trato humano de calidad en los consultorios de salud, en los centros educativos, en las universidades  o en cualquier otro sitio donde interactúan sus hijos y nietos.

En tal sentido, Pedraza constató que la elite de los USA considera el contacto humano como el único poder real y la riqueza más valiosa que deben vivir y heredar sus hijos y nietos. Por su parte y según el capítulo los “15 millones de méritos” referido mas arriba, los hijos y nietos de los privilegiados norteamericanos crecen en entornos con relaciones personales fluidas, mientras que los hijos de los más pobres ceden sus datos personales a través de sus dispositivos electrónicos, a cambio de recibir una gratificación emocional que no obtienen en el ambiente comunitario y social donde éstos residen.

Según el análisis que hizo The New York Times, el rechazo de la elite norteamericana a cualquier formación virtual en la educación de sus hijos y nietos no es capricho de los Rockefeller, sino que para dicha clase social “es la única manera de formar herederos inteligentes y capaces de enfrentar el futuro“ con independencia. En tal sentido, un estudio sobre “desarrollo cerebral” realizado recientemente por varios institutos federales de salud de los USA en los que participaron unos once mil (11.000) niños/as se encontró que, aquellos/as niños/as que pasan más de dos (2) horas al día frente a una pantalla de un dispositivo digital, obtuvieron calificaciones más bajas que aquellos niños que habían leído al menos un libro.

Por su parte, estudios realizados por neuropsicologos y psicólogos sociales en el período 2001-2016 indican que, los cerebros de los niños que pasan mucho tiempo frente a la pantalla de un ordenador comparados con los cerebros de los niños que no usan con frecuencia dichos aparatos electrónicos, son totalmente diferentes. Esos estudios comprobaron que, la exposición regular a las pantallas táctiles adelgaza la corteza cerebral; mientras que otros estudios comparativos realizados con adultos en ese mismo período encontraron que, “existen características afines entre quienes utilizan las pantallas continuamente y la depresión”.

En tal sentido, el capítulo “15 millones de méritos” al que hicimos referencia anteriormente indica que, las compañías tecnológicas han presionado y siguen presionando a las autoridades de los Estados Unidos para que las escuelas públicas tengan un ordenador por alumno. No obstante, los más altos directivos de las empresas tecnológicas de Palo Alto, California, se niegan a educar a sus hijos dentro del mundo digital. Como se puede apreciar, el cinismo, la hipocresía y la doble moral, mantiene atrapadas a las autoridades de los USA frente al fenómeno de la digitalización de la educación a nivel federal. Por su parte, la escuela primaria Waldorf de Silicon Valley, la más popular de la zona de Palo Alto, promete volver a lo básico rediseñando los programas a partir de la educación clásica y eliminar todo rastro de tecnología digital para que, los hijos y los nietos de los dueños de dichas empresas, no reciban educación bajo la modalidad digital.

No obstante se sabe que mientras que por un lado, los niños ricos pasan menos tiempo con los aparatos electrónicos, éstos son motivados a sostener relaciones interpersonales reales; mientras que por el otro lado, se promueve que los niños de las clases media y pobres, se vuelven cada vez más adictos a la tecnología. Son decenas los psicólogos sociales y neuropsicólogos que están siendo contratados por las compañías tecnológicas para que éstos definan estrategias para inducir a los niños y a los jóvenes de clase media y pobres, a fijar sus ojos y sus mentes a temprana edad en los dispositivos electrónicos. Según varios estudios realizados por la psicología social, evitar los dispositivos tecnológicos es mucho más difícil para los hijos de las clases media y los pobres que para los hijos de los ricos, ya que los pobres llenan su vacío existencial utilizando los aparatos tecnológicos que fabrican las empresas de los ricos norteamericanos.

En tal sentido, se sabe que los niños que tienen hoy entre 5 y 10 años y que están siendo educados en el ambiente digital, serán los esclavos de aquellos niños que hoy son educados en escuelas clásicas y tradicionales, donde los lazos humanos cara a cara están siendo estimulados. En ese contexto, el capítulo “15 millones de méritos” de la serie Black Mirror refiere que, los esclavos de la post-post modernidad, se conformarán con refugios precarios, alimentos chatarras y vestimentas igual para todos; mientras que en lugar de cadenas y grilletes, tendrán un número de identificación digital y un asesor artificial.

“Nada es tan desalentador que un esclavo satisfecho”. Ricardo Flores Magón