En los últimos tres años, la economía dominicana ha experimentado fuertes choques externos, como la pandemia de la COVID-19, que causó choques estructurales tanto en la oferta como en la demanda. A eso se suma la Guerra en Ucrania, que exacerbó los choques anteriormente mencionados y fue agravada por una espiral inflacionaria de índole estructural y monetaria que ha afectado al 90% de la economía mundial. Ahora, en el horizonte, se cierne un conflicto en Medio Oriente entre Israel y Hamas que podría desencadenar consecuencias catastróficas para la actividad económica global, debido a la política monetaria restrictiva que están aplicando los bancos centrales en todo el mundo. Esta restricción podría mantenerse a corto y mediano plazo debido a la amenaza inflacionaria derivada del aumento en los costos energéticos.

El Banco Central de la República Dominicana (BCRD) inició el aumento de las tasas de política monetaria en noviembre de 2021 para contrarrestar el aumento de los precios en la economía. Esta política monetaria restrictiva ha logrado su objetivo de reducir la inflación, que, en agosto de 2023, en términos interanuales, fue del 3.95%, situándose dentro del rango objetivo del Banco Central (+/- 1-4%). Sin embargo, la inflación interanual en septiembre de 2023 se situó en el 4.41%, lo que indica que la amenaza inflacionaria sigue latente y, por lo tanto, el Banco Central no puede bajar la guardia en su objetivo de controlar la inflación. Durante este proceso, el Banco Central ha ejecutado cierta flexibilización en su política monetaria, lo que le ha permitido inyectar liquidez en el sistema financiero por valor de RD$126,000 millones, lo que a su vez se ha traducido en un aumento del crédito privado en un 18%.

Si bien el crédito privado ha aumentado en un 18%, según el Banco Central, lo que estaría en consonancia con una economía en crecimiento, el Banco Central informa que el PIB real solo ha crecido un 1.7% entre enero y septiembre de 2023. La razón fundamental de este crecimiento moderado radica en la falta de sincronización entre la política fiscal y monetaria del Gobierno dominicano. Por un lado, el Banco Central ha cumplido con su labor de contener la inflación, lo que ha resultado en una contracción de la demanda agregada. Por otro lado, el Gobierno central no ha implementado una política fiscal expansiva para contrarrestar el efecto del retiro del sector privado en la estimulación de la demanda agregada. El Estado debe desempeñar un papel más activo en la estimulación de la demanda a través de una expansión del gasto público, específicamente el gasto de capital. Según las cifras del propio Banco Central y del Ministerio de Hacienda, la ejecución presupuestaria del gasto de capital hasta agosto de 2023 ascendió solo al 1.5% del PIB, su nivel más bajo desde el año 2000.

A pesar de las proyecciones de crecimiento del Gobierno y algunos organismos internacionales, que sitúan el crecimiento en un 3% para el cierre del año, el nivel de crecimiento mostrado hasta el momento y la baja ejecución presupuestaria en el gasto de capital hacen que sea muy difícil alcanzar esa cifra. La economía tendría que crecer entre un 5% y un 6% en el resto del año para lograrlo, a menos que el Gobierno acelere la ejecución presupuestaria en el gasto de capital. El sector de la construcción será clave para revertir la desaceleración que experimenta la economía dominicana, ya que representa cerca del 15% del PIB y tiene un efecto multiplicador en otras áreas de la economía. Según cifras del Banco Mundial, la tasa de ahorro de la economía dominicana en 2022 fue del 26.88% del PIB, su nivel más alto desde que se tiene registro, que fue en 2021 con un 27.86%. Esto indica una alta tasa de ahorro en la economía y, por lo tanto, una contracción en el gasto público. En 2022, la propensión marginal al consumo fue del 73%, lo que significa que se gastaron RD$73.00 por cada peso generado por la economía. El multiplicador fiscal de la economía dominicana en 2022 fue de 3.70, lo que indica que por cada peso gastado por el Gobierno se generaron RD$3.70.

Debido a los choques externos que afectan a la economía mundial y nacional, el Gobierno dominicano debe estar dispuesto a reconsiderar la gestión de la política fiscal y la partida de gasto de capital del 2.1% del PIB en el presupuesto general de la nación para 2024. Esta cifra sería la más baja desde el año 2000. Una desaceleración pronunciada de la economía dominicana en un año electoral podría plantear serios desafíos al Gobierno y al presidente Luis Abinader en su objetivo de mantenerse al frente del poder ejecutivo. Como decía el profesor Juan Bosch: "si la economía va bien, la política va bien".