La ciencia y la tecnología nuclear para usos pacíficos es en la actualidad una importante responsabilidad de los Estados.

En la República Dominicana en lo que respecta al Ministerio de Energía y Minas-MEM- la Ley 100-13 que lo crea le otorga funciones directas en materia de ciencia y tecnología nuclear. En el artículo 2do al atribuirle al ministerio la calidad de órgano rector le asigna la responsabilidad oficial para con la energía nuclear; el artículo 5to acápite b, dispone la creación de un viceministerio de energía nuclear.

Se ha de ponderar lo acontecido con la ciencia y la tecnología nuclear en la actual gestión del MEM; pero en el interés de su mejor comprensión lo precisaremos en una segunda entrega, para así poder explicar en esta ocasión algunos de sus fundamentos a partir de uno de los importantes conceptos asociados: radiación.

La radiación que como lo explica Andrea Galindo de la Organización Internacional de Energía Atómica-OIEA- en sus tan accesibles y didácticos materiales de divulgación, es la energía que se desplaza debido a procesos que se producen en determinadas circunstancias en los átomos y que se manifiestan como ondas o partículas.  Entre las fuentes de radiación, por ejemplo, está el sol o los hornos de microondas.

Muy importantes procedimientos médicos existen gracias a la radiación tales como diversos tratamientos para el cáncer o diagnósticos por imagen. La radiación hace posible producir electricidad mediante energía solar en su origen una forma de energía nuclear debido al proceso al interior del Sol llamado fusión nuclear, o la energía eléctrica generada a partir de la llamada fisión nuclear mediante reactores nucleares.

La radiación tiene muchas otras aplicaciones como para depurar aguas residuales o hasta para crear nuevas variedades de plantas resistentes al cambio climático; pero cuando sus usos conllevan riesgos es necesario adoptar medidas para proteger a las personas y al medio ambiente.

De ahí la clasificación que se hace en cuanto a radiación ionizante capaz de arrancar electrones de átomos y moléculas por lo que si no se emplean correctamente pueden dañar las células y órganos de nuestro cuerpo o al medio ambiente, y las radiaciones no ionizantes como las ya citadas ondas de radio o la luz solar las que no representan tales niveles de riesgos.

A partir de lo dicho y referido solo a las radiaciones ya se puede entender por qué los Estados han de gestionar eficazmente tales actividades y otras en ciencia y tecnología nuclear, en el país dentro de las competencias del Ministerio de Energía y Minas que mucho que ha avanzado al respecto.