En un proceso de varias etapas comenzando por la primera crisis del petróleo en el año 1973, se ha ido haciendo perentorio el ahorro y uso eficiente de la energía.
Antes de 1973 el uso de la energía se asumía como una manifestación de avance y bienestar. Nada que ver con ahorro y uso eficiente.
Después de varias etapas y ya con la llegada del siglo XXI el ahorro y el uso eficiente de la energía pasan a ser de los más importantes desafíos de la humanidad. Eso así por cuanto no solo se trata del gran impacto económico que tiene el uso de combustibles fósiles, sino por las graves implicaciones en relación con el cambio climático, al punto tal que ya se proyecta como una real amenaza para la sobrevivencia de la humanidad.
Se progresa en cuanto al desarrollo de las energías renovables reduciendo mediante avances tecnológicos sus costos hasta hacerlos competitivos, concomitantemente a sus tan positivos impactos frente al calentamiento global. Mas se estima que aun así no es suficiente y que al mismo tiempo se requiere del ahorro y uso eficiente de la energía.
El ahorro y uso eficiente de la energía corresponden ser asumidos desde el Estado, para lograr desde ahí su gran impacto en la sociedad. Por lo que las iniciativas al respecto del Ministerio de Energía y Minas-MEM- mucho que están contribuyendo y se puede ver desde las primeros momentos de la actual gestión como en la página Web aparece la propuesta -ya en su fase de culminación-de la Ley de Eficiencia Energética y Uso Racional de Energía, dentro de varias iniciativas; así como el Decreto 158-23 del 13 de abril de 2023 que declaró de “alta prioridad nacional la implementación de una política de ahorro y eficiencia energética en todos los órganos de la administración pública”.
A lo anterior se agrega el que una instancia del Estado dominicano, precisamente el propio Ministerio de Energía y Minas, haya sido la primera en la región del Caribe en lograr la certificación ISO-50001 la cual garantiza que las organizaciones que se les otorga cuentan con un sistema de gestión de energía eficiente, que reduce el consumo de energía y el impacto medioambiental y aumenta la rentabilidad. Y como si fuera poco, se suma el proceso de instalación que ya culmina para que la fuente principal de energía eléctrica en sus edificaciones provenga de paneles solares.
Junto al Estado todas las ciudadanas y ciudadanos han de contribuir estudiando y principalmente aplicando activamente el ahorro y uso eficiente de la energía. Es una prioridad nacional.