El 9 de agosto de cada año se celebra en todo el mundo el Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
Para Rusia este día tiene un significado especial, ya que nuestro país acoge a unas 200 nacionalidades, que hablan 270 lenguas y viven en paz y armonía.
Apoyar a las pequeñas minorías indígenas se encuentra entre las tareas primordiales para la Federación de Rusia y una clave para fortalecer nuestra sociedad ante los nuevos retos.
Últimamente llama la atención la iniciativa destructiva del régimen de Kiev y sus dueños occidentales a llevar a cabo la así llamada Cumbre internacional “Plataforma de Crimea”, donde, supuestamente, abordarán el asunto de los tártaros de Crimea (uno de los grupos étnicos que habitan la península).
Se trata de otro inútil intento de interferir en los asuntos interiores rusos usando el tema totalmente desconectado de la realidad de la península que después de su reunificación con Rusia tras el referéndum de 2014 se convirtió en el próspero territorio de concordia internacional.
Es notable que hasta 2014, los mecanismos internacionales de supervisión de los derechos humanos (el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial, el Comité de Derechos Humanos de la ONU, el Alto Comisionado de la OSCE para las Minorías Nacionales, el Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, etc.) registraron repetidamente violaciones de los derechos de las minorías nacionales en Ucrania, principalmente de los tártaros de Crimea.
La política nacional de Ucrania hacia Crimea, tanto antes como después de 2014, es una absoluta falta de voluntad para oír y escuchar a los pueblos de Crimea. En los últimos años el régimen neonazi kievita ha realizado varias acciones inhumanas en Crimea tales como el bloqueo del agua, de transporte, numerosos bombardeos de la infraestructura civil sin considerar las consecuencias para los pueblos de la península.
Así que la “preocupación”, declarada por el régimen de Zelenski, es solo una táctica coyuntural para mantener el intereses de sus patrocinadores occidentales y de tal manera seguir recibiendo de ellos los préstamos y ayuda financiera.
Ahora los tártaros de Crimea están representados en todas las autoridades estatales y municipales, trabajan en los órganos de gobierno, son elegidos para la Duma Estatal y participan en la adopción de decisiones clave para Crimea y nuestro país.
Tras la reunificación de Crimea con la Federación de Rusia, la lengua tártara obtuvo el estatus de la lengua estatal en pie de igualdad con el ruso y el ucraniano y por primera vez los jóvenes tártaros de Crimea tienen la oportunidad de estudiar en su lengua materna.
En lugar de participar en la farsa de la "Plataforma de Crimea" sería mucho más eficaz ir directamente a Crimea. En vez de pretender que los asuntos de Crimea son importantes en los lugares que no tienen nada que ver con la península – visitar esa próspera y floreciente región rusa, hablar con la gente y conocer la verdad.