En un hito que marca un avance significativo en la interacción de la Iglesia Católica con las tecnologías emergentes, la Pontificia Comisión para el Estado de la Ciudad del Vaticano ha promulgado el Decreto N. DCCII, titulado «Linee Guida in materia di intelligenza artificiale». El documento, firmado el 16 de diciembre de 2024, entró en vigor el 1 de enero de 2025, estableciendo principios éticos, normativos y operativos para el uso de la inteligencia artificial (IA) dentro del territorio vaticano y en las actividades relacionadas con la Santa Sede.

Contexto y motivación

La iniciativa, en línea con la encíclica Laudato Si’ y otros documentos clave del magisterio pontificio, reconoce el impacto positivo y los riesgos inherentes al progreso tecnológico. En particular, el decreto resalta que la IA, como fruto de la creatividad humana otorgada por Dios, puede ser tanto una herramienta de desarrollo como un desafío ético para la dignidad humana y el bien común.

Objetivos principales

El decreto persigue varios objetivos fundamentales:

  • Promover un uso ético y antropocéntrico de la IA.
  • Garantizar la transparencia, la seguridad y la protección de los derechos humanos en el desarrollo de sistemas tecnológicos.
  • Asegurar que la IA respalde la misión pastoral de la Iglesia y no comprometa sus valores esenciales.

Puntos clave del Decreto

  1. Prohibiciones: Se prohíben prácticas como la manipulación subliminal, la discriminación, la exclusión de personas con discapacidades y cualquier uso que degrade la dignidad humana o comprometa la misión de la Iglesia.
  2. Ámbito de aplicación: Las directrices abarcan el desarrollo, la experimentación y el uso de sistemas de IA en áreas como sanidad, cultura, infraestructura, trabajo, seguridad y administración pública.
  3. Responsabilidad ética: La IA debe emplearse como herramienta de apoyo, preservando siempre el poder de decisión y la autonomía de los seres humanos.
  4. Comisión de supervisión: Se crea una Comisión de Inteligencia Artificial para monitorear, regular y evaluar el impacto de la tecnología dentro del Vaticano.

Repercusiones y desafíos

Este documento coloca al Vaticano como un actor relevante en la regulación ética de la inteligencia artificial. Más allá de sus fronteras, podría servir como modelo para otros estados y organismos que enfrentan desafíos similares. En un mundo cada vez más digitalizado, el decreto subraya la necesidad de priorizar la ética y la dignidad humana en todas las innovaciones tecnológicas.

En términos más amplios, el Vaticano reafirma su misión de ser un «faro moral» en el mundo contemporáneo, demostrando cómo la fe y la razón pueden trabajar juntas para abordar los retos del siglo XXI.

Perspectivas futuras

Este decreto no solo refuerza el compromiso de la Iglesia con los valores evangélicos en el ámbito tecnológico, sino que también abre la puerta a nuevas reflexiones sobre el impacto ético de la tecnología en la sociedad. A medida que se implementen las leyes y regulaciones derivadas, la Iglesia tendrá la oportunidad de liderar el diálogo global sobre tecnología y ética.

En conclusión, el Decreto N. DCCII representa un paso importante hacia una integración reflexiva y responsable de la inteligencia artificial en la misión de la Iglesia, reafirmando su compromiso de servir al bien común y proteger la dignidad humana en la era digital.

Mons. Alfredo de la Cruz Baldera+IA