En los Estados Unidos, los precios de la gasolina se han disparado a niveles récord, obligando a algunas familias a elegir entre llenar su tanque o poner comida en la mesa. Pero para los ejecutivos petroleros, cuyas tenencias de acciones se han disparado, estos son días felices, inclusive algunos de ellos están cobrando sus acciones a tasas inusualmente altas.
La mayoría de estos barones del petróleo, que cotizan en bolsa, ninguno había vendido previamente su parte de las acciones de la compañía petrolera, excepto para pagar impuestos o el costo de ejercer sus acciones. Sin embargo, en los últimos tres meses han recolectado más de US$9 trillones de dólares.
Para estos ejecutivos, es un momento lucrativo para recolocar acciones; inclusive muchas de estas acciones corporativas se han disparado un 145 por ciento (145%) en lo que va del año, aprovechando un repunte más amplio de la industria impulsado en parte, por el aumento de la demanda, la inflación y la guerra en Ucrania.
Por otro lado, mientras estos barones del petróleo se lucran indecentemente, el precio promedio por galón de gasolina está por encima de los US$6 dólares y la revista Forbes informó el viernes que los precios en algunos mercados podrían alcanzar los US$11 dólares el galón. Evidentemente que este nivel inusitado de precios esta causando mucho dolor en los hogares norteamericanos porque tienen que elegir entre comida y/o gasolina, alquiler y/o gasolina, atención médica y/o gasolina.
Ahora bien, estos barones petroleros, se amparan en ¨las leyes del mercado¨ para lucrarse indecentemente lo cual es eminentemente poco ético; ganar este tipo de dinero con el dolor de la gente.
Mientras todo esto pasa en los niveles ejecutivos de las empresas, estas también han casi cuadriplicado sus ganancias en la bolsa de valores de Wall Street.
NOTA: Según Bloomberg, en el primer trimestre, los ejecutivos de la industria petrolera vendieron colectivamente más de mil millones de dólares en acciones.
Ahora bien, la respuesta empresarial, ante los cuestionamientos hechos por la prensa y los comités especializados senatoriales es la siguiente:
El precio en el surtidor que los estadounidenses están pagando actualmente es una función del aumento de la demanda y la oferta rezagada combinada con la agitación geopolítica y la incertidumbre política de Washington
Ante esta afrentosa respuesta, la administración Biden ha tratado de responsabilizar más directamente a las empresas petroleras. “Este no es el momento de quedarse con ganancias récord, es el momento de dar un paso al frente por el bien de su país”, dijo el presidente Biden, recientemente. Hasta ahora, seis ejecutivos de la industria han testificado ante un subcomité de la Cámara de Representantes y el Senado norteamericano.
Casi al mismo tiempo, dos congresistas demócratas enviaron una carta a las principales empresas de energía criticando decenas de miles de millones de dólares en dividendos y recompras de acciones previstas para este año.
NOTA: Para el amigo lector, esta técnica de venta, reventa y recompra de acciones entre los ejecutivos de las empresas, se llama LOOP HAULING, y solo busca inflar los precios de estas acciones astronómicamente. Claro está, que esta burbuja se desinflará y va a crear un caos en las bolsas de valores mundiales, menos en los bolsillos de estos barones petroleros.
En resumen:
1-Las empresas de combustibles fósiles se están aprovechando de la crisis [en Ucrania] al obtener ganancias récord y gastar miles de millones de dólares para enriquecer a sus ejecutivos e inversionistas.
2-Las empresas también se han enfrentado a críticas por rechazar los llamados a aumentar sustancialmente la producción para reducir los precios; las empresas de energía sufrieron pérdidas al principio de la pandemia y son reacias a agregar nuevos riesgos a sus balances de emisión de deuda.
3-Con el fin de desviar parte de la culpa, por los costos estratosféricos del combustible, la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, aprobó recientemente la Ley de Prevención de Aumento de Precios de Combustible para el Consumidor, una medida que otorgaría al presidente nuevos poderes para limitar los precios de los hidrocarburantes. Sin embargo, es poco probable que el proyecto de ley sea aprobado por el Senado, y hay opiniones encontradas sobre si esta legislación redujera estos precios.
Lo que si queda evidenciado es, que a la hora de hacer dinero, lo ético y lo moral, pasan a un segundo plano.