La notable polarización Gobierno oposición que ha marcado el actual debate electoral dominicano podría inducir a la ligera conclusión de que en las elecciones del próximo 19 de mayo se definirá un gran ganador y consecuentemente un gran derrotado.
Eso es lo que parece a simple vista pero el hecho cierto es que el mandato ciudadano que se expresará en mayo, además de consagrar a un gran vencedor, también legitimará al sector partidario que encabezará la oposición política a partir de este 2024.
A estas alturas la definición del gran ganador parece estar fuera de discusión, ya que el presidente Luis Abinader se proyecta con todas las posibilidades de asegurar un segundo mandato en primera vuelta.
Sin embargo, el segundo puesto de la contienda de mayo, que habrá de definir el derecho a competir en una eventual segunda vuelta y a encabezar la oposición a partir del próximo período constitucional, no está nada claro, ya que el Partido de la Liberación Dominicana y la Fuerza del Pueblo, además de enfrentar al presidente Abinader, deberán pelear con la misma determinación para derrotarse mutuamente y lograr el mejor resultado individual en esta disputa electoral.
La complejidad de esta coyuntura es que la alianza opositora cuenta por un lado con el ex presidente Leonel Fernández, el actual líder opositor con mayor ascendencia política, de acuerdo a las encuestas; y por él otro lado con la todavía poderosa maquinaria electoral del PLD, tal como quedó evidenciado en las elecciones municipales de febrero, donde logró un claro segundo lugar.
No hay que olvidar las expresiones del presidente y líder del PLD, Danilo Medina, cuando calificó como “rara” la alianza entre su partido, la Fuerza del Pueblo y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), al considerar que tal concertación produciría algunos aliados temporales que luego serían rivales.
Pero el ex presidente Medina fue un poco más allá, advirtiendo a sus partidarios que el PLD, "sí o sí, tiene que quedar en primero o quedar en segundo, porque el partido que quede en tercer lugar caminará hacia su extinción”.
Los resultados electorales de mayo también tienen otra dimensión trascendente para la oposición, porque igualmente podría definir la suerte del liderazgo emergente del PLD y de la Fuerza del Pueblo, sobre todo para tener la oportunidad de crecer y competir en relativa igualdad de condiciones con el nuevo liderazgo de relevo que ya se está desarrollando con firmeza en el Partido Revolucionario Moderno (PRM), con el evidente auspicio del presidente Abinader.