¿Quién no conoce gigantes holandeses como ASML, NXP, Philips y WeTransfer en tecnología, o marcas holandesas como Heineken y Unilever en consumo masivo? En servicios financieros, Adyen y Bunq están transformando la industria, mientras que Booking.com ha cambiado la forma de viajar. En ingeniería marítima, Boskalis y VanOord lideran, y Shell sigue siendo un referente mundial. Todas estas empresas empezaron con una idea y el impulso de emprendedores innovadores que se atrevieron a soñar en grande.
El emprendimiento es un motor clave para el crecimiento económico. Los emprendedores crean nuevos negocios, generan empleos, impulsan la competencia y fomentan la innovación. Los startups, como parte de este ecosistema, introducen productos y servicios novedosos que aumentan la productividad y mejoran la eficiencia en distintos sectores. Además, al desafiar modelos tradicionales, estimulan la dinamización de las economías y su diversificación.
Entre los efectos más destacados del emprendimiento en la economía está la creación de empleo, lo que reduce el desempleo y permite mayor inclusión económica. También diversifica las economías al fomentar nuevos sectores, haciéndolas más resilientes ante crisis. Además, introduce innovaciones que mejoran la calidad de los productos y servicios, lo que beneficia al consumidor. Finalmente, genera riqueza para emprendedores, empleados e inversores, fortaleciendo la economía local.
En la República Dominicana, el emprendimiento ha ganado relevancia como vía para diversificar una economía históricamente dependiente de agricultura y turismo. En los últimos años, ha crecido el interés por emprender, impulsado por un mercado digital en expansión y el apoyo gubernamental. Sin embargo, el ecosistema emprendedor enfrenta retos importantes.
Por el lado positivo, el gobierno ha implementado iniciativas para facilitar el emprendimiento, creando incubadoras y programas de apoyo. Además, el auge de la economía digital, con sectores como el comercio electrónico y fintech, ofrece oportunidades para el surgimiento de startups tecnológicas. A esto se suma un creciente interés de inversores locales e internacionales y una mayor participación de los jóvenes en iniciativas emprendedoras. Iniciativas que empezaron recientemente para complementar el ecosistema – como por ejemplo Adofintech, Enlaces, Boost – tienen cada año más impacto. En mi participación como jurado en el Climathon República Dominicana vi personalmente que importantes iniciativas globales vienen a buscar talento innovador también a la Republica Dominicana y como entidades como CleantechHub de Colombia y Holland House Caribbean estimulan el emprendimiento.
No obstante, persisten desafíos importantes, como el acceso limitado al financiamiento. Muchos emprendedores enfrentan dificultades para conseguir capital, ya que los bancos perciben a los startups como riesgosos. Además, el entorno regulatorio es complejo y burocrático, lo que puede desalentar a nuevos emprendedores. La falta de personal con habilidades (técnicas) también dificulta el crecimiento de startups, y el ecosistema sigue siendo débil en varias regiones fuera de la capital.
Los Países Bajos son un referente global en emprendimiento e innovación. Existen varias lecciones que la República Dominicana puede adoptar para fortalecer su propio ecosistema emprendedor.
En los Países Bajos, el gobierno tiene un rol central en apoyar a los emprendedores mediante subvenciones, incentivos fiscales y programas como la "Startup Visa" para atraer talento extranjero. La República Dominicana podría replicar estas políticas, facilitando la atracción de emprendedores internacionales y ofreciendo más apoyo financiero a los locales.
Además, los Países Bajos destacan por fomentar la colaboración entre universidades, centros de investigación y empresas privadas. Esto promueve la innovación y el desarrollo de soluciones conjuntas. En la República Dominicana, una mayor integración entre el sector académico y el empresarial ayudaría a fortalecer la capacidad innovadora del país.
El acceso al capital es otro pilar del éxito holandés. Crear un ecosistema financiero más estructurado en la República Dominicana, como fondos nacionales de inversión o incentivos para inversores ángeles, podría ayudar a los startups a obtener el financiamiento necesario para crecer.
También es clave la educación emprendedora. En los Países Bajos, se integra en los planes educativos desde temprana edad, desarrollando habilidades tanto técnicas como empresariales. Implementar programas similares en la República Dominicana contribuiría a preparar una fuerza laboral más capacitada para los desafíos del futuro.
Finalmente, el entorno regulatorio en los Países Bajos es sencillo y favorece la innovación. Simplificar los procesos regulatorios en la República Dominicana facilitaría el inicio y crecimiento de nuevos negocios. Asimismo, la expansión de hubs de innovación y incubadoras en todo el país ofrecería a los emprendedores acceso a mentoría, redes y recursos necesarios para su éxito.
En conclusión, el emprendimiento tiene un enorme potencial para transformar economías, y en la República Dominicana, aunque hay desafíos, existe una base sólida para su desarrollo. Siguiendo las mejores prácticas de países como los Países Bajos, el país puede fortalecer su ecosistema emprendedor y fomentar una economía más innovadora y competitiva.