(Apuntes para un manual de sociología barata)
El jodón podría definirse en función de las personalidades. Es una frase o expresión que se asume como si fuese un homogéneo que abarca a todos los jodones. Pero es prudente distinguir algunas clasificaciones, porque en el argot de la chapucería criolla es también jodón quien exige calidad y respeto a su individualidad. Hay una cultura del promedio que asume como molestoso todo aquello que no se integra al borreguismo.
Hay jodones que transfieren todo su malestar interno, sus complejos, sus rabias y sus traumas a cualquier pendejada que mínimamente lo saque de la rigidez de su esquema de conducta. Hay otros que creen que el mundo es un laboratorio que debería diseñarse en función de sus gustos y disgustos. Son seres tan complejos que es difícil hasta ayudarlos. A esos tipos de sujetos es bueno recodarle que “todo aquel que vive buscando lo que le gusta, vivirá eternamente en el disgusto”.
También existen los jodones culinarios, en esencia no son más que malos comedores. Se atreven a decir que no le gusta la comida china. Una cocina tan variada en especias y sabores la resumen a un plato que probaron o que solamente vieron su aspecto. Comen con los ojos y no con la experiencia de probar.
Tenemos los jodones “paranoicos”, son inseguros, están llenos de miedo, desconfían de las otras personas. Siempre creen que el otro los puede joder. Son más chivos que un chivo de Azua. El tema no es el otro, son sus miedos, tal vez por eso su conducta es tan insegura y negativa.
Existe el jodón mediocre y pusilánime en presencia de su jefe. Frente a él es un ser nulo, no expresa sus disgustos ni puntos de vista. Acumula resentimientos para tirárselo arriba al más débil, puede ser a la familia o a un empleado subalterno.
Están los jodones caprichosos, se comportan como si fuesen niños, la gente le puede caer mal o bien solamente por cómo se vista o camine. Esos jodones deciden de la primera impresión y cualquier prejuicio inmediato lo dan como un hecho para descalificar ideas, comidas o personas. A veces se enemistan con sujetos que apenas conocen. Son arbitrarios en sus decisiones, rara vez sus juicios no están afectados de una gran carga emotiva.
En las selvas de jodones existen los malcriados e intolerantes, mandan a la mierda a una persona por cualquier disparate, o dejan de ir a un lugar por las razones más absurdas.
Están los jodones psicópatas, entiéndase personas que nunca sienten remordimiento por su conducta frente al otro, escasamente piden excusas. No asumen ninguna cuota de responsabilidad frente a ningún conflicto que generan. El otro siempre es el demonio. Posiblemente todos tenemos un poco de ese jodón.
Es importante aclarar, que todos(as) somos jodones en algún grado, porque joder y exigir exageradamente no es más que las transferencias de nuestros malestares a cualquier acto de la vida cotidiana.
Cc. Alias, el difícil.