A propósito de la entrada en la recta final de la campaña electoral en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, consideramos necesario, que no solo se diga que somos la primada de América por razón de fecha de fundación, sino, que somos pioneros en trazar modelos de política de Estado, en virtud de que la UASD es la conformación de una Republica Dominicana en miniatura, que, en estos momentos, ha alcanzado tener presencia activa e incidencia en casi todas las provincias.
Resultando la UASD ser el enjambre de la formación de profesionales más grande del país, es necesario establecer reglas de juego que la conviertan en la imagen de gobernanza, empezando por el modelo de elección de sus autoridades. Este modelo de elección debe ser mediante la exposición y comprobación de los conocimientos y destrezas de sus actores, dado en un ambiente donde prime la capacidad de razonamiento, la seguridad de elevar la enseñanza científica a los niveles más altos, la confianza en una administración diáfana, con criterios de políticas de futura independencia económica y la meta de convertirla en el laboratorio científico más grande del Caribe.
Es por ello necesario, que tanto la comunidad universitaria, como la sociedad dominicana en su conjunto, conozca los detalles de los candidatos y sus respectivas propuestas, al tratarse de una institución que no solo se nutre del dinero de los contribuyentes, sino, que es la única vía que tiene la mayoría de la población para poder realizar una carrera universitaria, lo que la convierte en la genuina expresión de la formación educativa de todos los sectores sociales del país.
Hasta el momento, estamos frente a la presencia de cuatro candidatos por la posición a rector, sin embargo, las fuerzas se encuentran polarizadas entre Jorge Asjana, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud 2005 – 2008 reelegido 2008-2011, vicerrector docente en el 2011-2014, aspirante a la rectoría en el 2018, en esa etapa, pasa a apoyar a la actual rectora Emma Polanco. El Dr. Asjana tiene una vida dedica a la universidad, sustenta la teoría de que “la UASD debe trabajar en coordinación con las fuerzas productivas en las necesidades de cada región en la que imparte docencia a través de sus centros”.
Por el otro lado, Editrudis Beltrán quien fue vicerrector administrativo 2002-2005 y reelegido en la posición en el 2005-2008, con un gran histórico en los asuntos administrativos de la universidad, fue candidato a la rectoría en las elecciones del 2018 en contra de la actual rectora, doña Emma Polanco, al no obtener el triunfo esperado, vuelve a las lides por la máxima posición de la UASD. El ingeniero Editrudis Beltrán tiene como meta, “aplicar un desmonte gradual de la carga docente hasta llevar a los maestros al objetivo académico sin exceder las 32 horas de trabajo”.
En base a las propuestas de los candidatos, esta Universidad está obligada a practicar el nivel de campaña electoral más elevado. Sus candidatos están compelidos a demostrar el interés que los mueve, no solo a administrar los recursos que recibe y genera la institución, sino, lo que los motiva a dirigir los destinos de la más vieja universidad del continente.
Lo ideal es, que importantes sectores de la sociedad, provoquen que los aspirantes a la más encumbradas posiciones de la UASD, se sientan obligados a exhibir sus cualidades, programas, aspiraciones y perfiles, ante toda la nación, a los fines, de que la sociedad, propietaria de ese patrimonio, conozca de manera directa a los aspirantes y se conforme la idea de quienes manejan uno de los recursos más importantes, en su condición de tutores del conocimiento del pueblo.
Queremos ver a los candidatos confrontarse en debates de campaña para que exhiban sus virtudes y muestren sus capacidades, además que expresen la manera de conducir los destinos de la universidad y analicen objetivamente el modo de elevar los niveles científicos, pedagógicos y administrativos, planteándole a la comunidad universitaria, sobre la profesionalidad de sus maestros, cuerpo administrativo y empleomanía. Sería beneficioso para la comunidad universitaria, que en esos debates, los candidatos planteen los planes que pretenden ejecutar, para elevar el nivel de enseñanza a sus estudiantes y sobre todo, como garantizar la seguridad de los docentes y empleados.
Los debates sirven para confrontar ideológicamente a los candidatos en igualdad de condiciones, al ser herramientas efectivas para darse a conocer ante la sociedad que lo va a elegir, siendo un soporte importante en el fortalecimiento de la democracia. Es hora de que las autoridades universitarias honren el símbolo que se ha vendido en su seno, como la guía de la democracia de la República. Esperamos, que las autoridades electorales se animen a convocar a los candidatos a un foro público en un gran debate.
A pesar de que el modelo de los grandes debates es Estados Unidos, en esta ocasión hago referencia a la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires por ser el lugar escogido para el primer debate presidencial en la historia de Argentina. ¿Que mejor foro para un debate público entre los candidatos a rectores y vice rectores de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), que el Aula Magna de esta casa de estudios superiores?