Hoy, haremos una breve pausa sobre nuestra sobre nuestro formidable viaje a Egipto y la serie de artículos al respecto.

 

El estado de bienestar es un concepto manejado desde hace varias décadas en los países europeos que avanzaron hacia estadios de desarrollo superiores – obviamente- a los que tenían como puntos de partida. Tal es el caso de países como España, Portugal, Grecia, Irlanda, por decir unos cuantos.

 

En España, país que conocemos por vivencia propia,  la evidencia del estado de bienestar, se nota en la bonanza de una clase media cuya base es más extensa que la de cualquier otro nivel social.

 

Este estado de bienestar también se nota en unos servicios públicos funcionales y generalizados que garantizan un acceso de calidad para todos los ciudadanos. Da lo mismo que usted viva en el municipio madrileño de Majadahonda o en Fuenlabrada, en Hellín (Albacete), o en Gerona por ahí por Cataluña; todos los ciudadanos transitan por vía limpias, seguras, iluminadas y con un urbanismo cuando menos correcto; ni que decir de ciudades como San Sebastián con un urbanismo multipremiado, incluso en términos de sostenibilidad.

 

Caminamos por el mundo, con la limitación del que no conoce mundo, del que ha viajado poco y se sorprende de lo que conoce a su paso. Sabemos bien de Santo Domingo, primada de América, conocemos de otras ciudades Europeas que nos sirven para realizar ejercicios de comparación y contraste, e incluso conocemos ciudades del áfrica más próxima y el contraste es aún mayor.

 

A propósito de Egipto, El Cairo resulta ser un caos con el orden y concierto del que lo vive en su cotidianidad, pero para el visitante, aquello se aleja cientos de años de un estado básico de bienestar. Es ese estado de bienestar el que nos permite notar que una sociedad devuelve a sus ciudadanos algo de lo que aporta con sus impuestos.

 

Gazcue  (o Gascue)

El emblemático sector de la capital dominicana, en el que nacimos y luego volvimos a vivir, para luego irnos de nuevo a Santo Domingo Este, es un recuerdo de sus años de gloria. Muchas de sus Quintas y Chalets de autor han desaparecido. En una sociedad con niveles de institucionalidad suficientemente serios no hubiese pasado este; primero esto, la institucionalización de los estamentos de control y luego el estado de bienestar…Esperamos ese orden en nuestra sociedad dominicana.

 

Todo esto para saludar la iniciativa de la Dirección De Planeamiento Urbano del Distrito Nacional de República Dominicana por intentar aportar unos buenos cuantos galones de pintura para Gazcue ( ¿o Gascue?).