Haití-República Dominicana, un tema que es cíclico. La tensión que se está viviendo ha llegado a estos extremos porque ha encontrado a ambos países en un escenario ideal para el discurso nacionalista y avivar a las masas que generalmente no salen del patriotismo y están ancladas en 1844.
Por el lado haitiano el país vive una crisis muy profunda en todos los niveles y el primer ministro haitiano no goza de buena popularidad. Incluso la Conferencia del Episcopado Haitiano emitió una comunicación quejándose de la realidad en que vive Haití.
«Desde hace unos cuatro años, nuestro país vive una de las crisis sociopolíticas y de seguridad más largas y mortíferas de toda su historia. Todo el pueblo, todo el país, está afectado hasta la médula. Realmente la historia está mostrando signos de decadencia en Haití. El Estado ha perdido el control del territorio nacional», expresó la Conferencia.
Este escenario es aprovechado por el exministro Claude Joseph quien convocó una marcha para ayer domingo a través de su estructura política EDE que en primer lugar era exigiendo la salida del poder del Primer Ministro Ariel Henry, pero que ahora le incluyó el tema dominicano.
«Ariel-Abinader, alter ego. Ariel Henry y Abinader se Marasa. Es cómplice del racismo y racista. La marcha de este domingo también es para decirles a los ultranacionalistas y racistas que Haití no se convertirá en el patio trasero de la República Dominicana», afirma Claude Joseph.
En el caso nuestro encuentra a un presidente en reelección que también necesita azuzar y agitar las masas, sobre todo porque contra él se ha erigido una imagen de mano blanda contra el tema haitiano y que, mientras en escenarios internacionales clama por ayudar a Haití, en el país está permitiendo una migración masiva y sin precedentes. Abinader necesitaba un escenario como este.
Ahora bien ¿qué es lo que ha conllevado a esto? Pienso que ha sido la reacción tardía del gobierno dominicano a un engaño infantil que ha señalado Osiris de León.
Según el geólogo, el país firmó un documento con un error semántico. En el 2021 se realizó una reunión en la Cancillería dominicana en donde los haitianos dijeron que ese canal no desviaría el cauce del río, pero según de León, el problema está en que el canal no desviará el cauce, sino las aguas del río y lo ilustró con el siguiente ejemplo: si en la calle hay algún problema y necesita intervención de los policías de tránsito, si lo entienden necesario pueden desviar el tránsito, entonces ellos desviarían el tránsito, no la calle.
RD firmó ese documento y sobre esa base los haitianos continuaron construyendo el canal. Lo que no entiendo es cómo el país acude a una reunión de esa naturaleza sin expertos en el área como Luis Carvajal u Osiris de León.
Ahora bien, pienso que la solución pudo ser otra y no el cierre de la frontera o la exhibición militar. En la reunión del 2021 uno de los puntos acordados fue que, en caso de no llegarse a ningún acuerdo por la vía diplomática se podía acudir un tercero como mediador.
También en el tratado de 1929 se establece lo mismo de buscar una decisión yéndose a arbitraje internacional y mi pregunta es ¿por qué no se agotó ese recurso? ¿Por qué el país reacciona dos años después cuando el canal está avanzado en más de un 60%?
Definitivamente cometimos un grave error que ahora hace más difícil su solución, pero debemos ir a arbitraje internacional y dejar de pensar en discursos nacionalistas.