En el país de los sueños, habia wawawa que aspiraban ser como los popis o por lo menos que les dieran una pensioncita de las que por decreto el presidente otorgó a un grupo de personas que nunca en la vida habían dado un golpe ni de karate en la administración pública. Entonces un vecino expresó: No, esas pensiones de RD$50,000.00 están reservadas no para cualquier wawawa, sino para aquellos que están muy pegao con los popis.
Mientras tanto un empleado que había trabajado por cerca de 40 años en las oficinas públicas, no entendía porque le había tocado una pensión que no le daba para la compra de comida, medicina, pagar electricidad más cara y alquiler. Había dejado casi toda su vida sirviendo al Estado y otros (por supuesto amigos de los popis), sin nunca haber trabajado en ninguna oficina publica y a lo mejor ni privada, con una pensión cinco veces mayor que la que él recibe.
Otra wawawa despertó de una pesadilla cuando una secretaria de un médico le dijo, que, a pesar de tener seguro médico, antes de entrar al consultorio debía cantearse con 1500 pesos para poder atenderla.
Cuando la señora dijo que por qué si su hija que la había afiliado al seguro le había dicho que no tenia que pagar por consulta, a lo que la secretaria le dijo que unas empresas, que se llaman ARS ( sin dudas administradas por popis) que manejaban el dinero que le descontaban a su hija, , empleada de una empresa privada, no le daban el dinero suficiente al médico para que éste pudiera dar su servicio y cubrir todos sus gastos de arrendamiento en el centro médico, pago de secretaria, pago de servicios (pues el aire acondicionado y los lujos que se exhiben no son gratuitos).
Un wawawa chiripero (los trabajadores informales en este país de los sueños es cerca del 55% de la población ocupada) oía en las noticias que el Comité Nacional de Salario iba a reunirse para aumentar el salario de los empleados privados y que los que dicen ser representantes de estos empleados, hablaban que se había disminuido el poder adquisitivo del salario por la inflación de cerca de un 10% en el último año , pero este se preguntaba y yo para cuando, pues lo único que entendía era que en el día a día lo que recibía por la venta de sus productos que pregonaba por los barrios, cuando iba al colmado este dinerito ahora le alcanzaba menos que antes para comprar lo mismo de siempre.
La pregunta del chiripero era: ¿y a mi quien me va a aumentar? Oía insistentemente por anuncios del gobierno que se estaba aumentando de forma acelerado los programas de subsidios en los productos de la canasta básica de alimentos y otros productos, para compensar los aumentos de precios, pero este se seguía preguntando: Cuándo le llegarían esos beneficios, cada vez que iba al colmado o a la farmacia y los precios en aumento.
En el país de los sueños, un profesional que lucha por salir de la condición de wawawa, ve como sus ingresos reales, que iban antes progresivamente en aumento, de pronto ahora cada vez se achican más y con ello las posibilidades de adquirir o cambiar su vehículo, obtener su casa propia, que sus hijos se hagan profesionales en la universidad, así sus sueños se desboronan y entonces se manifiesta diciendo que esto no puede seguir de esta manera y que debe haber cambio ante la situación actual, y no de reversa, para mejorar sus condiciones de vida.