La creación del Tribunal Constitucional y el establecimiento del carácter vinculante de sus decisiones en la reforma constitucional de 2010 ha tenido el positivo efecto de intensificar el proceso de constitucionalización del Estado, la sociedad y el Derecho al tiempo de cimentar un rico corpus jurisprudencial emanado de los jueces y tribunales del denominado “poder jurisdiccional”, y propiciar el surgimiento de una dinámica y actualizada doctrina constitucional que han contribuido a asentar paulatina pero progresivamente la cultura jurídica propia de un Estado social y democrático de derecho.
La progresiva transformación del tradicional Derecho legislado en un Derecho crecientemente jurisprudencial por obra y gracia del precedente constitucional vinculante y la emergencia del precedente casacional ha inclinado esa doctrina a la elaboración de valiosos compendios, recopilaciones y repertorios jurisprudenciales que se han erigido en un kit de primeros auxilios jurisdiccionales para toda la infantería de litigantes y consultores en las duras y cotidianas tareas de defensa, representación y resolución de controversias jurisdiccionales, así como en el suministro de rápidas y oportunas respuestas a las consultas jurídicas de ciudadanos, empresas y Estado.
Al antes referido género literario jurídico pertenece el recientemente publicado Diccionario de jurisprudencia constitucional: Glosario conceptual e interpretativo del Tribunal Constitucional dominicano de la autoría del jurista Namphi Rodríguez, magnífica obra que viene a llenar un gran vacío en la bibliografía constitucional, siendo realmente precursora, en la medida que pone en práctica en nuestro país, como acertadamente afirma su autor, “una nueva técnica de catalogación y clasificación de nuestra jurisprudencia constitucional” que se aúna, tal como señala el magistrado presidente Milton Ray Guevara, prologuista del libro, con un notorio afán pedagógico que acerca la Constitución, tal como es interpretada por los jueces de la Alta Corte constitucional, no solo al estudiante de -y al profesional del- Derecho sino también, lo que no es menos importante, al ciudadano de a pie que es, a fin de cuentas, quien vuelve realmente viviente a la Constitución normativa para que no sea solo un pedazo de papel.
Este sistemático Diccionario facilita el acceso tanto a las ratio decidendi -vinculantes- de las principales sentencias del Tribunal Constitucional como a la doctrina jurisprudencial -orientadora- de los jueces constitucionales especializados. Y lo hace con una metodología didáctica que permite construir una visión de la Constitución desde las definiciones y conceptos jurisprudenciales, vale decir desde la naiboa constitucional, que es lo que permite construir una provechosa dogmática y jurisprudencia constitucional.
Lógicamente este Diccionario, ni ninguna obra de su tipo, puede sustituir el análisis individual de las sentencias constitucionales ni la elaboración y estudio de las grandes líneas jurisprudenciales de los temas sustantivos y procesales tratados por el Tribunal Constitucional. Sin embargo, este Diccionario es base fundamental para emprender esa impostergable tarea y también para limitar el decisionismo y la arbitrariedad judicial.
Hay que felicitar calurosamente a Namphi Rodríguez por regalarnos esta obra ejemplar que, en otros países más desarrollados que el nuestro, es fruto del esfuerzo de un colectivo de juristas, pero que, en el caso dominicano, representa la culminación de una tarea individual titánica de su autor que, cual Sísifo eternamente atado a su obra, se verá obligado a actualizar periódicamente, para dar cuenta fidedigna así de la evolución jurisprudencial constitucional en beneficio de sus exigentes, pero fieles lectores.