En el dinámico mundo empresarial actual, la transformación cultural surge como un imperativo no solo para la supervivencia, sino también para el florecimiento de las organizaciones. Más allá de las innovaciones tecnológicas y estrategias comerciales, el tejido cultural de una empresa se erige como el corazón que impulsa la cohesión interna, la innovación constante y la adaptabilidad frente a los desafíos cambiantes del mercado global.
La identificación, de manera oportuna, de las posibles debilidades que se pueden presentar en función de los inevitables cambios que se dan a nivel organizacional, es un aspecto de vital importancia para determinar si nos encontramos ante la necesidad de plantearnos el inicio de un proceso de transformación cultural que permita a la organización avanzar hacia nuevos horizontes.
Esta mirada holística debe incluir la evaluación del estado de la comunicación interna de la empresa: ¿estamos realmente escuchando y respondiendo a las necesidades de nuestros colaboradores?, la comprensión y consecución de los objetivos empresariales: ¿se sienten nuestros colaboradores comprometidos con los objetivos de le empresa?, y de lo que en Newlink llamamos el propósito compartido: ¿tiene el liderazgo una visión clara y una propuesta de valor de hacia dónde quiere ir la organización?
Desde mi experiencia acompañando a empresas a transformarse con éxito, entiendo que la ruta a seguir para superar estos retos debe iniciar con la intención de atender a las personas, para poder incluirlas totalmente en el proceso. Un primer paso esencial para alinear la cultura corporativa con la visión y misión de la empresa.
El siguiente pilar, fundamental para lograr una transformación cultural efectiva consiste en implicar a los líderes, capacitándolos para una nueva manera de liderar basada en la escucha activa y el empoderamiento de sus equipos, al tiempo que nos acompañamos de dos herramientas esenciales: la formación y el aprendizaje continuos y una comunicación interna transparente e inclusiva, que contribuya a difundir los beneficios del cambio y a visualizar el horizonte común.
El lado humano de la transformación
Las empresas que logran navegar con éxito el actual contexto de cambio continuo son aquellas que ponen en el centro de sus estrategias el activo más valioso para cualquier organización: su gente.
Según un estudio de la firma consultora Towers Watson[1], las empresas con una comunicación efectiva tienen una probabilidad 1.7 veces mayor de superar a sus pares en términos de desempeño financiero, dato que evidencia el poder de una comunicación interna efectiva para construir una cultura organizacional sólida, mejorar el desempeño de los colaboradores y asegurar la sostenibilidad de la organización a largo plazo.
Para mejorar la comunicación interna, es esencial fomentar la transparencia, generando confianza y compromiso entre los empleados. Compartir regularmente información sobre el estado y los desafíos de la empresa, así como involucrar a los empleados en la toma de decisiones, ayuda a construir un entorno de confianza.
Este paso debe ir de la mano con la promoción del feedback bidireccional, creando canales abiertos, a través de herramientas tecnológicas adecuadas, donde los empleados puedan expresar sus ideas y preocupaciones, y sentirse escuchados.
Para que la transformación cultural sea efectiva, todos los miembros de la organización deben comprender y alinearse con los objetivos empresariales. Esto se puede lograr a través de la definición clara de objetivos. He comprobado en mi trayectoria liderando equipos que los objetivos claros y bien definidos motivan a los empleados y mejoran su desempeño.
Para lograr esta meta es indispensable atender las necesidades de capacitación y desarrollo, proporcionando los recursos necesarios para que los colaboradores adquieran las habilidades requeridas para alcanzar los objetivos establecidos.
Finalmente, para llegar a buen puerto, pondremos el foco en nuestro propósito compartido, la visión y misión de la empresa, la brújula que guía la transformación cultural.
La alineación de éste con la cultura organizacional asegura que todos los esfuerzos estén orientados hacia un propósito común. Para lograr esta alineación, se deben considerar aspectos como la comunicación constante de la Misión y Valores, reiterándolas en todas las comunicaciones internas, asegurándose de que estén claramente reflejadas en las políticas y prácticas de la empresa.
Es de vital importancia, además, evaluar a los candidatos no solo por sus habilidades técnicas, sino también por su alineación con los valores de la empresa. Asimismo, incluir criterios relacionados con la cultura y valores en las evaluaciones de desempeño.
Todos estos esfuerzos deben estar necesariamente acompañados de un liderazgo ejemplar, pues los líderes deben modelar los valores y comportamientos deseados. Como bien lo expresara el estadista, diplomático y abogado estadounidense John Quincy Adams: “Si tus acciones inspiran a los demás a soñar, aprender y hacer más; eres un líder.”
[1] https://www.scribd.com/document/653725929/Tower-Watson-ComROI-Spanish
La autora es Senior Account and Cultural Transformation Manager