El alzamiento de Neiba, episodio histórico ocurrido el lunes 9 de febrero de 1863, es uno de los menos abordados por los historiadores en relación con la lucha por la Restauración de la República Dominicana y la expulsión de los españoles.
Quizás el olvido se deba a que los estudiosos de la historia consideren el citado hecho poco significativo frente a lo ocurrido en Sabaneta, Guayubín, Montecristi y Santiago de los Caballeros el mismo mes y el mismo año.
Lo de Neiba fue algo que transcurrió rápido. En apenas siete horas este movimiento estaba siendo aplastado de manera veloz por las autoridades locales y con el apoyo de algunos vecinos debido a que los complotados definieron mal los objetivos, pues cuando tomaron la plaza proclamaron estar dispuestos a unirse a Haití.
Sus promotores no fueron capaces de entender lo que significaba para el dominicano la posibilidad de ser incorporado a Haití después de cuatro campañas victoriosas contra los vecinos occidentales y la existencia de un gran repudio contra ellos. A juicio del historiador Luis Álvarez, los líderes del complot de Neiba sufrieron una confusión ideológica.
El repudio a la idea de unirse a los haitianos ayudó a que el movimiento comenzara a auto liquidarse rápidamente.
Pese a los errores de los que se alzaron y a la brevedad de los hechos, no deja de tener su importancia l o ocurrido en la sureña Neiba, pues es un segmento de una cadena de insurrecciones ocurridas a finales de febrero en casi toda la región noroeste del país.
La acción la llevaron a cabo los vecinos de un barrio rural o sección llamado Cambronal, hoy Galván, que pertenecía a Neiba, tierra de sol, de calor y fronteras imprecisas.
Hasta ahora no se ha podido encontrar la relación de este movimiento con los que estallaron en Montecristi, Sabaneta, Guayubín y Santiago de los Caballeros, ni de dónde vino la orden de levantarse en armas o si fue iniciativa propia.
Otro problema era que la sublevación ocurrió en aislado territorio rural, y sus los organizadores no eran conocidos fuera de su poblado, ni tenía poder de cohesión y convocatoria fuera de Cambronal.
Sí se ha podido confirmar que durante la tarde y noche de ese domingo 8 de febrero, durante un rato de tragos entre Cayetano y sus vecinos, hablaron de las promesas incumplidas por los españoles en la zona de Neiba, y que se hizo referencia a la participación de los neiberos durante las guerras de independencia.
De ese grupo, el único que sabía leer era Cayetano Velásquez y comentaba sobre las noticias que llenaban los periódicos de la época.
El asunto es que ha despertado interés en conocerse si el levantamiento de Neiba fue fraguado y decidido entre vecinos de una común rural, entre campesinos o si siguieron los espontáneos levantamientos que se daban de un complot general, dado lo campechano del mismo ya que en el resto de la provincia de Azua, a la que pertenecían Neiba y Cambronal, no se produjeron movimientos similares.
¿Qué fue lo que provocó este levantamiento? ¿Qué condiciones se habían dado para permitir este alzamiento? Hasta ahora no son conocidos los detalles, ya que ninguno de los participantes dejó documento alguno referente a lo ocurrido en ese amanecer rebelde en Neiba.
La toma de Neiba fue un gran sueño de campesinos del Cambronal, tal vez para capturar al orgulloso comandante militar o al alcalde español, que los despreciaba por ser negros y pobres. También deseaban expulsar al cura de origen español, que los martirizaba con sus condenas.
El movimiento de Neiba fue el primero de febrero. Entre sus principales personajes se mencionan Cayetano Velásquez, Luis Benancia y Alejo Marmolejos, Alférez Mesa, de quien se dice dio las instrucciones a Velásquez para que reuniera a los demás hombres.
Los líderes se desplazaron en la noche por los caminos de la sección llamando a los que ellos creían podían apoyarlos en estos propósitos, entre estos están Juan Ramírez (Chocho), Nicolás Mesa, junto a José Antonio Mesa, Bartolomé Moquete, Antonio, Alejo Marmolejos, Luis de Vargas, conocido como Luis Benancia, mellizo de Manuel de Sena y Cayetano Velásquez. Todos iban armados de fusil. Manuel Ocampo Pérez, armado de un sable. También estuvo Pepe Rocha. Completaron entre los treinta y cincuenta hombres, agricultores todos y un zapatero, Cayetano Velásquez.
A la sublevación se sumaron algunos vecinos de Neiba, entre los estaba Manuel Campo, teniente de la Reservas, y vecino del Cambronal, Simeón Suberví, Idelfonso de la Paz, Francisco Fabiel y Nicolás Raimundo, entre otros,
Para iniciar su marcha hacia la plaza de armas de Neiba se reunieron en un punto llamado Sabana Perdida, en el mismo Cambronal, lugar que era el gran protagonista de esta sublevación, porque la mayoría de los detenidos los días posteriores era oriunda de Cambronal.
De esta forma, los campesinos de Cambronal iniciaban lo que sería el primer movimiento revolucionario de febrero de 1863, una acción eminentemente campesina, y que puso de manifiesto el disgusto generalizado del pueblo dominicano con las autoridades españolas que gobernaban tras la entrega de la soberanía hecha por Pedro Santana.
Los alzados, ya entrados en Neiba hicieron dos cosas: la primera fue tomar la cárcel y la otra detener al comandante militar, lo que dejó a la población en poder de los rebeldes. También, se le pidió al cura José Borras y Ser, quien era natural de Tarragona, que abandonara el lugar, para evitar que influyera en los demás pobladores, porque los sacerdotes traídos por los españoles apoyaban la anexión.
La cárcel estaba guardada por cuatro soldados, los únicos armados en el poblado, uno de ellos había sido enviado a llevar un informe al comandante de armas, lo que facilitó que los rebeldes tomaran con mayor facilidad la guarnición. Un dato importante es que todos los guardias de turno eran naturales del vecindario de Cambronal.
Sus nombres eran: Nicolás Romualdo que hacía de guardia en la parte exterior, cuyo oficio era labrador; en el interior estaba Paulino de Altagracia, y el tercero de los guardias era Eulogio Cuevas.
Luego tomaron al comandante de armas, el Coronel de las Reservas, Tomas Bobadilla, hijo de Tomás Bobadilla y Briones. Bobadilla hijo había sido escogido comandante de armas de Neiba el 10 de diciembre de 1862.
De esta forma los rebeldes pudieron controlar a Neiba. Los campesinos lograron muy bien organizar el golpe contra el poder español, pero definieron mal los objetivos ya tomada la guarnición, uno de sus líderes afirmaba que estaban dispuestos unirse a Haití para no seguir bajo el gobierno español, pero esta idea no le gustaba a la mayoría. Esa propuesta provocó que el movimiento comenzara a auto liquidarse rápidamente.
Otro problema era que la sublevación ocurrió en aislado territorio rural, y sus los organizadores no eran conocidos fuera de su poblado, ni tenía poder de cohesión y convocatoria fuera de Cambronal.
También hubo contradicciones, pues por un lado unos proclamaban victoria para la república y otros lanzan loas al general Pedro Santana. Cayetano, al ser preguntado por el comandante de armas sobre los objetivos del movimiento, le dijo que estaba por Haití, lo que tuvo un efecto negativo en los conjurados, que no querían ser haitianos. El descontento se apoderó del movimiento, lo que dividió a los participantes. En esas circunstancias las autoridades españolas pudieron restablecer el orden.
La sublevación del Cambronal, había sido aplastada en apenas siete horas, sus promotores no fueron capaces de entender lo que significaba para el dominicano la posibilidad de ser incorporado a Haití después de cuatro campañas victoriosas contra los vecinos occidentales y la existencia de un profundo repudio contra los vecinos.
Bautizar esta rebelión como el alzamiento de Neiba es olvidar el papel de los campesinos que estuvieron en la acción inicial, quiérase o no, los que organizaron e iniciaron el alzamiento eran campesinos o vecinos de la comunidad rural. Se menciona como el alzamiento de Neiba y no de Cambronal donde realmente se inició. Quizás ese error contribuyó a que no se le diera relevancia a la hora de escribir la historia.