Muchos nos reímos de las “cosas” de Trump como cuando dejó a miles de participantes sin transporte en la manifestación en California porque él no pagó las guaguas, o cuando no se dirigió a las masas que esperaban su discurso y tocó música clásica, o su apariencia de payaso de piel naranja.

En realidad Trump es una broma con consecuencias trágicas. La definición de esta broma trágica tiene varias aristas que unen los lados de una ideología que muchos definen como fascista. Veamos algunas de ellas.

No cree en la democracia. Por ejemplo, la insurrección de enero del 2020 en la cual sus seguidores tomaron el Capitolio en un intento de golpe de Estado es irrespetar los resultados electorales. El derecho del pueblo de elegir a sus gobernantes y respetar los resultados es uno de los pilares de la democracia.

Es represivo. En esta semana amenazó a los norteamericanos que son enemigos de la nación (los enemigos de adentro) con enviarle el ejército. Amenazar al pueblo con actos violentos por discernir con el gobierno es un acto perturbador. En recientes declaraciones expresó el deseo de tener generales como los que tenía Hitler.

Deshumaniza a ciertos sectores de la sociedad. En las elecciones pasadas imitó los movimientos de un joven paraplégico. En estas elecciones se burlaron del hijo autista del candidato demócrata a la vicepresidencia.

En sus discursos cataloga a los mexicanos de violadores. Los haitianos se comen a las mascotas del vecino, los venezolanos son asesinos y los países pobres son letrinas. El hecho de arrojar papel toalla a un pueblo devastado por el huracán Maria en Puerto Rico es dehumanizante.

¿Y que del calentamiento global? El planeta se calienta y experimentamos más tormentas, sequías, cambios en la temperatura. Sin embargo, para Trump  y sus seguidores el calentamiento global no existe. Para sus amigos capitalistas aceptar los cambios ecológicos les impediría la explotación del carbón, petróleo y gas, es como decir destruyamos el planeta para aumentar nuestro capital.

La derecha cristiana en Estados Unidos encuentra un vocero en Donald Trump, una institución con una agenda del siglo XIX. La biblia es el centro del universo y las escuelas deben enseñar de acuerdo a la misma  La teoría de la creación, la oración diaria tiene que incluirse en el currículum de las escuelas. La homosexualidad es un estilo de vida y se puede regenerar en base de programas cristianos. Las mujeres tienen que regresar a sus hogares y tomar la responsabilidad de sus hijos y maridos. Y claro está se opone radicalmente a los derechos reproductivos de la mujer.

Varias de las medidas propuestas por la derecha cristiana se están implementando en varios estados norteamericanos. En la Florida se ha intentado sacar del vocabulario la palabra “gay” y se ha borrado del currículum la educación de género.

Trump logró la mayoría en la Suprema Corte y comenzó por abolir la ley Wade vs Roe que es una de las reinvindicaciones más importantes del movimiento de mujeres norteamericanas.  ¿Qué seguirá si gana estas elecciones?

No cabe duda que Trump y su base de apoyo son misóginos. La idea de la mujer pariendo hijos blancos para la patria (muy similar a la política de Hittler en Alemania); la mujer a la casa y el hombre al trabajo. Las mujeres son símbolo sexual si son blancas, delgadas y rubias.

Lo más perturbante es que su campaña en contra de su rival la vicepresidenta Kmala Harris, el objetivo es denigrar su calidad de mujer. Se le ha llamado la mujer con gatos porque no tiene hijos. Es histérica y su risa lo demuestra. Es haragana y estúpida Es invisible porque estuvo ausente durante los tres años que fungió como vicepresidenta.  Es una mujer peligrosa.

Catalogando de ausente se usa el típico estereotipo de la ausencia, invisibilidad de la mujer que históricamente se ha usado para restar valor a las contribuciones de la mujer en el ámbito social  y solo meritoria de su rol de madre. El otro estereotipo usado es su peligrosidad “es una mujer peligrosa”, la bruja al estilo de las mujeres que durante la edad media fueron torturadas y quemadas, simplemente porque no se ajustaban a lo establecido. Y cuántas cosas no se han dicho de su color de piel y de que estudió y llegó a ser lo que es por la ley norteamericana de acción afirmativa. No hablare mas de Kamala, si les interesa les invito a ver su historial como fiscal, senadora, diplomática, abogada de los derechos de la mujer y la gente de color.

Trump durante su mandato logró ganar la mayoría de los miembros de la Suprema Corte que le da un poder excepcional para cambiar o modificar la constitución norteamericana. Su mandato como presidente (2016-2020) fue desastroso. Se perdieron documentos clasificados, los escándalos con mujeres y la corrupción fue ley. Tampoco pudo detener el comercio entre China y los Estados Unidos ni tampoco devolver las industrias norteamericanas fuera del país. Hoy en día es culpable de 34 crímenes de corrupción, interferencia en las elecciones, acoso sexual, pero no se le puede sentenciar porque la Suprema Corte lo exonero.

En su política internacional fracasó como líder y dejó secuelas. Por ejemplo, despreciado y odiado por los líderes mundiales, nunca se enfrentó a China, ni a Rusia. Se reunió con los talibanes en Camp Davis para arreglar la firma del pacto de Doha, que le otorga el derecho a los talibanes a recuperar el poder. La toma de Kabul fue consecuencia de ese pacto.

¿Cómico? Detrás de su conducta verborreica y narcicista, Donald Trump esconde la  “Agenda 2025” o sea la estrategia diseñada por organizaciones conservadoras con el fin de devolverle el poder a la “gente.” Estas son señales de alerta no solo para los Estados Unidos sino para todo el mundo.