Odio con todo mi ser y toda mi alma

La cobardía del científico que usa su genio

Para armar maquinas de destrucción masiva

Y en el hogar es el típico padre, esposo e hijo ejemplar

Odio con todo mi ser y toda mi alma

La cobardía de los que explotan

A pueblos y a gentes que se rompen el lomo

Y dejan un pedazo de su ser en la profundidad de las minas

O en los ingenios de azúcar bajo el intenso sol infernal

Odio con todo mi ser y toda mi alma

La cobardía de los que otorgan

Premios nobeles a los señores de la guerra

Y los honoris causas al cipayo que aterra

Odio con todo mi ser y toda mi alma

La cobardía de los inconscientes

Aquellas y aquellos que continúan guardando silencio

Ante el exterminio de pueblos que luchan por su libertad

Odio con todo mi ser y toda mi alma

La sombra de los espectadores silenciosos: poetas, vividores, artistas, sociólogos oportunistas, burócratas, calieses culturales, nadólogos y todólogos, mercaderes, folkloristas e idealistas y demás falsificadores de nuestras vidas colectivas.

En fin, esos cómplices que han hecho de la complicidad un arte

Y esconden su cobardía detrás de máscaras, joyas y atuendos

En espera de algunas monedas y un plato de comida aparte