La condena judicial contra el expresidente Donald Trump tuvo un impacto no solo en los Estados Unidos. También a nivel global. Redes sociales y medios de comunicación se encargaron divulgar la información como la noticia más impactante de la semana.
La distracción mediática opacó la barbarie que se sigue produciendo en la Franja de Gaza, lo mismo que la guerra entre Rusia y Ucrania.
Pero nunca deberá pasarse por alto la desobediencia del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, frente a los reclamos de la comunidad internacional, de suspender el criminal bombardeo contra los palestinos en Gaza y Rafath.
El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, reiteró su iniciativa a Israel de que se produzca un alto al fuego en Gaza para lograr la paz en la región, la ayuda humanitaria y la liberación diplomática de los rehenes israelíes en manos de los grupos islámicos enemigos del Estado judío.
El gobierno dominicano, mediante un comunicado emitido a través del Ministerio de Relaciones Exteriores (Mirex), aplaudió tal iniciativa de la administración Biden.
Otros jefes de estado de países latinoamericanos hicieron lo mismo acorde a los reclamos de otras naciones de la Unión Europea y la Organización de las Naciones Unidas. Sin embargo, Netanyahu se ha hecho el sordo.
Poco le ha importado al primer ministro israelí la resolución emitida por la Corte Penal Internacional, que ordenó su arresto por su responsabilidad de ordenar los bombardeos indiscriminados en la Franja de Gaza. Después de eso, suman más de 36,500 los muertos allí en tan solo ocho meses de conflicto.
No bastan las imágenes publicadas por medios de prensa internacionales en las que se observan hombres, mujeres y niños descuartizados por efectos de las bombas lanzadas por el ejército de Israel.
A pesar de la ofensiva militar de la Fuerzas de Defensa de Israel, aun no han podido localizar y aniquilar a los líderes de Hamás, culpables del sangriento, brutal y criminal ataque armado perpetrado por la organización terrorista en Israel el 7 de octubre de 2023.
La barbarie que se comete en Gaza y Rafath ha sensibilizado al mundo, provocando que más de 150 países acepten declarar a Palestina como Estado independiente.
La reacción del Estado judío, además de rechazar y criticar esas decisiones, ha sido la de incrementar los bombardeos, desoyendo las peticiones de su mejor aliado como son los EE.UU. seguro de que no recibirá sanción alguna de la administración Biden ni de ningún país aliado por esa desobediencia.