Aunque la pobreza mundial se ha venido reduciendo en los últimos años, con excepción del año 2020, como consecuencia de la pandemia de la COVID-19, todavía hay un largo camino por recorrer ya que como señala el informe de Desarrollo Humano (2014) del programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), uno de cada cinco habitantes del mundo vive en situación de pobreza o pobreza extrema, o sea mas de 1500 millones de personas. Somos de opinión que el principal factor que contribuye al aumento de la pobreza es la falta de una “distribución mas equitativa de la riqueza”, por lo que entendemos que los gobernantes de nuestros países deberían reestructurar sus decisiones políticas de tal manera que las personas beneficiadas no sean como es lo común hoy, las que poseen mayores riquezas, ocasionando ello un deterioro de las condiciones de vida de las clases mas pobres.
Por otro lado, la inflación es el aumento de los precios de los bienes y servicios y regularmente se mide a través del índice de precios al consumidor (IPC), que determina las variaciones en un periodo determinado de los precios de los bienes y servicios de la canasta familiar y ciertamente está causando efectos que van en detrimento de las mejorías experimentadas en las economías de la mayoría de los países del mundo, que habían visto cifras negativas en sus economías en el año 2020 (COVID-19).
Es importante destacar que lamentablemente en nuestro país, el levantamiento de los datos que obtienen las autoridades para el cálculo del IPC, regularmente se ve afectado por las informaciones suministradas por los actores involucrados en todas las cadenas de distribución de los diferentes bienes y servicios que componen la canasta familiar, las cuales regularmente llevan el sesgo del temor a que estas informaciones sean posteriormente utilizadas en su contra. Así mismo, habría que señalar que la clase pobre por sus propias limitaciones realiza muchas de sus compras en colmado que regularmente tienen precios muy por encima a los de los almacenes y supermercados, esta es una de las razones por la que regularmente la clase pobre no cree en las informaciones que suministran las autoridades correspondientes a las tasas inflación, ya que se ven mayormente castigados porque están adquiriendo sus productos al final de la cadena de distribución con todos los costos agregados.
Además, debemos recordar que la inflación es regresiva y por tanto afecta mas a las clases con menos recursos que a las de mayores recursos, ya que regularmente las de menores recursos realizan sus pagos en efectivo mientras que las de mayores recursos disponen de instrumentos financieros que le permiten que los procesos inflacionarios que reducen el poder adquisitivo de la moneda le afecten mucho menos ayudados por las medidas que realizan las instituciones estatales para detener o reducir los procesos inflacionarios.
En el caso de nuestro país, las autoridades han señalado que la inflación domestica habría concluido al final del año 2021 en un 7.6%, ocasionada principalmente por el alza de los precios de las materias primas y los fletes marítimos y destacan que se espera que las causas que han determinado esta tasa de inflación son transitorias y tenderán a desaparecer. Particularmente pensamos que, si bien es cierto que estos factores son transitorios, creemos que se mantendrán por todo el año 2022 y que, visto el panorama internacional, habría que señalar que tendremos todavía una inflación importante durante este año, ya que las causas principales que determinaron los niveles de inflación indicados se espera que se mantengan a lo largo del año y podrían agregarse otras más.
En el aspecto correspondiente al crecimiento económico, las autoridades del Banco Central han indicado “que, durante el año 2021, el producto interno bruto (PIB) del país creció en un 11%, con lo cual la República Dominicana es una de las economías de mayor crecimiento en América Latina y uno de los países con mejor desempeño si se compara este crecimiento con el que se obtuvo en el 2019, antes de la pandemia”.
De hecho, la economía dominicana había estado creciendo previo a la pandemia por encima del promedio de la región y entre las de mayor crecimiento, sin embargo, aunque la pobreza había estado decreciendo, no ha habido un comportamiento directamente proporcional con respecto al crecimiento económico. Esto es otro indicador del porqué el crecimiento económico no va acompañado de una verdadera y justa distribución de las riquezas que resultan de estos crecimientos.
El panorama del crecimiento económico que se vislumbra en el año en curso no resulta nada halagador y, con una inflación al acecho que podría estar por encima de los niveles que se esperaban, parecería que el 2022 no sería un año ni cercano a lo ocurrido en nuestro país en el 2021. Inclusive tanto la CEPAL como el Banco Mundial han hecho estimaciones que sitúan el crecimiento de las economías de América Latina y El Caribe muy por debajo de lo que sucedió durante el año 2021.