Ha culminado el año 2023, y durante el mismo las variables macroeconómicas, expresadas en la demanda agregada que incluye el consumo final, la inversión, exportaciones e importaciones, asumieron cambios que reflejan los datos estadísticos disponibles, permitiendo estos realizar análisis en su evolución y desempeño, en materia de creación de riqueza y ocupacional, entre otros.
En la presente entrega, desde la perspectiva de cambios estadísticos verificados al interior del año calendario 2023, se pasa revista a la evolución de variables claves de la demanda agregada, y para ello, en el caso de la variación del Producto Bruto Interno (PIB), se hace uso de la información oficial disponible referido al año evaluado que abarca el primer semestre del 2023.
En el caso laboral, por otra parte, son nueves los meses de los que se dispone de estadísticas oficiales, en ellas nos apoyamos, pero para el cuarto trimestre del año, donde aún no se han publicados las informaciones relativas a la dimensión laboral; y cuando se pueda mantener cierto rango de credibilidad y consistencia, se incluyen unas pocas inferencias para completar el análisis de desempeño.
En lo que toca al crecimiento del PIB, cabe resaltar que, hacia fines del año 2022, la proyección oficial situaba, para el 2023, el crecimiento del PIB entre 5 y 5.5%. En agosto del 2023 es revisada dicha proyección incorporando un nuevo valor esperado del PIB ascendente al 3%; a fines del año que acaba de concluir fue revisado nueva vez a la baja dicho valor estimando que alcanzaría un crecimiento de alrededor 2.5%, es decir, 53% inferior al inicialmente proyectado, por consiguiente, en lo que respecta a creación de riqueza el año recién transcurrido se caracteriza por un muy mal desempeño.
Parte de esa estrepitosa caída en la tasa de crecimiento del PIB en 2023, puede vincularse a la desaceleración del crecimiento a nivel global, en especial la acaecida en el principal socio comercial de República Dominicana, es decir Estados Unidos de América, sin embargo, otra parte de la caída fue arrastrada por los vientos huracanados que con velocidad de 550 puntos porcentuales introdujo la autoridad monetaria (Banco Central) mediante aumentos en la Tasa de Política Monetaria (TPM), aumentos materializados entre noviembre del 2021 y octubre del 2022.
Con los referidos aumentos en la tasa de interés (costo del dinero) la autoridad monetaria perseguía el objetivo de contener el alza en la inflación, llevarla en o cercarla del 4% durante el año, objetivo este que ha sido alcanzado.
Sin embargo, el alcance del otro objetivo implícito en el manejo del alza del costo del dinero, es decir, la contención de la probable fuga de capitales, fue de muy dudoso éxito en el año examinado; en efecto, todo parece indicar que cierto grado en fuga de capitales fluyó durante el año 2023, y en adición a otros factores, pueden estar explicando parte del cambio en el promedio neto del costo de la divisa, el cual, en relación al año anterior (2022) casi duplicó el cambio mensual promedio del costo de la divisa. A este tenor hay que señalar, que tan sólo en la segunda quincena de diciembre del 2023, se ha acelerado el ritmo de crecimiento del costo de la divisa al registrar su promedio un notable cambio de alrededor del 185%, comparado con la quincena que le precedió.
Caben muy pocas dudas, pues, de que el manejo de la política monetaria en el 2022, mediante aumento en tasa de interés, derivó en exacerbar el derrumbe del ritmo de crecimiento inicialmente planeado (5%), ya que el encarecimiento del dinero, vía aumentos la tasa de interés, estuvo estrechamente vinculado al deseo de influir en la baja de los niveles de inflación y eventuales fugas de capitales durante el año 2023, de ahí que la política monetaria implementada tuvo efectos contractivos en la demanda efectiva, es decir, en él nivel total de gasto materializado en la economía en dicho período.
En efecto, durante el primer semestre del 2023, la variable más dinámica para la creación expansiva de empleos, la inversión, se contrajo en 167%, la exportación de bienes lo hizo en 85% mientras que el consumo, que en los últimos años ha estado explicando el 86% del PIB, se contrajo en 53%, y en la coyuntura bajo análisis esta última, pasó a tener una ponderación de 94% en el menguado sostenimiento positivo del PIB, estando el restante 6% explicado por la exportación de bienes.
Cabe matizar, además, que la anemia y alta sensibilidad en la exportación de bienes en la coyuntura analizada tiene al parecer profundas raíces estructurales en la producción interna de bienes exportables, por consiguiente, en cierta medida su deterioro también podría estar en parte explicada por las tímidas políticas comerciales hacia el mercado exterior, diseñadas e implementadas por varios años, y que sigue manifestándose en la incapacidad del sector externo de bienes de alcanzar las metas de largo plazo que se han incorporados en los planes dominicanos.
En los capitalismos de la época, en tanto economías de mercados, resulta de gran interés la observación de la dinámica en mercado laboral, en tanto que es mediante los empleos efectivos que se accede a ingresos monetarios para adquirir los bienes y servicios; por consiguiente, gana cierta importancia conocer cómo fue la evolución del mercado laboral durante el año que acaba de concluir. A esa tarea se concentrará la próxima entrega.