En la entrega pasada, hicimos un breve análisis sobre el impacto de la energía nuclear en la matriz energética global, la cual aporta el 10% de la energía producida en el mundo, soportada por una plataforma de 443 reactores nucleares en 35 países. (puedes leer el artículo: dejemos el mito, abramos el debate: la energía nuclear).

Repasamos también, el gran impacto que provoca el dióxido de carbono (CO2) al cambio climático, por el fenómeno conocido como forzamiento radiactivo, que no es más que la retención del diferencial de infrarrojos que debería salir de la Tierra, pero queda acumulada por las partículas de CO2, provocando calentamiento global.

Pero también, contrario a creencias populares, pudimos evidenciar que, los niveles de emisiones de CO2 emitidos por las centrales nucleares son tan mínimos que, solo es comparable con las emisiones producidas por la energía eólica marina y terrestre. ¡Estamos hablando de energía limpia!

Ahora sí, quedamos en que uno de los puntos a tratar en esta entrega, era sobre el aspecto de la seguridad de una central nuclear. Y quiero iniciar diciendo algo contundente de entrada: en una central nuclear no existen sistemas de seguridad para evitar una explosión nuclear.

Si pensabas que iba a comenzar detallando aspectos técnicos industriales sobre cómo se mitiga este tipo de evento en una central energética de este tipo, pues la respuesta es no. pero, ahora intentaré explicar de una manera llana, porqué no es necesario tener sistemas de seguridad para contener tal imposible desgracia, en una central nuclear.

Primero quiero explicarte que, la fisión nuclear es una reacción en cadena que se produce mediante el lanzamiento con neutrones de determinados nucleídos, denominados nucleídos fisionables.

Dicho lo anterior, la reacción en cadena que se produce en este proceso, es básica, si queremos desmontar los mitos populares que giran en torno a la energía nucleoeléctrica, y entender definitivamente esta fuente de energía.

En el proceso de fisión, los neutrones se irán a impactar contra el núcleo del uranio, lo que producirá las fisiones. Cabe destacar que, el uranio es la materia prima para la producción de energía y que se encuentra en estado natural en la Tierra. Esta se obtiene mediante el proceso de minería. Sobre la materia prima, hablaremos en una siguiente entrega.

En el proceso de fisión, se van generando otros neutrones, estos a su vez producen nuevas fisiones de manera auto sostenida. Precisamente es este proceso el que se debe cuidar y se controla al pie de la letra en una central nuclear. Pero te informo que, en el diseño de una bomba nuclear se busca exactamente todo lo opuesto: una reacción en cadena sin control.

Ahora viene la parte interesante, aquí es donde el mito popular, amarillista y antinuclear, se desploma por completo. Quiero que prestes atención a estas líneas, porque si alguna vez has elaborado un bizcocho, vas a entender y es probable que termines por lo menos con un poco más de apertura sobre el tema.

Mencioné que si has hecho un bizcocho o cualquier tipo de receta gastronómica que requiera mezcla de ingredientes, ibas a entender, porque, precisamente, la fisión nuclear de uranio es un tema de proporciones de cantidades.

En la naturaleza el uranio (U) se encuentra en una proporción del 99.27% para el U-238 y el resto del uranio, o sea, el 0.72% restante es U-235; este último es el uranio que se divide por el impacto de los neutrones, o sea, el uranio fisionable.

Dicho lo anterior, la mayoría de los reactores nucleares, necesitan una mayor proporción de U-235; para ser más específicos requieren una proporción que varía de 2% hasta un 5%. Este proceso de incremento en la proporción del U-235, es lo que se conoce con el nombre de enriquecimiento de uranio.

Esto se hace con el objetivo de que las fisiones duren un tiempo rozable en el proceso de generación nucleoeléctrica que, por lo general, duran un año completo.

Ahora viene el desenlace de esta explicación y donde quiero que te centres bien porque, como te mencioné, es un tema de proporciones de cantidades matemáticas.

Te comentaba más arriba que, a los diseñadores de bombas nucleares les interesa que la reacción en cadena sea incontrolable, porque el objetivo es producir una reacción diseñada para la destrucción masiva. Este, no es el caso de los reactores nucleares, donde precisamente se busca el control del proceso de fisión nuclear.

Ahora sí, te concluyo basado en la siguiente información científica, que es la razón por la cual es imposible una explosión atómica en una central nuclear, y por lo que no es necesario tener tecnología de seguridad para mitigar un evento de este tipo.

Luego de 7 décadas que se cumplen en este 2022, de la primera reacción en cadena auto sostenida, lograda por Enrico Fermi, son miles las investigaciones que se han realizado para determinar el nivel de enriquecimiento mínimo para que se produzca una explosión nuclear. Este enriquecimiento mínimo debe ser del 90% de proporción de U-235. Esto quiere decir que, se requiere de 18 a 45 veces más proporción que el necesario empleado en los reactores comerciales.

Cabe destacar que, el 95% del combustible es U-238, el cual no es fisionable, y su función es capturar los neutrones que se pueden fugar de la reacción en cadena, sin que estos se rompan, ¡pura ciencia divina!

En una bomba atómica ocurre que, ¡los neutrones están rodeados de U-235 en un 90%! Esto quiere decir, que los neutrones prácticamente no pueden fallar en su diana, que es el U-235, y producir la reacción en cadena fuera de control.

Como puedes ver, las centrales nucleares no son bombas atómicas, como los antinucleares, sin razón, han construido mitos y leyendas entorno a la energía nuclear; el diseño de uno y otro es totalmente opuesto.

Como todo en la vida, el uso de la energía nuclear dependerá de para qué la empleamos; Si la queremos para destruir o si la queremos para hacer un mundo mejor, así como es empleada en el campo de la medicina, los alimentos y la industria en todas sus áreas.

Aún tenemos temas por tratar que son parte del mito popular, como los grandes eventos en centrales nucleares, basándonos en fuentes fiables. También debemos hablar sobre la materia prima para la fisión nuclear y sus reservas globales, lo que es una variable esencial para evaluar la factibilidad de esta tecnología limpia, la cual ha sido incluida como energía verde por lo menos hasta el 2045, por la taxonomía verde europea, cuyo trasfondo es organizar la economía y la energía como una función de la huella ambiental marcada en la Tierra.