La teoría de la Criminología Biosocial tiene su origen en los postulados de Lombroso, del siglo XIX, para quien el delincuente es un ser atávico, es decir, no evolucionado. Establecía la predisposición delictiva de los que denominaba delincuentes natos, en los que resaltaba el factor biológico y que establecía que en esos casos la sociedad no tenía ninguna influencia en la conducta criminal del individuo. Como parte de la política criminal de la época se entendía que la forma de prevenir la delincuencia era la inocuización o incapacitar permanentemente al individuo sustrayéndolo de la sociedad.

La Criminología Biosocial es la teoría criminológica que se centra en el estudio de la biología en interacción con el ambiente para explicar la conducta delictiva. Aunque en épocas pasadas hablar de la incidencia de la biología en la conducta criminal estaba condenado al fracaso, en la actualidad no se puede excluir el estudio de la biología al momento de analizar la misma.

Teniendo presente lo anterior, procedo a hacer un resumen sobre esta teoría expuesta en el libro Principios de Criminología de Garrido y Redondo.

Garrido y Redondo (2013) subrayan lo siguiente “La Criminología Biosocial es la corriente teórica y empírica de la Criminología que se esfuerza por revelar la influencia de los diferentes mecanismos por los que la Biología influye en el comportamiento delictivo (agresivo/violento) humano, con el propósito de establecer hallazgos significativos en la comprensión de la violencia y las carreras delictivas así como principios preventivos relevantes. En tal esfuerzo un elemento clave es analizar cómo interacciona el sustrato somático de la persona con los estímulos ambientales en los que se desarrolla, de ahí que “biosocial” implique el reconocimiento de que la biología solo se expresa y adquiere sentido en un determinado contexto social”.

Los sistemas biológico y social pueden dar lugar a varias interacciones, siendo las siguientes:

  • Que los individuos estén biológicamente bien dotados con un ambiente benigno o adecuado. Sería el escenario ideal.
  • Que el componente biológico sea apropiado, pero con mecanismos sociales deficitarios. Una buena inteligencia y capacidad de inhibición pueden mitigar el influjo negativo de un ambiente inadecuado.
  • Que tenga dificultades biológicas o de aprendizaje, pero un ambiente apropiado (sistema de crianza estable e intensivo). En este supuesto se pueden compensar las dificultades biológicas.
  • Que ninguno de los dos funcione de manera adecuada. En dicho caso, la probabilidad de conducta antisocial y delictiva es alta.

En esta teoría se analizan las biotipologías, la herencia, genética, factores de obstetricia, hormonas, neurotransmisores y toxinas. No obstante, en esta ocasión, me centraré en la herencia.

Herencia

En esta parte la investigación se ha enfocado en los estudios de familias delincuentes, estudios de gemelos y de hijos adoptivos.

Estudios de familias

En el estudio de familias de delincuentes se realizaron investigaciones sobre muestras de delincuentes y no delincuentes. El interés era determinar si había alguna predisposición genética. De estos estudios se pudo verificar una gran proporción de delincuentes con familiares con antecedentes penales. Dichos autores afirman que los resultados de las investigaciones arrojaron que el 75% de los padres con antecedentes tuvieron hijos que fueron condenados.

Sin embargo, manifiestan que deben tomarse con precaución tales conclusiones debido a que no se pudo determinar el grado de influencia del ambiente.

Estudios Gemelos e hijos adoptivos

Las investigaciones sobre gemelos se centran en 2 vertientes. El grado de semejanza entre gemelos monocigóticos, que comparten en su totalidad la dotación genética, y los dicigóticos, que comparten el 50%, y el tipo de educación que reciben.

Sobre este particular, los autores sostienen que “si la herencia influye sobre la conducta se debería esperar que, a igualdad de condiciones educativas, los gemelos monozigóticos presentaran un mayor grado de concordancia en su comportamiento que los dizigóticos.” Es decir, los monocigóticos serían idénticos.

En cuanto a los hijos adoptivos se busca determinar el grado de influencia del padre biológico o el padre de crianza sobre la conducta delictiva del hijo adoptado.

En el caso de los estudios de gemelos, las investigaciones mostraron una alta tasa de concordancia, concluyendo en que habría un 50% de probabilidad de heredar la delincuencia.

En los estudios de hijos adoptados, una de las investigaciones arrojó los siguientes datos:

  1. Niños con padres biológicos y adoptivos sin historial delictivo, el 13.5% delinquieron.
  2. Niños con padres adoptivos delincuentes, 14.7% delinquieron.
  3. Niños con padres biológicos delincuentes, 20% se convirtieron delincuentes.
  4. Niños con padres biológicos y adoptivos delincuentes, 24.5% acabaron delinquiendo.

De estos resultados, se concluyó que el factor biológico tenía mayor peso explicativo. Tal como sucedió en el caso de estudio de los gemelos.

Los autores, citando a Lyken, señalan que “las tendencias delictivas conllevan o son promovidas por la agresividad, impulsividad, búsqueda de sensaciones, temeridad y demás, y estos rasgos están determinados genéticamente. Por lo tanto, por razones genéticas, los hijos de delincuentes suelen ser más difíciles de socializar que los niños corrientes y el éxito de esta función parental es especialmente dudoso cuando el padre adoptivo es también delincuente.”

En las investigaciones realizadas con gemelos e hijos adoptados, los autores mencionan que “los resultados mostraron, en conjunto, que la influencia genética explicaba el mayor porcentaje de varianza en la predicción de la conducta delictiva (con un 56%), seguido por el ambiente específico o no compartido (31%), y por el ambiente compartido (11%).” Es decir, un 42 % correspondería al ambiente.

Lo que más llama la atención es el incremento exponencial del porcentaje de probabilidad de conducta delictiva cuando se combinan una predisposición genética y un ambiente negativo. Por otra parte, observamos que, a pesar de un individuo ser criado en un ambiente benigno, el factor biológico puede ser determinante en la aparición de la conducta criminal, como lo han evidenciado los estudios en hijos adoptados.

A pesar de que los expertos mantienen ciertas reservas al momento de concluir que la biología explica la delincuencia, para no pecar de deterministas, dichos resultados son concluyentes a la hora de explicar la misma.