Orlando Martínez Howley, nació el 23 de septiembre de 1944, fue asesinado el 17 de marzo de 1975, durante la época denominada “Los doce años de Balaguer” (1966-1978). Fue director de la revista «Ahora» y columnista del periódico “El Nacional”.
Tuve al placer de conversar varias veces con el periodista Orlando Martínez, en mi oficina en Santiago, su residencia en Santo Domingo, y en el local del periódico El Nacional y la revista ¡Ahora!
A mediados de 1967 me encontraba en la oficina de la Confederación Autónoma de Sindicatos Cristianos (CASC), en Santiago, situada en la Calle Eladio Victoria No. 26, cuando alrededor de las 10 de la mañana el amigo y compañero periodista Rubén Abreu Méndez llegó en su motor con un acompañante que me presentó como Orlando Martínez, quien quería conversar conmigo.
Fuimos al Bar Colón, situado en la calle 30 de marzo, donde tomamos café y conversamos sobre diversos temas.
Orlando tenía 23 años, un rostro juvenil, me dijo ser estudiante de Sociología de la UASD. Quería conocer algo sobre el sindicalismo en Santiago. Rubén Abreu Méndez me dijo que, además, Orlando era un militante del Partido Comunista Dominicano (PCD), estaba en Santiago coordinado la repartición de materiales políticos,
Él quería conocer como yo hacía un programa radial. Quedamos que al otro día él iría al mediodía al estudio de la emisora Radio Libertad, situado en la Calle Máximo Gómez, al lado de los talleres y redacción del periódico La Información.! Y así fue!
Un mes después, conversamos por teléfono, Orlando me llamó desde Santo Domingo para agradecerme las atenciones, me dio su número de teléfono para cuando yo fuera a la capital conversar; así lo hice la próxima vez que estuve en Santo Domingo y conversamos sobre diversos temas.
Durante un tiempo dejé de ver a Orlando Martínez, hasta una tarde de octubre 1971, cuando me llamó a las oficinas de la CASC en Santo Domingo, situada en la Calle Juan Pablo Pina No. 27, altos, fuimos a su casa y pasamos un buen rato escuchando música de Patxi Andión y Paco Ibáñez, cantantes españoles que nos agradaban; esa noche conversamos mucho.
Cuando en febrero de 1972 se produjo una división en la Confederación Autónoma de Sindicatos Cristianos (CASC), donde surgió la Central General de Trabajadores (CGT), Orlando Martínez me hizo una entrevista, que apareció en la Revista ¡Ahora!, bajo el título; CASC ¿QUIEN ES QUIEN?
En la edición de la Revista ¡Ahora!, del 22 de Julio de 1974, Orlando hizo una publicación previa a la circulación que decía; “José Gómez Cerda, dirigente de la CASC pone al descubierto la forma en que los norteamericanos intentan dominan a las organizaciones sindicales en la República Dominicana, Un artículo de un hombre que sabe lo que dice”. Así apareció publicado el documento titulado: PENETRACIÓN NORTEAMERICANA EN EL SINDICALISMO DOMINICANO.
En octubre de 1974 estuve en Buenos Aires, participando en el CONGRESO DE ARGENTINA LIBERADA, luego publiqué en la Revista ¡AHORA! un documento titulado “PERONISMO Y JUSTICIA SOCIAL”, el cual socialicé con Orlando Martínez.
Cuando la dirigente sindical Florinda Soriano Muñoz (Mamá Tingó) fue asesinada en noviembre de 1974, Orlando Martínez se interesó mucho en ese acontecimiento, como también el periodista Juan Manuel García.
¡Tuvimos varias conversaciones sobre el asesinato de Mamá Tingó!!
Solo días antes del asesinato de Orlando Martínez, él publicó en su sección MICROSCOPIO, los días 22 y 27 de febrero de 1975, dos artículos titulados “CINCO ACLARACIONES Y CIERTAS ACLARACIONES”, Y “OTRAS ACLARACIONES” sobre una discusión pública que sostuve con él y el Lic. Julián Peña, abogado laboralista, mi amigo, compañero de Orlando, en el Partido Comunista Dominicano (PCD) sobre las huelgas indefinidas, y otros temas ideológicos.
El 25 de febrero de 1975, Orlando Martínez, indignado ante la situación que militares dominicanos negaron la entrada al país del pintor Silvano Lora, y empujaron a él mismo junto a otros amigos que lo esperaban en el aeropuerto, publicó el famoso artículo, dirigido al presidente de la República, doctor Joaquín Balaguer, que termina así; “En caso de que su amistad con los Estados Unidos sea más estrecha de lo que sospechamos, ¿Porqué, no le pide al Pentágono un cohete último modelo con el objetivo científico de crear una colonia de calieses en la luna?
¿Por qué no desaparece de la vista de los dominicanos honrados, que son la mayoría, a todos los vagos que en este gobierno cobran sin trabajar? ¿Porqué, tómelo en cuenta, no deposita en un cómodo asiento de primera a los funcionarios irresponsables que se las dan de Fouché contemporáneos y a la hora de la responsabilidad no dan la cara? Y mi recomendación final: Si es inevitable que esta situación continúe, si es imposible evitar actos indignantes y miserables como el que presencié el domingo en el aeropuerto, ¿por qué, doctor Balaguer, no se decide usted a subirse en el avión o el barco y desaparecer definitivamente de este país junto a todos los anteriormente mencionados?”
Quizás fue este articulo lo que motivo que militares decidieran asesinarlo.
Cuando el 17 de marzo de 1975 escuché en Santiago la noticia que habían asesinado a Orlando Martínez lo sentí en el corazón, recordé que en dos ocasiones le había dicho a Orlando que él escribía directo frente a los poderosos y militares, que ellos tenían dinero y armas, a lo cual en ambos casos me respondió; “¿Si no lo hago yo, quién lo va hacer?”
En la funeraria La Altagracia, en Santo Domingo, me encontré con una familia dolorida, varios amigos comunes, y la muerte de un periodista honesto, a quién llevo en el corazón. Encontré a Quirico Valdez, Negro Veras, Julián Peña, Narciso Isa Conde y decenas de periodistas.
Cuando en Santiago el Colegio de Periodistas Dominicano (CDP) y el Sindicato de Trabajadores de la Prensa (STP) desvelaron una pintura de Orlando Martínez, tuve el honor de hablar, como ex directivo del STP, en Santiago, compartiendo con Germania de Luna, Quiterio Cedeño, Adriano de la Rosa y otros prestigiosos periodistas.