Emilio Máspero, es un modelo de sindicalista, ubicado dentro del cristianismo social, que se distinguió por su autenticidad en el pensamiento y la acción, su estilo de conducir, excelente orador y buen escritor. Nació el 27 de noviembre de 1927, en Santa Fe, Argentina, hijo de inmigrantes italianos. Se formó en la Juventud Obrera Cristiana (JOC), siendo en poco tiempo el Presidente nacional. Modelo de sindicalista, el más completo dirigente sindical del siglo XX.
Desde su comienzo Emilio Máspero, tuvo una amplia visión del sindicalismo; Comenzó siendo responsable del área del Caribe, con sede en Caracas, Venezuela, hasta desempeñarse durante muchos años como el Secretario general de la Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT), y vicepresidente de la Confederación Mundial del Trabajo (CMT).
Mis conversaciones con Emilio Máspero, fueron permanentes, desde que nos conocimos, estando yo viviendo exiliado en Puerto Rico, en 1961, hasta su fallecimiento el 31 de mayo del año 2000. Más de 40 años, siendo él mi maestro en la vida sindical, social, política y espiritual.
Nuestras conversaciones fueron más frecuentes durante los años de 1977 y 1978, cuando siendo él secretario general de la Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT), con sede en Caracas, Venezuela, y yo director del Instituto de Formación social del Caribe (INFOSCAR), con sede en Willemstad, Curazao, y profesor de la Universidad de Trabajadores de América Latina (UTAL). Por la cercanía entre Curazao y Venezuela.
Durante los años de 1992, en adelante, cuando viví 12 años en Bélgica, y Emilio Máspero iba con mucha frecuencia a Europa, además nos encontramos en congresos de la CLAT y la Confederación Mundial del Trabajo (CMT), y de la Federación Mundial de Trabajadores de la Agricultura, Alimentación y Hotelería (FEMTAA), de la cual fui su Secretario general, desde 1995 al 2004.
Además, nos unió más, porque mi esposa, Christine Piens, belga, fue durante algunos años su intérprete y traductora de varios idiomas, en la sede de la CLAT y la UTAL, en Caracas, Venezuela.
Emilio Máspero tenía su propia personalidad, y siempre fue provocador, tanto frente a los gobiernos, empresarios, organismos internacionales… y dentro de la misma organización, con posiciones propias y alternativas a los problemas.
En 1963 cuando ocurrió un golpe de Estado contra el gobierno del Profesor Juan Bosch, en la República Dominicana. Máspero orientó la CASC, rechazando ese golpe de estado, y en la toma de posición contra el nuevo gobierno golpista. En marzo de 1964 la CLASC celebró un Consejo en Brasil, donde se reestructuró internamente la dirección ejecutiva, pendiente de ser aprobada en el próximo Congreso. Máspero pasó a ocupar la Secretaría General.
En 1965 sucedió otro acontecimiento político y militar muy importante, que fue la intervención norteamericana a la República Dominicana. La CASC, afiliada a la CLASC, rechazó el golpe y formó el “Comando Armado Sindical Cristiano-CASC. Máspero orientó a la CASC, y estuvo en el país, en la zona rebelde, todavía Santo Domingo estaba militarizado por 40.000 marines norteamericanos.
Del 20 al 24 de mayo de 1968 se realizó en Santo Domingo, la I Conferencia Sindical sobre Integración y Desarrollo de América Latina, organizada por la CLAT, previamente se había celebrado el XI Consejo de la CLAT, y el 19 de mayo se hizo el ENCUENTRO DE TRABAJADORES DEL MUNDO, con una participación más de 8.000 trabajadores. En esa ocasión conversamos varias veces.
En estas actividades participaron delegados de casi todos los países de América Latina, y delegados de Canadá, Estados Unidos, África y Europa; Los discursos centrales de las tres actividades fueron pronunciados por Emilio Máspero, en la plenitud de sus energías, capacidad y dinamismo.
El carisma de Máspero dependía de un estilo de orador, franco, claro, con lucidez, con buena entonación, ideas claras, mensajes profundos, excelente dicción, propuestas a los problemas y mensaje de esperanza para el futuro de los trabajadores, que era capaz de entusiasmar, emocionar. Siempre dejaba a los oyentes una reflexión. Emilio hablaba con el corazón, y estaba convencido de lo que decía, por lo tanto, convencía al auditorio.
Como ideólogo Emilio tenía un pensamiento claro, era un intelectual, un filósofo con principios humanistas cristianos, que siempre expuso la doctrina social cristiana, adaptada a los trabajadores, al sindicalismo.
En una conversación Emilio Máspero, me dijo; “La Doctrina Social Cristiana en sus contenidos más profundos, es la antítesis de las manipulaciones perversas del neoliberalismo y ratifica que en definitiva son las grandes ideas, los grandes principios y valores lo que seguirán determinando las acciones y los cambios más profundos en los hombres y en la sociedad.”
El papa Juan Pablo II otorgó a Máspero el título de Caballero Comendador de la Orden de San Gregorio Magno, en reconocimiento a su inmensa labor sindical. Máspero dirigió el último Congreso de la CLAT, el XI, realizado, en México, del 9 al 14 de noviembre de 1998, “Comunidad Latinoamericana de Naciones”, ó “La CLAT hacia el Siglo XXI”.
Mi última conversación personal con Emilio Máspero, fue en Curazao. Él viajó de Caracas, Venezuela, y yo desde Bruselas, Bélgica, y nos reunimos para participar en el Congreso de la Federación Latino Americana y del Caribe de Trabajadores de Turismo (FLACTUR), donde resultó electo como presidente Anselmo Pontilius, de Aruba.
Con la participación de 70 delegados sindicales de 17 países de América Latina y el Caribe, se realizó ese Congreso en Willemstad, Curazao, (Antillas Holandesas), del 14 al 18 de junio de 1999, sobre « LA GLOBALIZACION Y SU IMPACTO EN EL TURISMO ».
Fue una conversación muy personal, intima. Ya él tenía los sufrimientos de la enfermedad que le quitó la vida.
Me aconsejó mucho, especialmente me pidió que siguiera escribiendo, que yo era de los pocos sindicalistas escritores. Que aprovechara que podía leer en francés e italiano, y que me dedicará a continuar publicando mis escritos.
Emilio Máspero, mi maestro, era mejor escritor que yo, sin embargo, sus publicaciones eran institucionales. Él elaboraba un sin número de documentos, siempre firmados por la Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT), elaboraba los documentos bases de los congresos y los consejos, pocas veces firmaba personalmente. Era un hombre institucional.
Me dijo en esa última conversación que lamentaba mucho el futuro del sindicalismo cristiano, a nivel latinoamericano y mundial, pues él sabía que muchos factores y poderes fuertes querían hacerlo desaparecer.
Emilio Máspero murió físicamente el 31 de mayo del 2000, en Caracas, Venezuela, rodeado de su familia y sus amigos, querido y respetado por todo el movimiento de trabajadores de América Latina y muchos países del mundo.