Los capitaleños despedimos el 2023 siendo testigos de la indiscutible transformación de nuestra ciudad, la primada de América, la que en las manos de nuestra alcaldesa Carolina Mejía, ha venido experimentado una verdadera recuperación de los espacios públicos para el disfrute de todos los munícipes y de quienes nos visitan.
Carolina ha cumplido con una promesa realizada en su rendición de cuentas del pasado abril, donde pronosticó que continuaría restaurando el malecón, al anunciar la construcción del Paseo Marítimo en el tramo comprendido entre las avenidas Núñez de Cáceres y Abraham Lincoln. Respetando su palabra empeñada, hoy podemos volver a disfrutar de un espacio lleno de vida y de una mirada majestuosa al inconfundible azul del Mar Caribe que bordea nuestra capital. El Paseo Marítimo es un espacio integral, donde se conjugan vías para movilidad alterna, para el uso de patines, patinetas y bicicletas, así como para que los peatones y corredores o deportistas puedan disfrutar de manera segura. Asimismo, miradores al mar totalmente seguros, áreas de juegos para niños, área para expendio de comidas y bebidas y todo esto con iluminación de alta tecnología, cámaras de videovigilancia y espacios verdes que contrastan con el color del cielo y el mar. Importante destacar el remozamiento y reapertura del icónico Kartódromo Julián Barceló, reinaugurado con el nombre de Miguel Barceló, lugar donde tantos niños y jóvenes de la década de los 90 guardamos impagables recuerdos.
Es compromiso de todos valorar y preservar el Paseo Marítimo así como todos los parques aledaños, y otros tantos que se suman a los 165 espacios entregados a la capital en sus diferentes circunscripciones por la alcaldía del DN en la gestión de Carolina Mejía. Todos los capitaleños debemos asumir la responsabilidad de no volver al pasado, emulando palabras de nuestra alcaldesa, Santo Domingo debe seguir con la transformación por más orden, más obras y mayor bienestar.
La figura de Carolina Mejía ha dejado una impronta imponente en la historia de Santo Domingo en su primera gestión, destacándose por un enfoque transformador y una visión centrada en devolvernos la dignidad a los ciudadanos a través de la recuperación de espacios públicos.
La revitalización urbana ha sido el pilar fundamental de la labor de la alcaldesa, quien comprende que la calidad de vida de los habitantes de la ciudad está intrínsecamente ligada a la calidad de los espacios que habitan. Bajo su liderazgo, se ha llevado a cabo un programa ambicioso de recuperación de parques, plazas y áreas comunes, devolviendo a los ciudadanos lugares emblemáticos que por mucho tiempo estuvieron relegados al abandono.
La transformación de estos espacios ha ido más allá de la mera estética. Ha representado una recuperación de la identidad y el sentido de pertenencia de los habitantes de la capital. Espacios que antes eran evitados, ahora se han convertido en puntos de encuentro, de esparcimiento familiar y de expresión cultural.
El compromiso de Carolina con la dignificación de la ciudad no sólo se ha limitado a la recuperación de áreas públicas, sino que ha abarcado también una reestructuración en la gestión de residuos sólidos, el impulso de programas de educación ambiental y de educación ciudadana en general. La conciencia ciudadana sobre la importancia de preservar y cuidar estos espacios ha sido uno de los pilares de su estrategia, involucrando a la comunidad en la preservación de los logros obtenidos.
Los resultados son más que evidentes. Los munícipes de Santo Domingo hemos recuperado no sólo parques y plazas, sino también un sentido de orgullo por nuestra ciudad. La gestión de Carolina Mejía ha trascendido la mera administración pública; ha sido un ejercicio de empoderamiento ciudadano, donde la comunidad y el sector privado se han involucrado activamente en la transformación del entorno.
El impacto de esta gestión no se limita a lo tangible, se traduce en un aumento palpable en la calidad de vida de los ciudadanos. Familias que ahora pueden disfrutar de espacios seguros y cuidados, donde los niños juegan y los adultos se reúnen para compartir momentos, experimentando un cambio significativo en su día a día.
En conclusión, la gestión de Carolina Mejía al frente de la alcaldía del Distrito Nacional ha sido un testimonio del poder transformador de la recuperación de espacios públicos. Más allá de la belleza visual, su labor nos ha devuelto la dignidad a los ciudadanos, ha fortalecido el sentido de comunidad y ha sentado las bases para una ciudad más inclusiva, participativa y, sobre todo, una ciudad humana.
¡Sigue Carolina!