Desde finales del siglo XVIII, durante la Revolución Francesa, se empezaron a reivindicar los derechos de la mujer o la igualdad de derechos entre sexos.

Hoy, a pesar de todo, tenemos que seguir dando explicaciones de por qué es necesario transformar el pensamiento hegemónico de los roles y abrir las mentes a una educación basada en la igualdad de oportunidades, sin sesgos de género, porque todo esto es la base que sustenta la violencia hacia las mujeres; las conductas que no son inocentes en la música o en la calle, en la educación o en las relaciones interprofesionales.

En un mundo que se mira para ser feliz, es complicado explicar que todos los días son días para la reivindicación y la lucha por causas que aún no están a los mismos niveles dependiendo de la latitud donde te encuentres.

Irán es un claro ejemplo de ello. Mahsa Amini murió tras ser detenida por la “patrullas de guía”, que son la policía religiosa, por no llevar correctamente el velo que la cubría, que la tapaba para no mostrar su feminidad… Es tremendo que esto suceda y al menos ha generado un movimiento de rechazo en el que todas nos sentimos comprometidas.

Estos días en Madrid presenciamos ejemplos virales de colegios mayores donde se encuentra la supuesta élite social, con canticos misóginos hacia las jóvenes del colegio de enfrente que no voy a reproducir porque me da vergüenza. Y más vergüenza producen cuando se justifican cosas que no deben formar parte de la risa y de la diversión.

Llegados a este punto, el color de la piel y el género no deben tomárselo a la ligera. Dentro de los avances que cada vez son más, las formas de interactuar, el cambio de roles y oportunidades tienen y deben ser más horizontales e igualitarios.

No es un juego que no nos debe cansar de repetir. El feminismo es una lucha diaria para crear conciencia y luchar contra los grupos que lo desacreditan permanentemente. Aquí está la base de esa campaña de desprestigio hacia la causa que trabaja por la libertad; por eso podemos votar, por eso tenemos derechos civiles.

El enemigo no es el movimiento feminista. Es el que nos desacredita y nos desprestigia.

El 17 de octubre se conmemora el Día de las Escritoras en la Biblioteca Nacional de Madrid. Se inició en España en octubre de 2016 para recuperar el legado de las mujeres escritoras, hacer visible su trabajo y combatir la discriminación. Invitada por Carmen Domingo, voy a participar con la lectura de un poema de Aída Cartagena dedicado a las hermanas Mirabal.

Es muy emocionante ser parte de esta actividad.  Ser mujer y formar parte del movimiento de generar cada día conciencia histórica, de dónde venimos y a dónde queremos ir.

La memoria histórica es la forma de crear conciencia de los derechos y libertades cada día de nuestra vida para poder expresarnos libremente… Por las hermanas Mirabal, en nuestra conciencia colectiva, y en nuestro corazón, por siempre.