Septiembre suele ser el mes que reconduce a las rutinas laborales para aquellos que se toman un receso en verano. Es también un mes en el que las empresas se replantean cómo reforzar o profundizar en sus estrategias organizacionales de cara a los meses restantes del año, en relación con las nuevas tendencias. Una en particular toma auge desde la pandemia: el trabajo híbrido.
Para nadie es secreto que en el 2020 la vida cotidiana dio un vuelco en muchos aspectos, en especial con el surgimiento del trabajo remoto, un cambio anclado en la adopción generalizada de la tecnología de videoconferencia y el uso compartido de archivos. Un viraje en la forma de trabajar y de afrontar el día a día, que afectó no solo al lugar de trabajo de las personas, sino a su lugar de residencia (descentralización de los traslados hacia los núcleos urbanos), e incluso al lugar de hacer las compras, a partir del auge de la adquisición de productos en línea y las tiendas cercanas a zonas residenciales.
De acuerdo a una encuesta publicada por Mckinsey & Company, la asistencia a la oficina continúa siendo un 30 por ciento más baja que antes de la pandemia, por ejemplo, se redujo en un 90 por ciento en las ciudades de Nueva York y San Francisco. En tanto, el impacto en otras como Austin, Dallas, Houston o Los Ángeles fue menos severo, pero aún marcado alrededor de un 70 por ciento.
En República Dominicana, de acuerdo con datos del Ministerio de Trabajo, en 2021 existían 3,271 empleados en 165 empresas que ya se encontraban bajo la modalidad de teletrabajo, siendo las estadísticas más recientes al corte de abril de ese año a través de compañías ubicadas en el Distrito Nacional, y aunque en la actualidad las autoridades trabajan en las regulaciones de esta modalidad, la tendencia también apunta a su permanencia en el país.
Tres años después de la pandemia, observamos el auge que también tomó la combinación híbrida y juzgando a partir del otoño de 2022, vemos como los trabajadores iban a la oficina un promedio de solo 3.5 días por semana, un 30 por ciento por debajo de las normas anteriores a la pandemia, según en el estudio.
De todos los encuestados por Mckinsey, el 37 por ciento va a la oficina todos los días mientras que un 56 por ciento adicional tiene arreglos de trabajo híbridos y, por lo tanto, pasa de uno a cuatro días por semana en la oficina, mientras que el 7 por ciento trabaja completamente de forma remota en la actualidad.
Mientras más metropolitana es el área, menor es la asistencia a la oficina
La asistencia a la oficina varía entre las áreas metropolitanas. Los empleados en Beijing van a la oficina 3.9 días a la semana, en promedio; los de Londres solo 3.1 días a la semana mientras que, en Japón, más de la mitad de todos los trabajadores de oficina pasan cinco días a la semana en la oficina y en Reino Unido, solo el 28 por ciento lo hace.
Analizando nuestros datos, cuanto mayor es la proporción de trabajadores de la economía del conocimiento de una ciudad con respecto a otros trabajadores, menor es su asistencia promedio a la oficina (definimos la economía del conocimiento como los servicios profesionales, la tecnología de la información y las industrias financieras). Del mismo modo, cuanto más altos son los precios de las viviendas en un núcleo urbano en relación con sus suburbios, menor es la asistencia promedio a oficinas del área metropolitana.
Otra variación importante a tener en cuenta en base a los hallazgos tiene que ver con la asistencia a la oficina y su variación según la edad, ingresos y antigüedad en la empresa; por ejemplo, los “millennials” reportan trabajar 3.4 días a la semana en la oficina mientras que los miembros de la “Generación X” y los “baby boomers” reportan un 3.5. La variación más marcada encontrada apunta a los “millennials” en puestos de alto nivel, quienes van a la oficina 3.7 días a la semana, más que cualquier otro grupo estudiado.
Las razones más populares dadas por los trabajadores con acuerdos de trabajo flexibles para elegir venir a la oficina pasan por poder trabajar con sus equipos, cumplir con la política de un empleador y aumentar la productividad. Esas constataciones fueron muy consistentes en Alemania, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido. En China y Japón, sin embargo, pocos encuestados citaron la política de un empleador como su principal razón para ir a la oficina.
La tasa actual de asistencia a la oficina podría persistir para el futuro
Varios indicadores sugieren que la tasa actual de asistencia a las oficinas puede haberse estabilizado. En diez de las ciudades más pobladas de los Estados Unidos, la asistencia a la oficina se ha mantenido más o menos estable desde mediados de 2022, y el número de días por semana que los empleadores y empleados conciben para asistir a la oficina coincide en promedio en la actualidad. Si bien un grupo considerable e influyente de trabajadores, prefiere continuar trabajando de forma remota, no menos cierto es que mientras a largo plazo existan alentadoras tasas de productividad, el diálogo siempre quedaría abierto para alcanzar consensos que satisfagan tanto la necesidad del empleador como la del trabajador de acuerdo con las nuevas tendencias de trabajo como complemento de la calidad de vida.