La gobernabilidad y gobernanza, distinguen el desarrollo permanente de Santiago. Sin embargo, donde esta ciudad sienta cátedras, es en la gestión concurrente y exitosa de proyectos. Históricamente, sus actores estratégicos se alinean con herramientas que son parte de El Ser, El Estar y El Hacer santiaguero en la implantación de iniciativas.
Es decir, Santiago acumula una cultura social o “genoma especial” como ciudad que lo conduce a concertar muy bien, el diseño, la formulación y la implantación de decenas de proyectos exitosos, tanto públicos como privados.
Las evidencias técnicas que sustentan esta atrevida afirmación, se pueden encontrar, examinar y recolectar desde que 1961, el presidente norteamericano John Fitzgerald Kennedy, creó la Alianza para el Progreso programa que probó la gestión santiaguera efectiva con la creación de la Universidad Instituto Superior de Agricultura (ISA), propuesta por la Asociación para el Desarrollo (APEDI), creada también para la fecha
Santiago sigue avanzando al respecto. Hace un tiempo creó el Sistema Integral de Implantación de Proyectos Estructurantes (SIPROES) como una herramienta social que aporta el Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago (CDES), para facilitar la puesta en operación de los planes estratégicos. Este sistema es una continuidad institucional, mejora y consolida la primera herramienta de implantación aprobada en el año 2003.
SIPROES tiene incorporado enseñanzas aprendidas, experiencias y errores de la operacionalización del primer Plan Estratégico 2002-2010. Pero también acumula virtudes, probidades y certezas, validadas por la Certificación de Calidad otorgada por el Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU) y la Revisión Crítica de la implantación de las primeras 5 estrategias y 158 proyectos del primer PES 2002-2010. Que tiene 6 protocolos de evaluación, uno de ellos referido a la implantación de proyectos.
SIPROES aporta guías, alineaciones y orientaciones para que toda entidad pública, privada o de la sociedad civil, pueda contar con el aval, apoyo y cohesión del capital social, de las fuerzas vivas y los actores estratégicos de Santiago. Pero también SIPROES es más crítico, verificador y taxativo con aquellos entes y organizaciones caóticas, oportunistas y sin ética social que planean y pretenden efectuar ejecuciones, sin observar principios éticos, guías y orientaciones técnicas.
Coherente con estos fines técnicos, institucionales y éticos, el CDES fundamenta su gestión crítica, de veeduría y auditoria social.
SIPROES sugiere, establece criterios y aporta el diagrama de flujos para los siguientes procesos: i) Priorización y organización de los proyectos acorde con el sistema de inversión pública del MEPyD (Ley 498-06) o planes privados de inversión (Ley 47-20 de gestión pública y privada); ii) Articulación de los actores estratégicos; iii) Formulación y diseño de los proyectos; y iv) Gestión de la institucionalidad.
También v) la Aprobación y financiación; y finalmente vi) la Organización de la implantación; y Supervisión, monitoreo, ajustes, reprogramación y certificación.
En este orden, por Gestión de Proyectos se entiende al conjunto de actividades, operaciones y procesos dirigidos a planificar, organizar, dirigir y modular las iniciativas con la participación de actores estratégicos para operar los proyectos estructurantes y mediante ellos, lograr un futuro mejor para el municipio y sus habitantes. Se debe indicar además, que la gestión incluye la observación ciudadana, la utilización, uso y gestión racional de los recursos humanos, materiales, financieros y logísticos de los proyectos
En febrero 2002, fecha que se presentó el primer Plan Estratégico Santiago 2010, Rafael Emilio Yunén hizo pertinentes valoraciones sobre las funciones de la oficina coordinadora de esta iniciativa. Los juicios de este maestro santiaguero del urbanismo iberoamericano, cuidaron que este órgano técnico, diferenciara bien, entre “gestión” e “implementación” de proyectos.
Yunén razonó delante de la directiva del Consejo Desarrollo Estratégico (CDES); el presidente Hipólito Mejía, alcalde, regidores, diputados, senador y gabinete ministerial. Sus juicios fueron vitales, pues si el CDES desde sus inicios, asumía ejecutar proyectos, perdería su naturaleza de guía, observador imparcial y veedor objetivo.
Yunén vislumbró lo que venía. Indicó que las oficinas de planes estratégicos, debían apoyar la puesta en operación de proyectos, pero no tratar de implementarlos. Ese rol correspondía al ayuntamiento, gobierno, legisladores, sector privado y sociedad civil.
Con estas orientaciones y la voluntad visionaria del primer presidente del Plan Estratégico, Miky Lama, esta entidad creó la unidad de gestión de proyectos que fortaleció la Oficina Técnica Coordinadora (OTC). La primera tarea en abril 2002, fue realizar un taller de misión, visión y valores.
Para la ocasión era consultor del CDES y fui designado por su Junta Directiva, como primer coordinador de la unidad de gestión de proyectos (UGP).
Recuerdo que Miky Lama ante Juan José Batlle y José Raúl Fernández, director ejecutivo y quien suscribe, al hablar con el agudo estilo coloquial que le caracteriza, indicó “Rey, te vamos a nombrar gerente de proyectos”, pero si no traes proyectos para Santiago y el CDES, “date por cancelado tu mismo”.
Por mis experiencias internacionales y proyectos de PUCMM, lo primero que recomendé fue realizar un encuentro con agencias de cooperación internacional. Entidades que fueron convocadas por el Secretariado Técnico de la Presidencia de entonces, hoy MEPyD para sesionar con el Plan Estratégico.
Luego a cada proyecto estructurante del Plan Estratégico de Santiago 2010, se le preparó una tarjeta técnica (TTP). Con estas herramientas, logramos que Unión Europea y su proyecto PARME, se enfocara en plan de ordenamiento territorial, registro de juntas de vecinos y apoyo a otros planes estratégicos. Ahí también Santiago fue pionero.
Se construyó una experiencia que fue recopilada por nosotros, en una propuesta sistémica de gestión proyectos premiada en 2006 con el primer lugar en Barcelona.
Posteriormente, el Congreso de Bogotá 2009 del CIDEU, recomendó que todos los planes estratégicos de Iberoamérica abrieran oficinas de gestión de proyectos. Una dinámica que inició en la planificación estratégica de Santiago, se transformó en una iniciativa pública internacional en gestión proyectos. En la otra seguimos.