Mito 1: En República Dominicana tenemos 4 millones de haitianos

El mito 1 de la migración en el libro de Hein de Has brevemente reseñado en la entrega anterior es La migración se encuentra en máximos históricos, un estribillo que denota una imagen muy generalizada que es proyectada en los medios de comunicación tradicionales, en las redes y en la televisión, y que sintetiza la idea que estamos en una era de migraciones masivas desbordadas que han provocado una crisis migratoria sin precedentes, originada por una serie de otras crisis globales, económicas, demográficas y medioambientales, que ha impactado severamente las sociedades de los países receptores.

De Hass muestra certeramente con suficientes evidencias estadísticas que, contrario a esta generalizada imagen, si bien el número de migrantes internacionales se ha incrementado en las últimas décadas, pasando de 147 millones en el 2000 a 247 en 2017, el porcentaje que representa con respecto a la población total mundial no se ha alterado: sigue siendo muy bajo, manteniéndose en torno a apenas el 3% de la población mundial.

Con la excepción de unos pocos países de tradición inmigratoria de larga data, en la mayoría de los países occidentales -incluidos Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Francia- el porcentaje de inmigrantes oscila entre el 10% y 15%. En el caso de EEUU, si bien la inmigración ha seguido aumentando durante las pasadas décadas, en 2020 los inmigrantes constituían una proporción aproximadamente igual de la población (en torno al 14 por ciento) que la de hace un siglo. En América Latina, el mayor porcentaje lo tiene Costa Rica, de apenas 8.4%, y excepcionalmente en la subregión del Caribe insular en 5 de las pequeñas islas (Saint Maarten, Turcos y Caicos, entre otras), los inmigrantes superan la mitad de su población total, y en otras 8 es de más de 20%.

En el caso de las inmigraciones haitianas en República Dominicana en general, y en particular la cifra del total de inmigrantes haitianos residentes en el país ha estado históricamente signada por mitos, prejuicios e ideas estereotipadas que oscurecen el entendimiento del tema, lo que obliga a documentarse bien si se tiene las pretensiones de abordarlo objetivamente, dialogar racionalmente sobre el mismo y/o contribuir como investigador o gestor de políticas desde las ciencias sociales a sustentar políticas públicas y privadas orientadas a incidir en la problemática migratoria.

Debido a que en su inmensa mayoría la inmigración haitiana es indocumentada y una buena parte de ésta penetra al territorio dominicano sin autorización legal, su cuantificación y conocimiento hasta relativamente reciente estuvo seriamente limitado por la carencia de informaciones confiables provenientes de los censos nacionales de población y de encuestas de inmigrantes, no obstante los loables esfuerzos desarrollados por demógrafos y sociólogos  en los años 1980 y 1990 del pasado siglo, basados en supuestos y/o recuentos parciales o sectoriales de inmigrantes, para cuantificar y caracterizar los flujos de haitianos a RD.

Esta incertidumbre estadística y demográfica sobre la magnitud de la inmigración a RD ha sido históricamente el Talón de Aquiles que ha dado pie a las apreciaciones estimativas más variopinta acerca del total de inmigrantes haitianos en el país, incluidas algunas inverosímiles cifras especulativas. Incluso, en una posición de extremo escepticismo, algunos han llegado a plantear que por la porosidad de la frontera y la permanencia irregular (“clandestina”) de muchos haitianos en el país, la inmigración haitiana es incontable. Dicho en otros términos, es tarea imposible para la Demografía y la Estadística cuantificar la magnitud real de dicha inmigración.

Si bien el incierto panorama estadístico-demográfico sobre la inmigración haitiana ha cambiado notoriamente desde principios del 2000, cuando la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) realiza -con el apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)- en 2002 la Encuesta de Inmigrantes Haitianos (EIH), y posteriormente, con el levantamiento por la Oficina Nacional de Estadística de las dos versiones de la Encuesta Nacional de Inmigrantes (ENI) en 2012 y 2017.

Estas encuestas nacionales, basada en muestras representativas de gran tamaño -la más grande en la historia de las encuestas de hogares en el país-  y con diseño por conglomerado, y que involucran un conjunto de operaciones y procesos estadísticos complejos, permitieron obtener por primera vez unas estimaciones razonablemente confiables de la población inmigrante haitiana.

Sin embargo, pese a la rigurosidad técnica de las ENI y el nivel de representatividad provincial con que se realizaron estas encuestas, en la actualidad muchos dominicanos -entre los que destacan líderes y dirigentes políticos, sociales, religiosos y empresariales, senadores y diputados, directores de medios de comunicación, intelectuales y profesionales en general, comunicadores sociales, profesores, maestros y otras personas con influencia en la opinión pública, siguen apreciando o creyendo  que en el país residen unos 2, 3 o hasta 4 millones de haitianos, cifras estrambóticas que citan, divulgan y reafirman sin evidencia estadística alguna ni el más mínimo recato, invalidando los resultados de la ENI y apelando en su mayoría -los más escépticos y/o menos informados- a la impresión visual callejera y al sentido más común.

Contrario a estas apreciaciones estimativas subjetivas, que constituyen supuestamente el soporte fáctico de la desbordada inmigración o “invasión” haitiana, las dos versiones de la ENI, los resultados del Censo de Población de 2010, las estadísticas basadas en los registros administrativos de la Dirección General de Migración de entrada y salida de personas, deportados, “devueltos” en cliente, detenidos en interdicciones y retornados voluntariamente, así como los datos de los inscritos en el Plan Nacional de Regularización Migratoria iniciado en 2013 revelan que el stock o total de inmigrantes haitianos residentes en el país ronda el medio millón, y la población total de origen haitiano los 800 mil, cifras bastantes cercanas a estimaciones realizadas con anterioridad en los años 80 y 90 del siglo XX, pero muy distantes de las especulativas cifras de millones referidas.

Los mayores montos de inmigrantes haitianos de estas fuentes de datos diversas provienen de las dos ENI.  Estas estimaron que el total de inmigrantes haitianos en 2012 y 2017 era un poco menos de medio millón (458,233 y 497,825 respectivamente), y en 209,912 y 252,349 el número de descendientes de inmigrantes, para totales de población de origen haitiano de 668,145 y 750,174 en ambos años. Una estimación reciente del Instituto Nacional de Migración (INM-RD) en base a los resultados de ambas encuestas proyectó para el pasado año 2024 en 553,254 el total de haitianos y en 311,371 los descendientes de inmigrantes, para un total de 865,015 personas de origen haitiano. Infortunadamente, la tercera ENI, que estaba programado levantarse en el 2022, se ha pospuesto en dos años sucesivos, se ha anunciado para 2026, pero la incertidumbre y el tiempo sigue pendiendo como espada de Damocles sobre su realización.

Otras estimaciones y aproximaciones al total de haitianos en el país utilizando datos de otras fuentes quedan por debajo de las de ENI y/o no están actualizadas, alejándose aún más de las apreciaciones de los millones de haitianos. El Censo Nacional de Población y Vivienda de 2010 arrojó un total de 311,969. En el PNRE se registraron un total de 288,467, de las cuales 250,241 calificaron para el programa.

Por otro lado, los registros administrativos de los flujos de entrada y salida de haitianos por avión con visado y a través de la frontera, de detenidos en interdicción migratoria y de deportados tampoco sugieren montos millonarios de residentes haitianos en el país. Si bien las deportaciones se han incrementado significativamente en los últimos años, sobre todo a partir del año 2022, al pasar de 14,525 en 2015 a 82,408 en 2019, y a 174,677 en el 2023, en casi 10 años se deportaron en total 604,823 haitianos, no las millonadas que supondría en un decenio unos 2,3 o 4 millones residiendo con permanencia en la parte Este de la isla. El número de haitianos detenidos en los llamados operativos de “interdicción migratoria” para “depuraciones” y probables deportaciones en el período 2016-2020 fue de 343,002, para un promedio anual de 68,600.

Respecto de las entradas legales, el número de visas anuales otorgadas a haitianos por los consulados dominicanos en Haití en los últimos 20 años es de 1,244,901, en su inmensa mayoría para fines de negocios y estudio. Las mismas han ido aumentando en los últimos 8 años, superando en promedio las cien mil por primera vez en los últimos 4 años.

En relación con los cruces transfronterizos registrados, el promedio anual de las entradas y salidas de haitianos en los últimos 3 años por los 5 puestos fronterizos en donde se realizaron los más importantes mercados binacionales de intercambio comercial es de 295,302 y 226,740 personas respectivamente, para un saldo neto negativo promedio de 68,426 personas que entraron, pero no salieron del territorio nacional.

Dado que los resultados de la ENI no confirman, sino más bien refutan las estrambóticas apreciaciones subjetivas, algunos líderes, y dirigentes políticos y sociales, comunicadores, opinadores y profesionales denostan contra la ENI, descalificando sus resultados sin argumento técnico alguno. Deliberadamente, como estrategia de ocultamiento o distorsionamiento, aparentan ignorar que, al asumirse cifras de dos, tres y hasta cuatro millones de haitianos en el país, se están violentando las más elementales reglas de la aritmética. Otros dominicanos, la inmensa mayoría, desconociendo las reglas básicas de la aritmética y de la racionalidad de los órdenes de magnitudes son presas fáciles de las más extravagantes cifras que configuran un auténtico relato-leyenda.

Ante la incredulidad frente a los datos disponibles para una cuantificación objetiva del total de haitianos en RD y la insostenibilidad científica de los millones de haitianos en RD, los propaladores de estas hiperbólicas cifras disponen de un recurso o coartada: atribuirlos a la entrada masiva ilegal al territorio de haitianos facilitadas por el entramado de negocios mafias de traficantes y transportistas, un mundo tenebroso poco conocido que puede abonar las más esperpénticas y conspiranoicas ideas de “invasión” haitiana. Siendo furtivas y descontroladas las penetraciones ilegales al territorio nacional son estadísticamente invisibles, por lo que las estadísticas oficiales son entonces un mero artificio de justificación de la subestimada inmigración ilegal haitianos.

A propósito de este razonamiento, cabe preguntarse si es tal el grado de fragilidad e ineficacia de la vigilancia fronteriza y las capacidades de las redes mafiosas de coyotes, transportistas y militares para facilitar la entrada diaria, al mes y en año de un volumen de ilegales haitianos que sustente demográficamente la permanencia en territorio dominicano de una población de origen haitiano de 2 a 4 millones.

Finalmente, si se quiere comprobar si se verifica como mito los millones de haitianos en RD o se cumple en la realidad fática, no en la virtual ni ficcional en la que habita la mente de algunos escépticos en extremo, como una manera de evitar o evadir los tecnicismos propios de la Estadística y la Demografía, recomiendo el siguiente razonamiento y cálculo estadístico de sencilla interpretación y del cual derivo una interrogante final acerca de su resultado: Teniendo en cuenta que en el país hay un total de 3,726,048 millones de hogar y un promedio de 2.9 personas, de acuerdo con el Censo de Población 2022, de ser cierto los 4 millones de haitianos, tendríamos en RD en promedio al menos un residente haitiano en cada hogar. ¿Es factible, razonable o plausible este resultado?  Definitivamente No.