La primera vez que "probé" la cocaína fue de una manera impredecible. Fui invitado a la casa del gerente general del banco en el que trabajaba en New York, en el año 1984. Me llamó a la cocina y allí me esperaba con un "polvo blanco". Me dijo, date un pase que eso "no hace nada…" Con más miedo que vergüenza lo hice y, la verdad, no recuerdo el efecto.

La segunda, por el año 88, decidí emigrar de Texas a Miami. Monté todo lo que cupo en mi viejo auto "lancer" de dos puertas y dejé el resto "botao". Un "amigo" me regaló una bolsita con el mismo "polvito blanco" y me dijo: "Son 24 horas de manejo hasta Miami, con esto llegarás sin parar"… Y así fue…

Ya la tercera y la cuarta y "las demás" no fueron experiencias tan gratas, ya que "la evolución" en su mezcla le ha hecho perder pureza y sus efectos secundarios no es que sean terribles, como las demás drogas, pero son parecidos a una "resaca" o cruda, después de una noche de mucho alcohol.

Pero, antes de continuar con mis experiencias, de "esta planta sagrada", vamos a "ilustrarnos un poco" de su procedencia.

Voz quechua "Kuka", descubierta por los nativos ancestrales suramericanos. La hoja se mastica para "curar" los mareos de las altas montañas de los Andes. Todavía se utiliza de forma común y legal y estos las venden en grandes sacos o bolsas, dándoles diversos usos, como son el preparado de té, dulces y bebidas energizantes…

En los tiempos de "la conquista", los españoles intentaron prohibir su consumo a los nativos al ver "el contentamiento" que adquirían al consumir la coca.

En 1609, el padre Blas Valera escribió: "La coca protege al cuerpo de muchas enfermedades, desinflama y cura las heridas, protege del frío, mata los gusanos de la carne podrida y sí hace todo esto en el exterior del cuerpo". ¿No tendría mayor virtud en el interior de este?

La historia de la difusión mundial de la cocaína se remonta al 1860, cuando se "procesó" y se extrajo el clorhidrato de cocaína. Luego en 1898, el químico alemán y premio Nobel Richard Willstatter realizó su primera "síntesis y elucidación" de la molécula.

Más adelante, en 1917, el químico británico, y premio Nobel también, Robert Robinson derivó en la cocaína a través de otro alcaloide sintetizado llamado tropinona. Sus primeros usos fueron analgésicos locales ya que, en polvo o líquida, la cocaína tiene la facultad de "adormecer" las membranas o glándulas que toque. Incluso se utiliza en cirugías.

Su uso "recreacional" se hizo popular en 1863, cuando el químico italiano Angelo Mariani produjo un vino que, por sus efectos estimulantes, producía vigor, excitación, euforia y bienestar, ya que la cocaína promueve la serotonina y la dopamina, hormonas del amor y el bien…

En 1886, John Pemberton la popularizó en su jarabe llamado "Coca Cola", la misma que hoy es una de las bebidas más populares del mundo… Con razón se dice que la "fórmula secreta" de la Coca Cola contiene este alcalino estimulante.

Por la misma época, otro "audaz" empresario gringo, llamado Parke Davis, elaboró cigarrillos con base de coca, prometiendo al consumidor "que haría valiente al cobarde, elocuente al silencioso, insensible al dolor y no tendría hambre".

Ya a principios del siglo XX, el vicio por la cocaína se generalizó al punto que se vendía en las farmacias y los dueños de las fábricas estimulaban a sus empleados a consumirla por el alto rendimiento que les causaba.

Grandes personajes de la historia se hicieron adictos a esta. Escritores, navegantes, empresarios, cantantes, músicos y vaya usted a saber… Nada distinto al día de hoy.
Incluso se ha utilizado en las grandes guerras como un estimulante para los soldados, ya que la cocaína crea una sensación de "Superman", un estado parecido al que uno siente cuando muere y la consciencia percibe el derramamiento excesivo de las hormonas cerebrales.

Ya en el 1922, se impusieron restricciones para la fabricación de esta. Pero el relajo no se acabó, si bien la cocaína es un estimulante natural, el problema surge con los productores ilegales y las "mezclas" que utilizan.

La cocaína podría ser "un producto más" de los miles y miles legalizados que hay y que producen "los mismos efectos" y hasta peores.

Todas las bebidas alcohólicas o de tabaco o de las mismas farmacéuticas causan efectos secundarios desastrosos para el cuerpo. Los efectos secundarios de la coca surgen cuando pasa a un mercado clandestino, ya que los nativos suramericanos no los padecen.

Un estudio realizado en el 2007 registraba que los niveles de pureza de la cocaína que se vendía en las calles eran de un 5% apenas. Llegando hasta un promedio de menos del 50%…

Encima, se calcula que las ventas mundiales de la cocaína van por los 600 mil millones de dólares. Solamente en medicamentos para "paliar" la adicción en los Estados Unidos se gastan más de 380 mil millones.

No tiene lógica el asunto. Si se permitiera el consumo legal, la cocaína sería "más sana" entre comillas, y las ventas pagarían impuestos a la vez que se reduciría la factura médica causada por toda la porquería con que la mezclan.

Volviendo a mi experiencia personal, esas primeras experiencias que conté, la cocaína era "casi" pura, hasta un 60% y no, como dice el estudio, del 5% actual. Los ingredientes actuales van desde el baking soda hasta el peligrosísimo fentanilo.

Es decir, que una "sencilla absorción nasal" nos podría dejar "enganchados" en una "adicción" de consecuencias fatales. Podría contar con los dedos de mis manos las veces que la he probado, y tal vez tendría que usar algunos de los pies, pero sí les puedo decir que es un estado "controlado" donde usted no pierde el juicio, solo un incremento de "un bienestar inducido" producto de "esa sustancia" que dispara las hormonas ya mencionadas.

Si usted se quiere joder, aunque no lo quiera, igual se joderá. La cocaína, al igual que el ron o el whisky o cualquier otra bebida alcohólica, podría ponerlo violento, contento, amoroso y hasta loco.

No hay que ser hipócritas: no tiene lógica permitir el uso "de esas drogas" y no de esta otra que nos llega ancestralmente. El que la quiera consumir la encontrará hasta en la esquina de su casa.

De mala calidad, como los alcoholes caseros y adulterados. Encima, la violencia por el control del tráfico genera inestabilidad en muchos países de producción y tránsito.

Toda una tragedia entre los traficantes y consumidores y los daños colaterales que todo esto trae a los familiares que no tienen que ver con los vicios de los suyos.

El mundo por sí solo es un lugar muy dramático, con o sin estimulantes, para quererle controlar "sus mariconerías" a los otros. Ya aprobaron la marihuana, después de tanto joder y asustar a los adictos, que aprueben la coca y la vuelvan a vender pura en las farmacias como en los años 20.

Lo ideal es que no necesitemos ningún "estimulante" que "interfiera" en el mecanismo natural del cerebro. Ni xanas, ni ativan, ni valium, ni diazepam. Yo sé que aquí estamos locos todos, pero más que "un pasito pun pun" mejor es "despacito"…

Al final, todos tenemos "el deber" de vivir como nos dé la gana, cuidando no afectar la vida de los otros. ¡Por cierto!, ¿usted sigue tomando coca cola? ¡Salud! Mínimo Cocainero