Como le ocurrió a Arva Moore Parks McCabe en Miami, las cosas no eran fáciles. Había entendido lo que tenía que hacer para entender su propuesta: tirar fotos a muchas casas de la ciudad, algo que no muchos habían pensado. Me llegaba a la memoria Arva Moore Parks, una historiadora que había hecho lo mismo para Miami (su proverbial libro es de 1992). Me llamó a las diez de la mañana y me preguntó con qué casas debía comenzar. Le dije que no dejara fuera a Carolyn Klepser. Contestó: “todo sea por la arquitectura criolla”.
Lo mejor era que empezáramos con las casas trujillistas. La panorámica seria única. Le tomaríamos las fotos desde fuera y así compararíamos con fotos antiguas. El problema es que esas fotos no estaban en nuestras manos. ¿En el Archivo General de la Nación no estaban esas fotos? ¿Digamos, una foto de una casa en el Evaristo Morales, no estaba en el Archivo? Le dije: “sumérgete en los archivos privados”, como si estos tuvieran algunas fotos. Eso mismo, archivos privados. Estos tienen mucha información: vas a una casa y preguntas por el álbum. ¿Quién tendrá las fotos de los edificios?
Los trujillistas tendrían el lugar colocado para que fuéramos. Le dije que el Manchester City podría esperar y que ella ahora tenía un plan. Esa cámara había que usarla. Me mencionó a Ucrania y me dijo que no estaba de acuerdo con la manera en que estaban manejándose las cosas, ella muy lectora de Richard Nixon gracias a mí: “deberían enviar más armas”, terminó. Era cierto que las fotos podrían esperar: “publicaremos un libro”, me dijo. “Será un éxito total y nos sentiremos felices”, dijo. “Iremos a Catar a celebrarlo” allá con el Mundial. Me pregunta: ¿cuantos dominicanos irán a Catar? ¿No son trujillistas los que irán? ¿Esas fotos están bien tomadas?
Era cierto: en los archivos privados, esos que tienen los trujillistas, solo hay fotos de gente riéndose, así en gerundio. Hay que tirar todas las fotos. Con esta cámara –una Canon potente que le costó muchísimo–, podríamos tomar fotos y luego venderlas a algún archivo (hacer el famoso libro). No es cierto que serán tomadas con una lluvia intensa, el viejo lema de los fotógrafos: “el clima tiene que ayudar”, dijo entusiasta.
Es cierto: “el Real Madrid tendría que ganar”, según ella estableció antes de las siete. Le dije que los trujillistas no tienen nada que ver con los haitianos. Estos, desde las casas, –desde los apartamentos–, monitorean el vecino país con unos raditos FM y AM, aunque no sé si onda corta. Se levantan en la mañana y echan el día vigilando como si viniera un ladrón. “Las fotos sería bueno tirarlas, –le dije– a eso de las doce, con la intensidad del sol”. “Of course”, contestó.