A medida que el mundo se digitaliza, la línea entre la seguridad física y la ciberseguridad se ha vuelto cada vez más difusa. Las empresas que tradicionalmente se han enfocado en proteger propiedades e infraestructuras ahora enfrentan una nueva clase de amenaza: los ciberataques. Para las empresas de seguridad física en República Dominicana y en toda la región, la integración de ciberseguridad se ha convertido en una necesidad estratégica, especialmente en un entorno donde la conectividad digital juega un papel crucial.

1.Las nuevas amenazas en la seguridad física

En los últimos años, ha habido un aumento en los ataques cibernéticos que han comprometido sistemas de seguridad física. Desde el hackeo de cámaras de vigilancia hasta el control remoto de sistemas de acceso, los criminales están aprovechando las vulnerabilidades digitales para superar barreras físicas.

Según Cybersecurity Ventures, los ataques a infraestructuras físicas conectadas al IoT (Internet de las Cosas) se duplicarán para 2025. Esta tendencia es especialmente preocupante en América Latina, donde la infraestructura de ciberseguridad sigue en desarrollo y, a menudo, no se le otorga la prioridad que merece. Además, Kaspersky ha reportado que más del 40 % de los dispositivos conectados en la región son vulnerables a ataques.

Las infraestructuras críticas como plantas de energía, aeropuertos y centros de datos son objetivos particularmente atractivos para los hackers. Si bien estas instalaciones cuentan con sistemas de seguridad física robustos, un ataque digital podría desactivar esos sistemas en minutos, dejando expuesta la infraestructura.

Un ejemplo reciente ocurrió en Brasil, donde un grupo de hackers logró acceder a los sistemas de seguridad de una planta hidroeléctrica, desactivando temporalmente las cámaras de seguridad y sistemas de acceso. Este tipo de incidentes pone en evidencia la necesidad urgente de integrar soluciones de ciberseguridad robustas en infraestructuras críticas.

En República Dominicana, un caso que generó preocupación fue el hackeo de los sistemas de control de semáforos en la ciudad de Santo Domingo, lo que causó un caos vial durante horas. Este tipo de incidentes no solo afectan la seguridad ciudadana, sino que también destacan la vulnerabilidad de las infraestructuras digitales que soportan el funcionamiento diario de las ciudades.

2. La solución: seguridad física y ciberseguridad integradas

La respuesta a estas nuevas amenazas es la implementación de un enfoque integral que combine la seguridad física y la ciberseguridad. Esto implica más que la simple instalación de cámaras o alarmas; las empresas deben proteger los sistemas conectados digitalmente con un enfoque holístico.

A nivel técnico, las empresas de seguridad deben implementar firewalls avanzados, segmentación de redes para aislar dispositivos críticos y sistemas de monitoreo continuo del tráfico digital. Los servicios de detección y respuesta ante amenazas (MDR, por sus siglas en inglés) son cada vez más necesarios para identificar vulnerabilidades y mitigar amenazas en tiempo real.

Además, el uso de inteligencia artificial para el análisis de patrones de tráfico digital y el análisis forense en caso de incidentes se está convirtiendo en una herramienta clave en la prevención de ataques. Estos sistemas son capaces de detectar y responder a intrusiones antes de que comprometan sistemas físicos.

3, Capacitación y cultura: Clave para prevenir incidentes

Uno de los mayores desafíos en República Dominicana es la falta de cultura en torno a la ciberseguridad. A pesar de los riesgos evidentes, muchas empresas subestiman la amenaza y no invierten lo suficiente en soluciones de ciberseguridad. Este problema no es exclusivo de las pequeñas empresas; incluso grandes organizaciones han mostrado deficiencias en este aspecto.

Es crucial no solo capacitar al personal en ciberseguridad, sino también fomentar un cambio cultural. En muchos casos, los ataques cibernéticos logran penetrar sistemas debido a errores humanos como la falta de actualización de software, el uso de contraseñas débiles o la apertura de correos electrónicos sospechosos. Las empresas deben invertir en programas de concientización y capacitar a su personal en prácticas seguras.

4. Colaboración entre seguridad física y proveedores de ciberseguridad

Una estrategia efectiva para mitigar las amenazas cibernéticas es la colaboración entre empresas de seguridad física y expertos en ciberseguridad. Localmente, instituciones como Indotel han comenzado a ofrecer soluciones especializadas en la protección de infraestructuras críticas, pero sigue siendo insuficiente para enfrentar el creciente número de amenazas.

La adopción de estándares internacionales como la norma ISO 27001 para la gestión de seguridad de la información es un paso esencial para que las empresas en República Dominicana puedan abordar estas vulnerabilidades de manera sistemática y coordinada.

5. ¿Son suficientes las soluciones locales?

En términos de soluciones locales, República Dominicana ha avanzado, pero aún falta mucho camino por recorrer. Aunque hay un aumento en la inversión en seguridad física, el enfoque en ciberseguridad sigue siendo limitado. El gobierno ha implementado esfuerzos como el Centro Nacional de Ciberseguridad, pero las iniciativas privadas y el sector empresarial deben acelerar la adopción de tecnologías y protocolos avanzados para proteger infraestructuras conectadas.

Conclusión

La seguridad física y la ciberseguridad ya no pueden verse como entidades separadas. La creciente dependencia de dispositivos conectados hace que las empresas de seguridad deban adaptarse a esta nueva realidad, integrando soluciones que protejan tanto el perímetro físico como los sistemas digitales. En República Dominicana, donde la inversión en tecnología sigue creciendo, la implementación de estos sistemas es esencial para asegurar un futuro más seguro en todas las dimensiones.