Distinguida ministra:

A título personal le dedico estas líneas en atención a la reciente inauguración de la feria internacional del libro en Santo Domingo, misma a la cual tuve oportunidad de visitar con mis familiares y pasado fin de semana. Escribo estas líneas con mucha ilusión debido a que conozco la voluntad firme del presente gobierno de la República Dominicana de hacer las cosas con un compromiso con la excelencia; por ello, me atrevo a dirigirme a usted en aras de realizar algunas observaciones sobre esta importante feria que cada año constituye la oportunidad de oro para elevar la cultura de nuestro pueblo dominicano.

Desde hace unos años la feria del libro se ha venido convirtiendo más que una celebración del libro en una oportunidad para las instituciones gubernamentales de promoverse, quedando relegada la lectura y el pensamiento crítico que ella desarrolla, los principales autores, las principales obras de la literatura universal, en un segundo plano.

En esta edición, sin embargo, ha carecido de todo. Luego de haberlo comentado con una muy querida amiga me dijo que más bien esta parece una feria de la farándula en lugar de una feria para el libro.

Se precisa hacer atractiva la lectura con estrategias innovadoras. No podemos perder la oportunidad de innovar en espacios tan consolidados en la mente de nuestro pueblo, como lo es esta feria y cómo queda atestiguado con la participación masiva de un público sediento de información y de actividades culturales que se abocó el pasado sábado y domingo a una feria del libro incompleta que todavía estaba siendo montado, soldando todavía algunos anaqueles, desprovista de cualquier programa con actividades y con contenidos de profundidad.

Innovar significa dotar al libro y no sólo la industria editorial de su verdadero valor: su fomento a la libre expresión de las ideas y la capacidad que tiene la lectura para desarrollar pensamiento crítico, ese que es tan necesario en nuestra sociedad dominicana.

En una era dominada por las herramientas digitales el libro digital careció de presencia en esta importante manifestación cultural. Podemos hacer atractiva la lectura a nuestro pueblo utilizando y amparándonos en las nuevas tecnologías de la información y comunicación. Nos urge desarrollar y profundizar propuestas con contenido filosófico de valor que permita alimentar el diario vivir de la familia Dominicana.

Aún estamos a tiempo de alimentar mejor los futuros programas de esta importante feria. Incluyamos el libro digital. Incluyamos y valoremos la lectura en clave de herramienta para el desarrollo de un pensamiento propio crítico y profundo. Ese que tanto necesita nuestro pueblo dominicano.